Logia Masónica

Los signos de Cristo. (1924). Nicholas Roerich.

Hojas del Jardín de Morya II

152. Uno puede edificar una ciudad, uno puede dar el mejor conocimiento, pero lo más difícil de todo es revelar la verdadera Imagen de Cristo. Piensen cómo lavar la Imagen de Cristo.

Recogiendo las migajas de los conceptos de las personas sobre el Salvador y reemplazando la túnica por los pantalones de trabajo, uno puede encontrar la iluminación.

El Templo se tiene que edificar por manos humanas.

153. La Estrella de “Allahabadad” señalaba la senda. Y así Nosotros visitamos Sarnat y Gaya. Encontramos por doquiera la profanación de la religión. En el camino de regreso, bajo la luna llena, se oyeron las memorables palabras de Cristo.

Durante la caminata nocturna el guía perdió su curso. Después de alguna búsqueda, encontré a Cristo sentado sobre un montículo de arena mirando las arenas inundadas por la luz de la luna. Yo le dije a Él, “Nosotros hemos perdido el camino. Debemos esperar la señal de las estrellas.”

¿Rosul M., ¿qué es un camino para Nosotros cuando el mundo entero Nos está esperando?

Entonces, tomando su cayado de bambú, Él trazó un cuadrado alrededor de la impresión de su pie, diciendo, “En verdad Yo afirmo, por pies humanos”.

Y haciendo la impresión de la palma de Su mano, Él la rodeó también con un cuadrado. “Verdaderamente, por manos humanas”.

Entre los cuadrados Él dibujó la semblanza de un pilar coronado por un arco. Él dijo, “Oh, ¡cómo Aum penetrará en la conciencia humana! Aquí he dibujado un pistilo y sobre él un arco, y he establecido las bases en cuatro direcciones. Cuando el Templo sea edificado por pies humanos y manos humanas, en él florecerá el pistilo colocado por Mí, entonces deja que los Constructores pasen por Mi Senda. ¿Por qué Nosotros debemos esperar por la senda, cuando está delante de Nosotros?”

Entonces, levantándose, borró con Su caña todo lo que Él había dibujado.

“Cuando el Nombre del Templo fuera pronunciado, entonces surgirá la inscripción. En conmemoración de Mi constelación, el cuadrado y las nueve estrellas resplandecerán sobre el Templo. El signo del pie y de la mano se escribirá sobre la Piedra Angular.

De esta manera El Mismo habló en la víspera de la luna nueva.

Y el calor del desierto era grande.

La Estrella de la Mañana es el signo de la Gran Época, la cual brillará como el primer rayo de la Enseñanza de Cristo. Porque quien sino Cristo alabará a la Madre del Mundo, Él que ha sido tan vejado por el mundo.

Dennos el Arco del Domo por donde entrar.