Cuatro Aulas

Las Aulas –1975

En La Voz del Silencio H. P. B. lleva al buscador espiritual a través de las Tres Aulas del Sendero Probatorio; a escoger entre los Dos Senderos, el Abierto y el Secreto, siendo el Secreto el sendero del más elevado altruismo del Bodhisattva; y a través de Siete Portales, que son las Parāmitās o Perfecciones del Buddhismo Mahāyāna.21

21 Las seis Pāramitās y su cultivo son uno de los grandes temas de la tradición Mahāyāna. Éstas son: sāna (caridad), śīla (armonía), kṣānti (paciencia), virāga (indiferencia), vīrya (energía), dhyāna (contemplación), y prajñā (sabiduría). En La Voz del Silencio una pāramitā más ha sido agregada a la lista de seis virtudes tradicionales, ésta es, virāga: «la indiferencia al placer y al dolor, conquistada la ilusión, sólo la verdad es percibida.» (La Voz, ¶ 210, p. 48.) Así, virāga deviene el cuarto Portal, haciendo un total de siete.

La Voz del Silencio: Trayendo la Doctrina del Corazón a Occidente

17

Esta tierra, ¡Oh Discípulo!, es el Aula de la Aflicción, en donde están colocadas a lo largo del Sendero de horrendas pruebas, trampas para atrapar a tu EGO por el engaño llamado la «Gran Herejía» (8).

(8). Attavāda, la herejía de la creencia en el Alma o más bien en la separatividad del Alma o del Uno Universal, el Sí infinito.

18

Esta tierra, ¡Oh ignorante Discípulo!, es tan sólo la lúgubre entrada que conduce al crepúsculo que precede al valle de la luz verdadera —esa luz que ningún viento puede extinguir, esa luz que arde sin ningún pabilo o combustible.

19

Dice la Gran Ley: «A fin de llegar a ser el conocedor del SÍ TOTAL (9) tú tienes primero que ser del sí el conocedor». Para alcanzar el conocimiento de ese sí, tienes que abandonar al por el No-Sí, al Ser por el No-Ser, y entonces podrás reposar entre las alas de la GRAN AVE. Por siempre, dulce es el descanso entre las alas de aquello que no nace, ni muere, sino que es el AUṂ (10) a través de las edades eternas (11).

(9). El Tattvajñānī es el «conocedor» o discriminador de los principios en la naturaleza y en el hombre; y Ātmajñānī es el conocedor de Ātman o el Sí Uno Universal.

(10). Kalahaṃsa, el «Ave» o Ánsar (Vide ¶ 11) Dice la Nādabindu-upaniṣad (parte del Ṛgveda) traducida por la Sociedad Teosófica Kumbakonam (The Theosophist, vol. x, mayo 1889, p. 478, śloka 1.): «La sílaba A se considera que es el ala derecha (del ave Haṃsa), la U, su ala izquierda, la Ṃ, su cola y la Ardhamātra (media métrica) se dice que es su cabeza».

(11). La Eternidad con los Orientales tiene totalmente otro significado que el que tiene con nosotros. Representa generalmente la duración de un Mahākalpa o un período de 311,040,000,000,000 de años. (Bhagavadgītā,8:17.)

20

Móntate en el Ave de la Vida, si es que quieres saber (12).

(12). La misma Nādabindu (ślokas 4 1/2-5 1/2) dice que: «Un Yogī que monta a horcajadas el Haṃsa (y contempla así el AUṂ) no es afectado por las influencias Kármicas o crores de pecados».

21

Renuncia a tu vida, si es que quieres vivir (13).

(13). Renuncia a tu vida de la personalidad física si quieres vivir en el espíritu.

22

Tres Aulas, ¡Oh cansado peregrino!, conducen al final de tus fatigas. Tres Aulas, ¡Oh conquistador de Māra!, te llevarán a través de tres estados (14) al cuarto (15) y desde allí a los siete mundos (16), los mundos del Eterno Descanso.

(14). Los tres estados de conciencia, que son Jāgrat, el estado despierto; Svapna, el del sueño y Suṣupti, el estado de sueño profundo. Estas tres condiciones Yogī, conducen al cuarto, o—

(15). Turīya, aquél que está más allá del estado de sueño sin sueños, el que está por arriba de todos, un estado de elevada conciencia espiritual.

(16). Algunos místicos Saṃskṛtams localizan siete planos del ser, las siete Lokas espirituales o mundos dentro del cuerpo de Kalahaṃsa, el Ánsar fuera del Tiempo y del Espacio, convertible en el Ánsar en el Tiempo, cuando se convierte en Brahmā en vez de Brahman (neutro).

23

Si deseas saber sus nombres, entonces oye, y recuerda:

24

El nombre de la primer Aula es IGNORANCIAAvidyā.

25

Es el Aula en la que tú viste la luz, en la que vives y morirás (17).

(17). El Mundo Fenoménico de los Sentidos y de la conciencia terrestre —solamente.

26

El nombre de la segunda Aula es el Aula de la Instrucción.A En ella tu Alma encontrará las floraciones de vida, pero debajo de cada flor una serpiente enroscada (18).

A. El Aula de Instrucción Probatoria.

(18). La región astral, el Mundo Psíquico de percepciones supersensibles y de visiones engañosas —el mundo de los médimus. Es la gran «Serpiente Astral» de Éliphas Lévi. Ninguna flor arrancada de esas regiones jamás ha sido hasta ahora traída hacia abajo a la tierra sin su serpiente enroscada alrededor del tallo. Es el mundo de la Gran Ilusión.

27

El nombre de la tercera Aula es Sabiduría, más allá de la cual se dilatan las ilimitadas aguas de Akṣara, la indestructible Fuente de la Omnisciencia (19).

(19). La región de la plena Conciencia Espiritual, más allá de la cual ya no hay más peligro para aquél que la ha alcanzado.

28

Si quisieras cruzar sin peligro la primer Aula, no dejes que tu mente confunda los fuegos de concupiscencia que arden allí con la Luz del Sol de la vida.

29

Si quisieras cruzar sin peligro la segunda, no te detengas a inhalar la fragancia de sus aletargantes florecimientos. Si quieres liberarte de las cadenas Kármicas, no busques a tu Gurú en esas regiones Māyāvicas.

30

Los SABIOS no se detienen en jardines de recreo de los sentidos.

31

Los SABIOS no hacen caso de las melifluas voces de la ilusión.

32

Busca al que te dará nacimiento (20), en el Aula de la Sabiduría, el Aula que yace más allá, en donde todas las sombras son desconocidas, y en donde la luz de la verdad brilla con inmarcesible gloria.

(20). Al Iniciado que por medio del Conocimiento que a él se le ha otorgado conduce al discípulo a su nacimiento espiritual, o segundo nacimiento, se le llama Padre Gurú o Maestro.

33

Aquello que es increado reside en ti, Discípulo, como reside en esa Aula. Si quieres alcanzarlo y fundir los dos, debes despojarte de tus oscuros ropajes de ilusión. Asfixia la voz de la carne, no permitas que ninguna imagen de los sentidos se interponga entre su luz y la tuya para que así los dos puedan fundirse en uno. Y habiendo conocido tu propia Ajñāna (21), huye del Aula de la Instrucción. Esta Aula es peligrosa por su pérfida belleza, y sólo es necesaria para tu probación. ¡Cuidado, Lanu!, no sea que deslumbrado por el resplandor ilusorio tu Alma se detenga y sea atrapada por su luz engañosa.

(21). Ajñāna es la ignorancia o no sabiduría, lo opuesto al «Conocimiento» —Jñāna.

34

Esta luz brilla desde la joya del Gran Engañador (Māra) (22). Hechiza los sentidos, ciega la mente, y deja al incauto como una ruina abandonada.

(22). En las religiones exotéricas Māra es un demonio, un Asura, pero en la filosofía esotérica es la tentación personificada a través de los vicios del hombre y traducida literalmente significa «aquello que mata» al Alma. Es representado como Rey (de los Māras) con una corona en la que brilla una joya de tal lustre que ciega a cuantos la miran, este lustre se refiere desde luego a la fascinación que ejerce el vicio sobre ciertas naturalezas.

35

La mariposa nocturna atraída hacia la deslumbrante llama de tu lámpara de noche está condenada a perecer en el viscoso aceite. El Alma incauta que no puede lidiar con el demonio burlón de la ilusión, regresará a la tierra como esclava de Māra.

36

¡He aquí la Multitud de Almas! Mira como revolotean sobre el tormentoso mar de la vida humana, y como agotadas, sangrando, y con las alas rotas, caen una tras otra entre las agitadas olas. Sacudidas por los vientos feroces, perseguidas por el vendaval, se deslizan hacia los remolinos y desaparecen dentro del primer gran vórtice.

37

Si a través del Aula de la Sabiduría, tú quisieras alcanzar el Valle de la Bienaventuranza, Discípulo, cierra con firmeza tu sentidos en contra de la horrenda gran herejía de la separatividad que te aparta de los demás.

38

No dejes que tu «nacido del Cielo», al mezclarse con el mar de Māyā, se desprenda del (ALMA) Progenitora Universal, deja en cambio que el poder ígneo se retire dentro de la cámara más recóndita, la cámara del Corazón (23) y morada de la Madre del Mundo (24).

(23). La cámara interior del Corazón, llamada en Saṃskṛtam Brahmapurī. El «poder ígneo» es Kuṇḍalinī.

(24). El «Poder» o la «Madre del Mundo» son nombre que se le dan a Kuṇḍalinī —uno de los «poderes Yogī» místicos. Es Buddhi considerada como un principio activo en vez de pasivo (lo cual generalmente es, cuando sólo es considerada como el vehículo, o estuche del Espíritu Supremo Ātma). Es una fuerza electro-espiritual, un poder creador que cuando se despierta a la acción puede tan fácilmente matar como crear.

39

Entonces desde el corazón ese Poder se elevará a la región sexta, la región intermedia, al lugar entre tus ojos, en donde se convierte en el aliento del ALMA-UNA, la voz que todo lo llena, la voz de tu Maestro.

40

Sólo entonces podrás convertirte en un «Caminante del Cielo» (25) que anda con los vientos sobre las olas, sin que sus pasos toquen las aguas.

(25). Khecara o «caminante del cielo» o «andador». Tal como se explica en la 6.ª Adhyāya de, esa reina de las obras místicas, la Jñāneśvarī —el cuerpo del Yogī «se hace como uno formado de viento» (vi, 15: 294); como «una nube de la que hubiesen brotado sus miembros» (vi, 15: 295), después de lo cual —«él (el Yogī) contempla las cosas más allá de los mares y de las estrellas; escucha el lenguaje de los Devas y los comprende, y percibe lo que está pasando en la mente de la hormiga.» (vi, 14: 269) [Vide, The Theosophist, i, enero 1880, pp. 86-87.]


Las Aulas –1925

La palabra iniciación, deriva de dos palabras latinas: In en, Ire ir; por lo tanto, es la iniciación de un comienzo o la entrada en algo. En el caso que estamos estudiando significa, en su más amplio sentido, la entrada en la vida espiritual o en una nueva etapa de esa vida. Es el primer paso y los subsiguientes en el sendero de santidad. Por lo tanto, quien recibió la primera iniciación dio literalmente el primer paso en el reino espiritual, saliendo del reino puramente humano, para entrar en el superhumano. Así como salió del reino animal y entró en el humano, en la individualización, así entra en la vida del espíritu y, por primera vez, tiene el derecho de llamarse “hombre espiritual”, en el significado técnico de la palabra. Entra en la quinta etapa, la última, de nuestra actual quíntuple evolución. Después de haber palpado su camino a través del Aula de la Ignorancia, durante muchas épocas, e ingresado en la escuela en el Aula del Aprendizaje, ingresa en la Universidad o Aula de la Sabiduría. Cuando egrese de ella se graduará con el grado de Maestro de Compasión.

Podría ser de beneficio estudiar primero la diferencia o conexión entre Conocimiento, Comprensión y Sabiduría. Aunque en el lenguaje común estos términos parecen sinónimos, son técnicamente diferentes.

Conocimiento es el resultado del Aula del Aprendizaje. Podría decirse que constituye la totalidad de los descubrimientos y experiencias humanos y lo que puede ser reconocido por los cinco sentidos y correlacionado, diagnosticado y definido por el intelecto humano. Es aquello de lo que estamos mentalmente seguros o podemos corroborar por el experimento. Es un compendio de las artes y las ciencias. Concierne a todo lo que trata de la construcción y el desarrollo del aspecto forma de las cosas y, por lo tanto, del aspecto material de la evolución, la materia de los sistemas solares en el planeta, en los tres mundos de la evolución humana y en los cuerpos humanos.

Sabiduría es el resultado del Aula de la Sabiduría. Concierne al desarrollo de la vida dentro de la forma, al progreso del espíritu a través de los vehículos, siempre mutables, y a las expansiones de conciencia que se suceden una vida tras otra. Trata del aspecto vida de la evolución. Debido a que se refiere a la esencia de las cosas y no a las cosas mismas, es la captación intuitiva de la verdad, independiente de la facultad razonadora; la innata percepción, capaz de diferenciar lo falso de lo verdadero, lo real de lo irreal. Es algo más que eso, constituye la creciente capacidad del Pensador para penetrar cada vez más dentro de la mente del Logos, comprender la verdadera interiorización del gran espectáculo del universo, ver el objetivo y armonizarse progresivamente con la medida superior. Puede ser descrito para nuestro propósito (que consiste en estudiar el Sendero de Santidad y sus diversas etapas), como el conocimiento del “Reino del Dios interno” y la captación del “Reino del Dios externo” en el sistema solar. Quizás podría decirse que es la gradual fusión de los senderos del místico y del ocultista –la construcción del templo de la sabiduría sobre los cimientos del conocimiento.

La sabiduría es la ciencia del espíritu, así como el conocimiento es la ciencia de la materia. El conocimiento es separatista y objetivo, mientras que la sabiduría es sintética y subjetiva. El conocimiento separa, la sabiduría une. El conocimiento hace diferencias, mientras que la sabiduría fusiona. Entonces, ¿qué significa comprensión?

Comprensión puede definirse como la facultad del Pensador, en el tiempo, para apropiarse del conocimiento como base de la sabiduría, aquello que permite adaptar las cosas de la forma a la vida del espíritu, recibir destellos de inspiración, provenientes del Aula de la Sabiduría, y vincularlos a los hechos del Aula del Aprendizaje. Quizás la idea podría ser mejor expresada si se dijera que:

La sabiduría concierne al yo y el conocimiento al no-yo, mientras que la comprensión es el punto de vista del ego o pensador, o la relación entre el yo y el no-yo.

En el Aula de la Ignorancia controla la forma y predomina el aspecto material de las cosas. El hombre se centraliza así en la personalidad o yo inferior. En el Aula del Aprendizaje el yo superior o ego lucha por dominar esa forma, hasta que gradualmente alcanza un punto de equilibrio, donde ninguno de los dos controlan totalmente al hombre. Luego, el ego controla cada vez más, hasta que en el Aula de la Sabiduría domina en los tres mundos inferiores y, acrecentadamente, la divinidad inherente asume el control.

Aspectos de la Iniciación

La iniciación o el proceso de experimentar la expansión de conciencia es parte del proceso normal del desarrollo evolutivo, considerado en amplia escala y no desde el punto de vista del individuo. Observado desde el ángulo individual, llega a reducirse hasta el instante en que el ente evolucionante comprende que (por su propio esfuerzo y ayudado por el consejo y sugerencia de los Instructores observadores de la raza) ha llegado a una etapa donde adquiere cierto grado de conocimiento subjetivo, desde el punto de vista del plano físico. La experiencia es similar a la del alumno en la escuela, cuando se da cuenta repentinamente que domina la lección y que el tema y el método del proceso le pertenecen a fin de aplicarlos inteligentemente. Estos instantes de captación inteligente siguen a la mónada evolucionante en su largo peregrinaje. Lo que ha sido parcialmente mal interpretado en esta etapa de comprensión, es el hecho de que en los distintos períodos se acentúa la importancia de los variados grados de expansión y la Jerarquía se esfuerza en llevar a la raza a la etapa en que sus entes tengan alguna idea del próximo paso a dar. Cada, iniciación indica el paso del estudiante por el Aula de la Sabiduría hacia un grado superior y además el claro resplandor del fuego interno y la transición de un punto de polarización a otro; implica la comprensión de la creciente unidad con todo lo que vive y la esencial unicidad del yo con todos los yoes; da por resultado un horizonte que se ensancha continuamente hasta incluir la esfera de la creación, o la creciente capacidad de ver y oír en todos los planos. Es poseer una acrecentada conciencia de los planes de Dios para el mundo y la capacidad de desarrollar dichos planes. Es el esfuerzo de la mente abstracta para aprobar un examen. Es figurar en el cuadro de honor de la escuela del Maestro, dentro de la realización de esas almas cuyo karma lo permite y su esfuerzo es suficiente para alcanzar la meta.

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La iniciación conduce a esa corriente que, cuando se ha penetrado en ella, arrastra al hombre hasta llevarlo a los pies del Señor del Mundo, a los pies de su Padre en los Cielos, a los pies del triple Logos. La iniciación conduce a la caverna en cuyos muros limitadores se conocen los pares de opuestos y se revela el secreto del bien y del mal. Conduce a la Cruz y al total sacrificio que debe consumarse antes de lograr la perfecta liberación, donde el iniciado se libera de todas las cadenas terrenales y nada lo retiene en los tres mundos. Lleva a través del Aula de la Sabiduría y pone en las manos del hombre, en forma gradual, la clave de toda información cósmica y del sistema. Revela el misterio oculto subyacente en el corazón del sistema solar. Conduce de un estado de conciencia a otro. A medida que entra en cada estado, el horizonte se ensancha, la vista se extiende y la comprensión es más incluyente, hasta que la expansión alcanza el punto en que el yo abarca todos los yoes, incluso todo lo móvil e inmóvil, según una antigua escritura.

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Mientras el hombre recorre el sendero de probación, se le enseña principalmente a conocerse a sí mismo, a cerciorarse de sus debilidades y a corregirlas. Al principio aprende a trabajar como auxiliar invisible, manteniéndose generalmente durante varias vidas en este tipo de trabajo. Más tarde, y a medida que progresa, se le da un trabajo más selecto, se le enseña los rudimentos de la Sabiduría Divina y entra en los últimos grados del Aula del Aprendizaje. Es conocido por un Maestro y está bajo el cuidado, para su enseñanza definitiva, de uno de los discípulos de ese Maestro, o de un iniciado si posee grandes aptitudes.

Los iniciados de primero y segundo grado instruyen a los discípulos aceptados y a quienes están en probación, realizándolo en todo el mundo entre las diez de la noche y las cinco de la mañana, lográndose así la completa continuidad de la enseñanza. Se reúnen en el Aula del Aprendizaje, y el método es parecido al de las grandes Universidades, clases a ciertas horas, trabajo experimental, exámenes, y un gradual ascenso y progreso a medida que se aprueban los exámenes. Cierto número de egos en el sendero de probación están en un sector análogo al de las escuelas de enseñanza secundaria y otros han ingresado en la Universidad. La graduación se obtiene cuando se recibe la Iniciación y el iniciado entra en el Aula de la Sabiduría.

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Todos estos pasos deben llevarse a cabo en los tres planos inferiores y en los tres cuerpos, y esto lo hacen de acuerdo a su rayo y subrayo particulares. De este modo el discípulo lleva a cabo el trabajo y recibe su prueba y entrenamiento. Así es conducido –mediante la correcta dirección de la energía y la manipulación inteligente de las corrientes de fuerza– al Portal de la Iniciación, y pasa del Aula del Aprendizaje al Aula de la Sabiduría, donde gradualmente se hace “consciente” de fuerzas y poderes latentes en su propio ego y en el grupo egoico; entonces puede utilizar la fuerza de ese grupo y puede confiársele su manejo, únicamente para ayudar a la humanidad; así –después de la Cuarta Iniciación– participa de la energía del Logos planetario, encomendándosele una parte de la misma, que lo capacita para llevar adelante los planes del Logos planetario para la evolución.

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No toda la gente se desarrolla en las mismas o paralelas líneas, por lo tanto, no es posible dictar reglas rígidas invariables, respecto al proceso exacto de cada Iniciación, determinar qué centros deben ser vivificados o qué visión ser adjudicada. Mucho depende del Rayo a que pertenece el discípulo, de su desarrollo en cualquier dirección (pues no todos suelen desarrollarse similarmente), de su karma individual y también de las exigencias de algún período especial. Sin embargo pueden hacerse muchas sugerencias: En la Primera Iniciación, o el nacimiento del Cristo, generalmente se vivifica el centro cardíaco, a fin de obtener un control más eficaz del vehículo astral y prestar un mayor servicio a la humanidad. Después de esta iniciación se enseña principalmente al iniciado lo concerniente al plano astral; debe estabilizar su vehículo emocional y aprender a actuar en el plano astral con la misma soltura y facilidad con que lo hace en el plano físico; debe entrar en contacto con los devas astrales; aprender a controlar a los elementales del astral; actuar con facilidad en los subplanos inferiores, y acrecentar el valor y la calidad de su trabajo en el plano físico. En esta Iniciación pasa del Aula del Aprendizaje al Aula de la Sabiduría. Entonces se le da especial importancia al desarrollo astral, aunque su equipo mental se desarrolla constantemente. Muchas vidas transcurren entre la Primera y Segunda Iniciaciones. Puede pasar un largo período de encarnaciones antes de perfeccionar el control del cuerpo astral y el iniciado estar preparado para el próximo paso. En forma interesante aparece en El Nuevo Testamento esta analogía en la vida del iniciado Jesús. Pasaron muchos años entre el Nacimiento y el Bautismo, pero en tres años dio los tres pasos restantes. Una vez pasada la Segunda Iniciación, el progreso es rápido; la Tercera y Cuarta Iniciaciones seguirán probablemente en la misma vida o en la siguiente.

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Las Iniciaciones finales.

Después de la Cuarta Iniciación, no queda mucho por hacer. El dominio del sexto subplano prosigue rápidamente, y se coordina la materia de los subplanos superiores al búddhico. Al iniciado se le permite tener una más íntima fraternidad en la Logia, y su contacto con los devas es más completo. Va agotando rápidamente los recursos del Aula de Sabiduría, y dominando los más intrincados planes y gráficos. Se hace muy versado en la significación del color y del sonido; puede manejar la ley en los tres mundos y hacer contacto con su Mónada, con más libertad que la mayoría de la raza humana con sus Egos. Tiene también a su cargo gran trabajo; enseña a muchos discípulos; ayuda en muchos planes, y reúne bajo su dirección a quienes deben ayudarlo en el futuro. Esto se refiere únicamente a los que se quedan para ayudar a la humanidad en este globo. Más adelante nos ocuparemos de algunas líneas de trabajo que se extienden ante el Adepto, si trasciende el servicio en la Tierra.

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Las tres primeras etapas de la ceremonia de la Iniciación son iguales en todas las Iniciaciones. En las dos etapas finales, quienes no poseen el mismo grado del recién iniciado (tal como los iniciados de primer grado en la Iniciación de un miembro de tercer grado) se retiran al fondo del Aula de la Iniciación, en Shamballa, y mediante la energía mántrica de los dos grupos, se levanta un “muro de silencio”; puede decirse que se forma un vacío, y nada puede ser trasmitido entre el grupo interno y el externo. El grupo externo se entrega a una profunda meditación y entona ciertas fórmulas; el grupo interno, que rodea al Hierofante, efectúa una doble ceremonia:

a. El recién iniciado presta juramento.

b. Se le comunican determinadas palabras y secretos.

Dos tipos de juramento.

Los juramentos relacionados con la Jerarquía oculta pueden clasificarse en dos grupos:

El Juramento de la Iniciación, mediante el cual el iniciado se compromete, en el más solemne juramento, a no revelar jamás, bajo pena de rápido castigo, ningún secreto oculto ni a expresar en palabras, fuera del Aula de la Iniciación, lo que se le ha confiado a su custodia.

El Juramento del Cargo. Se presta cuando algún miembro de la Logia toma posesión de un cargo específico en el trabajo jerárquico. Este juramento se refiere a sus funciones y relaciones con

a. el Señor del Mundo,
b. Su superior inmediato,
c. sus colaboradores en la Logia,
d. el mundo de los hombres al que deberá servir.

No es necesario agregar más respecto a este último juramento, pues concierne tan sólo a quienes ocupan cargos oficiales en la Jerarquía.

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En el caso de la evolución humana se generan ciertos tipos de fuerza, que se manejan, asimilan y utilizan, al principio inconscientemente y al final con plena inteligencia:

a. En el Aula de la Ignorancia se emplea principalmente la fuerza o energía de Brahmā (la actividad e inteligencia de la sustancia) y el hombre debe aprender el significado de la actividad basada en:

a. La energía inherente.

b. La energía absorbida.

c. La energía grupal.

d. La energía material, o la que se oculta en la materia del plano físico.

b. En el Aula del Aprendizaje se hace consciente de la energía del segundo aspecto, utilizándola en la construcción de las formas, en las relaciones sociales y en los lazos familiares. Llega al reconocimiento del sexo y sus relaciones, pero aún considera esta fuerza como algo que debe ser controlado, pero no utilizado consciente ni constructivamente.

c. En el Aula de la Sabiduría llega al conocimiento del primer aspecto de la energía, al empleo dinámico de la voluntad en el sacrificio, y se le confía entonces la clave del Triple Misterio de la Energía, llegando a conocerla en su triple aspecto en las otras dos Aulas. En la Tercera, la Cuarta y la Quinta iniciaciones, se le dan las tres claves de los Tres Misterios.

Le es entregada la clave del misterio presentido en la primer Aula, el misterio de Brahmā, y entonces puede liberar las energías ocultas de sustancia atómica. Le es entregada en sus manos la llave del misterio del sexo o de los pares de opuestos, y luego puede liberar las fuerzas ocultas del aspecto voluntad. Se le muestra la dínamo del sistema solar –si es posible expresarlo así– y se le revela su complicado mecanismo.

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Podríamos continuar destacando la multiplicidad de los temas que le serán aclarados al iniciado cuando se le revele el misterio de la polaridad, pero basta con lo expuesto. Este secreto concierne en primer lugar a Viṣṇu, el segundo aspecto. Resume brevemente la totalidad del conocimiento obtenido en el Aula de la Sabiduría, así como los primitivos secretos sintetizaron la totalidad de lo logrado en el Aula del Aprendizaje. Se refiere a la conciencia y a su desarrollo mediante el aspecto materia y a través de él. Concierne a la unificación del Yo y el no-yo, hasta que son uno, real y verdaderamente.

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Especificaré e ilustraré: Un Ego ha formado su triple cuerpo de manifestación y ha establecido su “círculo no se pasa” con el propósito de dotar a su cuerpo causal de la facultad de “la comprensión mental de los hechos básicos de la vida”. El objetivo de esa encarnación consiste en desarrollar la capacidad mental del estudiante, enseñarle la ciencia y los hechos concretos para enriquecer el caudal de su cuerpo mental, teniendo en vista el trabajo futuro. Posiblemente ha desarrollado con exceso el aspecto corazón, siendo demasiado devocional; ha pasado quizás muchas vidas soñando, viendo visiones y en meditación mística. Lo que él necesita es ser práctico, tener sentido común, conocer todo el programa de estudio en el Aula de Aprendizaje y aplicar prácticamente, en el plano físico, el conocimiento adquirido. No obstante, aunque su “circulo no se pasa” parece proscribir y limitar sus tendencias inherentes, y aunque el escenario ya está preparado para verse obligado a aprender las lecciones de vivir prácticamente en el mundo, sin embargo no las aprende, sino que sigue lo que para él es la línea de menor resistencia. Sueña despierto y se aparta de las cosas del mundo, no satisface los deseos del Ego, sino que desperdicia la oportunidad, sufre grandemente, y en la siguiente vida necesitará un escenario similar, un estímulo más fuerte y un “círculo no se pasa” mas estrecho, hasta cumplir la voluntad de su Ego. Para quien se halla en tales condiciones la meditación no ofrece ayuda, sino un inconveniente. Como he dicho anteriormente, la meditación (practicada inteligentemente) es para quienes han llegado a ese grado de evolución donde el proceso de completar el cuerpo causal está algo avanzado, y el estudiante se encuentra en las etapas finales del Aula de Aprendizaje. Deben tener presente que no me refiero aquí a la meditación mística sino a la meditación científicamente ocultista. Los peligros prácticamente son: pérdida de tiempo, intensificación de una vibración fuera de toda proporción con el ritmo de otras vibraciones, y una construcción desigual e incompleta que será necesario reconstruir en otras vidas.

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Por lo tanto observarán que cuando se haya iniciado la verdadera tarea ocultista, el método puede diferir (diferirá necesariamente) en Oriente y Occidente, pero la meta perseguida será la misma. Se ha de tener en cuenta, por ejemplo, que una meditación que ayudaría a desarrollar a un oriental, podría ser peligrosa y desastrosa para su hermano occidental y viceversa, siendo la meta siempre la misma. Las fórmulas podrán ser individuales o colectivas, los mántram entonados por unidades o grupos, y los diferentes centros, objeto de especial atención, sin embargo los resultados serán idénticos. El peligro surge cuando el occidental basa sus esfuerzos sobre reglas que son apropiadas para el oriental, como oportunamente se ha hecho notar con inteligencia. La sabiduría de los Grandes Seres contrarresta este peligro. Diferentes métodos para razas distintas; diversas fórmulas para diversas nacionalidades, pero los mismos guías inteligentes en los planos internos, la misma gran Aula de Sabiduría, el mismo Portal de Iniciación, admitiendo a todos en el Santuario Interno…

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2. En el plano emocional el hombre pertenece a varios grupos:

a. El grupo familiar que corresponde más a su grupo que al de la familia en el cual ha nacido en el plano físico. Esto se verá demostrado muchas veces en la vida, cuando los miembros de una familia del plano emocional se encuentran en el plano físico. El reconocimiento es instantáneo.

b. La clase que se le ha asignado en, el Aula de Aprendizaje, y en la que recibe mucha instrucción.

c. El grupo de Auxiliares Invisibles, con el cual puede estar trabajando, y el grupo de servidores.

Todos estos grupos imponen obligaciones y trabajos y han de ser tenidos en cuenta al estudiar el inteligente empleo de la meditación. Ésta debe aumentar la capacidad del individuo para pagar sus deudas kármicas, dándole una clara percepción, un inteligente razonamiento y la comprensión del trabajo inmediato a realizar. Todo lo que vaya en contra de esto es peligroso.

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6. La síntesis de todos los colores, como se dijo anteriormente, es el Rayo Sintético Índigo. Subyace en todos y los absorbe a todos. Pero en los tres mundos de la evolución humana el Color Anaranjado de la llama irradia sobre todo, emanando del Quinto Principio; subyace en el Quinto Principio y es el efecto producido por la enunciación esotérica de las palabras esotéricas: “Nuestro Dios es un fuego consumidor”. Estas palabras se aplican al principio mental o manásico, ese fuego de la inteligencia o la razón, que los Señores de la Llama impartieron, que estimula y guía la vida de la personalidad activa. Es la luz de la razón que guía al hombre a través del Aula del Aprendizaje hasta llegar al Aula de la Sabiduría, en la cual se descubren sus limitaciones, y esa estructura que el conocimiento ha construido (el cuerpo causal o templo de Salomón) es destruida por el fuego consumidor. Este fuego consume la suntuosa prisión que el hombre ha erigido durante muchas encarnaciones, liberándose la luz divina interna. Entonces los dos fuegos se fusionan, ascienden y se pierden en la Luz Triádica.

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Comprendo que piensen que estas mismas indicaciones evidentemente conducen a una mayor confusión, pero en la constante dedicación al tema, en la frecuente reflexión y meditación sobre los colores, y en el esfuerzo por descubrir su significado esotérico y su aplicación microcósmica, aparecerá gradualmente el hilo que sacará al estudiante de su confusión y lo llevará hasta la Clara Luz del perfecto conocimiento. Tengan, por lo tanto, valor, un amplio y flexible punto de vista, la capacidad de reservar opiniones hasta que nuevos hechos se comprueben, y también absténganse de hacer afirmaciones dogmáticas. Lo antedicho será la mejor guía durante los primeros días de búsqueda. Muchas personas, por la meditación y su receptividad a las enseñanzas superiores, hallaron el camino que las llevó del Aula de Aprendizaje al Aula de Sabiduría. Únicamente en el Aula de la Sabiduría se puede conocer realmente la interpretación esotérica de los colores. Se llega a ella por la meditación, que prepara al estudiante para esa iniciación que le abrirá la puerta. En consecuencia, persistan en la meditación sin flaquear en su propósito.

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Maestro de Sabiduría es aquel que ha pasado del Aula del Aprendizaje al Aula de la Sabiduría; ha cursado los cinco grados, ha trasmutado la mente inferior en mente pura y sin mácula y el deseo en intuición, anegando su conciencia con la Luz del Espíritu puro. La disciplina de la meditación es el único camino por el cual esto puede realizarse.

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Durante el periodo en que el individuo es discípulo aceptado, el trabajo que realiza el Maestro es muy interesante. Le asigna clases especiales conducidas por discípulos más avanzados, supervisadas por el Maestro, y aunque puede asistir a clases generales más concurridas en el Ashrama (Aula de Enseñanza del Maestro), se lo somete a un entrenamiento más intenso… En las primeras etapas el Maestro trabaja de cuatro maneras:

a. A intervalos, y cuando el progreso del discípulo lo justifica, “atrae a éste a Su Corazón”. Ésta es una descripción esotérica de una experiencia muy interesante a la cual será sometido el discípulo. Al finalizar una clase en el Ashrama o durante alguna meditación, especialmente exitosa, donde haya alcanzado determinado grado de vibración, el Maestro lo atraerá íntimamente hacia Sí, desde la periferia de Su aura al centro de Su conciencia. Con ello le proporciona una enorme y temporaria expansión de conciencia que le permitirá vibrar a un ritmo poco común. De allí la necesidad de meditar. La recompensa que tal experiencia representa sobrepasa con creces los más grandes esfuerzos.

b. El Maestro trabaja sobre los cuerpos de su discípulo mediante el color y produce en ellos efectos que le permiten progresar con mayor rapidez. Ahora verán por que… se hace tanto hincapié sobre el color. No es sólo porque oculta el secreto de la forma y de la manifestación (secreto que debe ser conocido por el ocultista), sino para poder colaborar conscientemente en el trabajo que el Maestro realiza sobre sus cuerpos y seguir inteligentemente los efectos producidos. Reflexionen sobre esto.

c. A intervalos determinados, el Maestro permite a sus discípulos hacer contacto con otras evoluciones, tales como la de los grandes ángeles y devas, los constructores menores y también las evoluciones subhumanas. El discípulo puede hacer esto sin peligro, gracias a la acción protectora que ejerce el aura del Maestro. Más adelante, cuando llegue a ser un Iniciado, se le enseñará a protegerse a sí mismo y a establecer sus propios contactos.

d. El Maestro supervisa la estimulación de los centros en los cuerpos del discípulo y el despertamiento del fuego interno. Le enseña el significado de los centros y su correcta rotación cuatridimensional y oportunamente lo llevará a un punto en que podrá, conscientemente y con pleno conocimiento de la Ley, trabajar con sus centros y ponerlos en condiciones de ser estimulados sin peligro por el Cetro de la Iniciación. No me es posible decir más sobre este tópico…

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Escuela de ocultismo preparatoria. Para el mundo externo no aparentará ser diferente de un instituto común. Habrán diferencias y aunque al principio el hombre mundano no las observe, el estudiante las percibirá durante el estudio y también en los planos internos. Los requisitos fundamentales para los Instructores son los siguientes:

El Rector de la escuela será un discípulo aceptado. Es esencial que el Maestro, que respalda el trabajo de determinada escuela sea capaz en todo momento de penetrar en la conciencia de esa escuela y, a través de ella, llegar al discípulo. El Rector debe actuar como medio de comunicación entre los estudiantes y el Maestro y como punto focal para que Su fuerza afluya a ellos. Debe actuar conscientemente en el plano astral durante la noche, y llevar el conocimiento al cerebro físico, pues parte de su trabajo se hará con estudiantes en el plano astral, conduciéndolos al Ashrama del Maestro, en determinados intervalos, para algún trabajo especial. Además deberá entrenarlos para que sean conscientes de esta función.

Bajo su guía trabajarán seis instructores, de los cuales por lo menos uno debe ser clarividente consciente, capaz de ayudarlo e informarlo respecto al desarrollo áurico de los estudiantes; además debe ser capaz de valorar los colores y la expansión de los vehículos de los estudiantes y colaborar con el Rector en la tarea de expansión y sintonización de esos vehículos. Estos instructores han de estar en el Sendero de Probación, incesantemente dedicados al trabajo de ayudar a la evolución y al servicio de algún Maestro. Se los elegirá con máximo cuidado, para suplementarse y complementarse mutuamente; constituirán en la escuela una Jerarquía en miniatura, una diminuta réplica, en el plano físico, del prototipo oculto. Como el trabajo de estos instructores consistirá en gran parte en desarrollar la mente inferior del estudiante y vincularla con la conciencia superior, y como la meta de sus esfuerzas será la construcción rápida del cuerpo causal, tendrán que ser hombres eruditos y de conocimiento, doctos en el conocimiento del Aula de Aprendizaje y capaces de enseñar y competir con los profesores preparados de las universidades del mundo.

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Viene luego el desenvolvimiento del vehículo mental. Al controlar el cuerpo emocional, el servidor asume la actitud de eliminación. Su objetivo es entrenar el cuerpo emocional para que se trasforme en incoloro; establecer una vibración estable, que sea clara, blanca y límpida como un lago en un apacible día estival. Al preparar el cuerpo mental para el servicio, los esfuerzos del aspirante van en sentido opuesto al de la eliminación. Procura acumular información, proporcionarle conocimientos y hechos, entrenarlo intelectual y científicamente, para que pueda probar con el tiempo que tiene una base sólida para la Sabiduría Divina. La Sabiduría debe reemplazar al conocimiento. Sin embargo, se requiere conocimiento, como paso preliminar. Deben recordar que el servidor pasa por el Aula del Aprendizaje antes de ingresar al Aula de la Sabiduría. Al entrenar el cuerpo mental el aspirante trata, por lo tanto, de adquirir el conocimiento en forma ordenada, acumular lo que le hace falta, captar progresivamente las facultades mentales innatas acumuladas en vidas anteriores y, finalmente, estabilizar la mente inferior, así la superior podrá controlar y la facultad creadora del pensamiento proyectarse a través de la quietud. Del Silencio del Absoluto fue proyectado el Universo. De la oscuridad surgió la luz. De lo subjetivo emanó lo objetivo. La quietud negativa del cuerpo emocional lo hace receptivo a las impresiones superiores. La quietud positiva del cuerpo mental lo conduce a la inspiración superior.

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II.4. Avidyā (ignorancia) es la causa de las demás obstrucciones, ya sean latentes, en proceso de eliminación, de superación o en plena actividad.

La comprensividad de este aforismo es lo primero que llama la atención. Mentalmente, nos lleva a la causa raíz de todo mal y cuando se refiere a las obstrucciones, abarca todas las posibles condiciones de la existencia. El aforismo compendia la condición de todo hombre, desde la etapa salvaje, y a través de las condiciones intermedias, hasta el estado de Arhat, en el cual se desprende de las últimas cadenas de la ignorancia. Pone de manifiesto que la razón de que exista el mal y sean evidentes el egoísmo y los deseos personales de todo tipo, reside en la condición básica, o sea la limitación de la forma misma, avidyā o ignorancia.

Recuerde el estudiante que desde el comienzo de sus investigaciones sobre las leyes del desenvolvimiento espiritual, debe tener en cuenta dos factores, basados en el hecho de la manifestación misma:

  1. El no-yo, hacia el cual son atraídos los puntos divinos de la vida espiritual, son absorbidos por él durante el período de evolución.
  2. Las limitaciones que implica la apropiación de una forma.

Los dos factores mencionados deben ser reconocidos como aplicables al Logos Solar, al Logos planetario, al hombre o a un átomo. Toda forma de vida divina (la infinitesimal y la infinitamente grande) vela u oculta un fragmento de energía espiritual. El resultado, para el punto de existencia espiritual, necesariamente es el aislamiento, la separación y la circunscripción en sí mismo, y sólo los contactos de la existencia misma y la lucha de la unidad espiritual dentro de la forma, pueden traer la eventual liberación.

Al principio, sólo es consciente de la esfera de su propia forma, ignorando todo lo que está fuera de sí mismo. Los contactos producidos por el deseo son factores por los cuales la ignorancia se convierte en conocimiento, y el hombre (pues sólo consideramos la unidad humana a este respecto, aunque las leyes básicas son aplicables a todas las formas de vida divina) gradualmente se hace consciente de sí mismo, tal como es, y también de su medio ambiente. Como el medio ambiente es triple: físico, astral y mental, y posee además tres vehículos para ponerse en contacto con los tres mundos, el período que abarca este despertar es inmenso. El Antiguo Comentario dice:

“En el Aula de la Ignorancia se conocen las triples envolturas. Se hace contacto con la vida solar, en su punto más denso, y el hombre emerge plenamente humano”.

Entonces se da cuenta de algo más, del grupo a que pertenece, y lo hace cuando descubre que su propia realidad interna está latente en su personalidad. Aprende que él, el átomo humano, es parte de un grupo o centro, en el cuerpo de un Hombre celestial, un Logos planetario, y que debe llegar a percibir,

  1. la vibración de su grupo,
  2. el propósito de su grupo,
  3. el centro de su grupo.

Ésta es la etapa correspondiente al sendero de probación o del discipulado, hasta la Tercera Iniciación. El Antiguo Comentario prosigue diciendo:

“En el Aula del Aprendizaje se establece contacto con el Misterio Central. Se conoce el método de liberación, la Ley se cumple plenamente y el hombre emerge casi un Adepto.”

Finalmente el hombre entra en el Aula de la Sabiduría, a la cual ha sido admitido ocasionalmente (y con creciente frecuencia) después de la primera Gran Iniciación, aprende el lugar que su grupo ocupa en el Plan planetario y obtiene una vislumbre del Esquema Cósmico. La ignorancia (según entendemos el término) es lógicamente superada; pero nunca se hará resaltar bastante que al Adepto aún le queda mucho por conocer, y que el Cristo mismo, el gran Instructor del Mundo, no conoce todo lo que está contenido en la conciencia del Rey del Mundo. Los Aforismos del Yoga de Patañjali únicamente se ocupan de cómo vencer la ignorancia, que mantiene al hombre en la rueda de renacimiento y le impide desarrollar los verdaderos poderes del Alma. El Antiguo Comentario, respecto a esta etapa final, dice:

“En el Aula de la Sabiduría, la luz brilla plenamente sobre los caminos del Adepto, que ve y conoce la séptima parte y visualiza el resto. Él mismo es un septenario, y de esta Aula surge Dios.”

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II. 24. La causa de esta asociación es ignorancia o avidyā, y esto debe ser superado.

La ignorancia de la naturaleza real del Alma y el impulso de descubrir su propia naturaleza y poderes, es la causa de que se identifique con los órganos de percepción y con lo que éstos perciben o llevan a la conciencia del Alma. Cuando, por esta ignorancia y sus consecuencias, el Alma no encuentra lo que busca, viene la etapa en que la búsqueda asume una forma distinta y el Alma misma busca la realidad. Esto puede ser expresado como:

Identificación con el mundo fenoménico y empleo de los órganos externos de percepción; abarca el período en que el verdadero hombre está en lo que se denomina Aula de la Ignorancia. La Saciedad, inquietud y búsqueda del conocimiento del Yo o Alma, caracterizan el período dedicado al Aula del Aprendizaje. La Realización, expansión de conciencia e identificación con el Hombre Espiritual, abarcan el período transcurrido en el Aula de Sabiduría. Los términos vida humana, vida mística y vida esotérica, son aplicables a estas tres etapas.

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Como ya se ha dicho, la meta de la evolución consiste en ser consciente en todos los planos; debido al poco desarrollo evolutivo de la raza, todavía el plano físico está siendo sometido al control consciente. El conocimiento adquirido sobre dicho plano, la información concerniente a la objetividad más densa, el conjunto de hechos relacionados con los cinco subplanos inferiores del plano físico (desde el punto de vista ocultista), son considerados exotéricos. En el transcurso de las dos próximas razas, dominaremos los otros dos subplanos; entonces, todo el conocimiento concerniente a la materia física y etérica, a la energía y a la forma, más la experiencia en el plano físico, estarán fácilmente a disposición del hombre, y concernirán únicamente a sus cinco sentido físicos.

La información y el conocimiento de la vida que evoluciona por medio de las formas, serán todavía por largo tiempo considerados esotéricos, lo mismo que la aprehensión y captación del aspecto materia y de las leyes que rigen la energía en los planos astral y mental. Esto en relación con el hombre medio y la masa. La información objetiva y exotérica es obtenida y corroborada por los hombres, en gran parte, en el Aula del Aprendizaje por medio de los cinco sentidos y del experimento. En el transcurso del tiempo y después de muchas encarnaciones, el experimento se transmuta en experiencia, produciendo con el tiempo lo que llamamos instinto o reacción natural, de algún tipo particular de conciencia, a ciertas circunstancias o medio ambiente. Puede verse la actuación de ambos factores, los sentidos y el contacto experimental, en el reino animal y en el humano; la diferencia entre ambos reinos se halla en que el hombre es capaz de captar, recordar, anticipar y utilizar conscientemente los frutos de la experiencia pasada, y así influenciar el presente y prepararse para el futuro. A este fin, utiliza el cerebro físico. El animal posee también memoria instintiva, la facultad de aprehender y la anticipación embrionaria; pero, por carecer de mente, es incapaz de ajustarlos a las circunstancias en el sentido de correlacionarlos de antemano; tampoco posee la capacidad de utilizarlos conscientemente a fin de beneficiarse de los acontecimientos pasados y aprehender por experiencia como lo hace el hombre. El animal emplea el plexo solar que constituye el órgano del instinto del mismo modo que el hombre emplea el cerebro.

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He señalado todas estas características porque sirven para presentar al estudiante, con mayor claridad, el alcance y también las limitaciones del principio mental activo. En el Aula de la Ignorancia se desarrolla el aspecto acumulativo de manas y la habilidad de adquirir y acumular conocimiento e información. Por ejemplo, un hombre adquiere conocimiento, estudia y establece vibraciones que debe aplicar inteligentemente. Así se pone de manifiesto el aspecto adquisitivo de dicho principio. En el Aula del Aprendizaje se desarrolla el aspecto discriminativo, y el hombre aprende no sólo a elegir, sino también a rechazar, y comienza a fusionar inteligentemente los dos polos. En el Aula de la Sabiduría también rechaza y fusiona perfectamente los dos polos, produciendo así ese algo objetivo que llamamos luz. Se manifiesta el aspecto iluminador de manas. El hombre se convierte en un creador inteligente, y cuando haya pasado las cuatro Iniciaciones Mayores.

  1. Habrá desarrollado a la perfección el aspecto Brahmā, que, como ya se indicó, actúa principalmente en los tres mundos. Es el aspecto activo inteligente.
  2. Habrá alcanzado el grado de desarrollo donde el Hombre Celestial, el divino Mānasaputra, comenzó este círculo de manifestación que llamamos sistema solar.
  3. Habrá transmutado manas en Sabiduría o Amor.
  4. Habrá sintetizado los Rayos de Actividad o Inteligencia, y estará comenzando a fusionar dichas síntesis con la superior, Amor-Sabiduría.

Resumiendo todo en palabras de fuego:

“El fuego ha resplandecido perfectamente, y la actividad vibratoria del hombre se ha sintonizado hasta sincronizarse con la del Hombre Celestial, permitiéndole actuar conscientemente, o estar vitalmente activo en el plano búddhico.”

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14. Se ha de observar que en el sistema solar los entes enumerados a continuación se manifiestan a través de:

[…] IV. Por intermedio de cuatro átomos permanentes: físico, astral, mental y búddhico.

[…] 4. Un grupo peculiar de Seres conectados con cierta constelación y el Dragón menor; quienes tienen su morada en Neptuno y trabajan con el Sexto Principio del sistema solar. Toman forma física, están animados por el deseo puro y controlados por la mente, e imparten Amor-Sabiduría en ciertas “Aulas de Sabiduría” en los diversos planetas. Las palabras “Aulas de Sabiduría” en su significado esotérico no describen un lugar sino una etapa de conciencia.

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Debe observarse que este nónuple desarrollo se insinúa en La Doctrina Secreta en las distintas partes donde H. P. B. trata de los Kumāras (DS iii, p. 241), o los Hombres Celestiales, de los cuales el microcosmos es un reflejo. Les denomina los Señores de Conocimiento, los Señores de Amor y los Señores de Sacrificio. Cada uno de Ellos es un Loto de nueve pétalos en el cuerpo logoico. Constituyen las Ruedas llameantes, y en los diversos nombres con que se los denomina en La Doctrina Secreta puede descubrirse la clave de este misterio. Comprendamos esto con toda claridad respecto al microcosmos y después extendamos la idea hasta los Hombres Celestiales, imaginémonos al loto egoico de nueve pétalos, el centro cardíaco en la conciencia monádica, desarrollando en triples grupos, cada uno de sus pétalos en los tres planos del mental superior. Su desenvolvimiento se lleva a cabo por medio del proceso evolutivo, en los tres planos de los tres mundos o en las Aulas de la Ignorancia, del Aprendizaje y de la Sabiduría.

a. Primer Grupo de Pétalos: Pétalos de Conocimiento

  1. El Pétalo de Conocimiento en el plano físico. El sufrimiento es el precio que se paga por la ignorancia al quebrantar la Ley, adquiriéndose así conocimiento. Este desarrollo se lleva a cabo mediante la experiencia en el plano físico.
  2. El Pétalo de Amor en el plano físico. Se abre por medio de las relaciones físicas y el desarrollo gradual del amor, desde el amor al yo hasta el amor a los demás.
  3. El Pétalo de Sacrificio en el plano físico. Este desarrollo se realiza mediante la fuerza impulsora de las circunstancias y no por el libre albedrío. Es la ofrenda del cuerpo físico en el altar del deseo –al principio es deseo inferior pero al final, aunque sigue siendo deseo, se convierte en aspiración. En las primeras etapas de su evolución el hombre se polariza en lo físico, por lo general lo hace inconscientemente y sin comprender lo que se está consumando, pero su resultado se ve como un doble acrecentamiento del calor o de la actividad en el cuerpo causal:
    a. El átomo físico permanente se hace radiactivo o se convierte en un punto radiante de fuego.
    b. Los tres pétalos inferiores vibran y comienzan a abrirse hasta desarrollarse completamente

b. Segundo Grupo de Pétalos: Pétalos de Amor

  1. El Pétalo de Conocimiento en el plano astral. Su desarrollo se realiza por el equilibrio consciente de los pares de opuestos y el empleo gradual de la Ley de Atracción y Repulsión. El hombre deja el Aula de la Ignorancia donde, desde el punto de vista egoico, trabaja ciegamente, comienza a apreciar los efectos de su vida en el plano físico, y por la comprensión de su dualidad esencial empieza a darse cuenta de las causas.
  2. El Pétalo de Amor en el plano astral. Se abre por el proceso de transmutar gradualmente el amor a la naturaleza subjetiva o Yo interno. Esto tiene un efecto dual y se desarrolla en el plano físico durante muchas vidas de dificultades, esfuerzos y fracasos, a medida que el hombre lucha por enfocar su atención en el amor a lo Real.
  3. El Pétalo de Sacrificio en el plano astral. Se abre por la actitud del hombre cuando se esfuerza conscientemente por abandonar sus propios deseos en bien de su grupo. Su móvil es aún confuso y está coloreado por el deseo de recuperar lo que él da y el amor de aquellos que trata de servir, pero es de orden mucho más elevado que el sacrificio ciego al cual se halla impulsado el hombre por las circunstancias, como en el caso del desarrollo anterior. A medida que prosigue esta triple iluminación o desenvolvimiento, observa nuevamente un resultado dual:
    a. El átomo astral permanente entra en plena actividad y brillantez, es decir cinco de sus espirillas y los dos átomos, el del plano físico y el del astral, vibran en forma análoga.
    b. Los tres pétalos del círculo central del loto egoico llegan también a su pleno desarrollo, y el centro cardíaco de la Mónada es percibido como una rueda de fuego, con seis de sus rayos en pleno despliegue de energía y rotando rápidamente.

c. Tercer Grupo de Pétalos: Pétalos de Sacrificio

  1. El Pétalo de Conocimiento en el plano mental. Su desenvolvimiento marca el período en que el hombre emplea conscientemente todo lo que ha adquirido o está adquiriendo bajo la Ley, para bien de la humanidad.
    Cada uno de los grupos de pétalos se caracteriza por un colorido predominante; el de Conocimiento en el plano físico se caracteriza por el colorido de los otros dos subsidiarios, el de Amor, en el plano astral, por la luz del sacrificio, de un tono más apagado que el de los otros dos, presentándose con igual brillo. En el plano mental, la luz del sacrificio se despliega plenamente y todo lo que se percibe está coloreado por esa luz.
  2. El Pétalo de Amor en el plano mental se desenvuelve por la constante aplicación consciente de todos los poderes del A∫lma al servicio de la humanidad, sin esperar ni desear recompensa por el inmenso sacrificio implicado.
  3. El Pétalo de Sacrificio en el plano mental se demuestra como inclinación predominante del Alma, observada en la serie de muchas vidas por las que ha pasado el Iniciado antes de su emancipación final. Éste se convierte, en su propia esfera en el “Gran Sacrificio”.

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Las tres rondas centrales, tanto en los planos como en los principios, son las más importantes para la evolución de los entes autoconscientes de este sistema, y este afán por lograr la perfección del tres, del cuatro y del cinco señala, tanto para el Logos Planetario como para el hombre, el ciclo de madurez. Los ciclos anterior y posterior indican el progreso hacia la madurez y la cosecha de los frutos de anteriores experiencias. Las tres Aulas podrían ser consideradas desde este ángulo y ubicar el periodo central en el Aula del Aprendizaje.

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Como sabemos, el loto egoico está formado por tres hileras –cada hilera compuesta de tres pétalos y todas protegen el capullo interno, donde se oculta la joya. Tratamos aquí la evolución, formación, vitalización, nutrición y eventual desarrollo de los pétalos. Será útil para el estudiante, en esta etapa, recordar que nos referimos principalmente al desarrollo del segundo aspecto del hombre, el aspecto Amor-Sabiduría, considerando sólo en forma secundaria el tercer aspecto o la Actividad, que tiene sus centros de energía en los tres átomos permanentes.

A estas tres hileras de pétalos se las denomina en terminología esotérica:

  1. La tríada del “conocimiento externo” o los Señores de la Sabiduría Activa.
  2. La triada de la hilera media del “amor” o los Señores del Amor Activo.
  3. La tríada interna del “sacrificio” o los Señores de la Voluntad Activa.

La primera constituye el resumen de la experiencia y del desarrollo de conciencia alcanzado, la segunda la aplicación de ese conocimiento, en forma de amor y servicio, o la expresión del Yo y el no-yo vibrando recíprocamente, y la tercera, la plena expresión del conocimiento y del amor dedicados a sacrificar todo, conscientemente, para llevar a cabo los planes del Logos Planetario y realizar Sus propósitos grupalmente. Cada uno de estos tres grupos de pétalos están guiados por los tres grupos de Agniṣvāttas y formados con su propia sustancia que, en esencia, constituyen el triple Ego durante su manifestación. A través de ellos fluye la fuerza y la energía coherente de esas misteriosas Entidades a quienes (cuando se considera a la familia humana como un todo) denominamos:

  1. Los Buddhas o Señores de Actividad.
  2. Los Buddhas o Señores de Amor Compasivo.
  3. Los Buddhas de Sacrificio, de los Cuales el Señor del Mundo es, para el hombre, el exponente más conocido.

A través de estos tres grupos fluye esa triple energía que halla su expresión en el plano mental y en relación con el reino humano en los tres grupos de Agniṣvāttas o Pitṛs Solares mencionados anteriormente. Estos grupos forman la sustancia de las tres hileras de pétalos, y cada uno ejerce también una influencia especial sobre el pétalo particular que pertenece a su especial grado de vibración. Para mayor claridad podemos clasificar los distintos pétalos a fin de que el estudiante pueda obtener una mejor comprensión de la conformación de su propio vehículo causal y una idea de las diferentes relaciones triangulares:

I. La triada externa de “conocimiento”:

a. 1.er Pétalo: Conocimiento en el plano físico.
Colores: anaranjado, verde y violeta.

b. 2.do Pétalo: Amor en el plano físico.
Colores: anaranjado, rosado y azul.

c. 3.er Pétalo: Sacrificio en el plano físico.
Colores: anaranjado, amarillo e índigo.

Estos tres pétalos están organizados y vitalizados en el Aula de la Ignorancia, pero permanecen cerrados y sólo comienzan a abrirse cuando está organizado el segundo círculo.

II. La triada intermedia de “amor”:

a. 1.er Pétalo: Conocimiento superior aplicado por medio del amor en los planos físico y astral.
Colores: rosado y los tres originales.

b. 2.do Pétalo: Amor inteligente superior en los planos físico y astral.
Colores: rosado y los tres originales.

c. 3.er Pétalo: Sacrificio inteligente amoroso en los planos físico y astral.
Colores: rosado y los mismos originales.

Los tres pétalos conservan el color anaranjado fundamental, pero añaden el rosado en cada pétalo, de manera que ya se ven cuatro colores. Dichos pétalos están organizados y vitalizados en el Aula del Aprendizaje, pero permanecen cerrados. La hilera externa de pétalos se abre simultáneamente hasta quedar completamente abierta, revelando la segunda hilera; la tercera permanece protegida.

III. La tríada interna de “sacrificio”:

a. 1.er Pétalo: La Voluntad de sacrificarse por medio del conocimiento en el plano mental y así dominar inteligentemente al triple hombre inferior.
Colores: amarillo más anaranjado, verde, violeta y rosado.

b. 2.do Pétalo:La voluntad de sacrificarse por medio del amor en el plano mental, a fin de prestar servicio.
Colores: amarillo más anaranjado, violeta, rosado y azul.

c. 3.er Pétalo: El sumo y eterno sacrificio de todo lo que existe.
Colores: amarillo, anaranjado, rosado, azul e índigo.

Oculto en el misterio de los colores subsidiarios y del gradual fulgor dentro del loto de cinco colores, en cualquier pétalo por vez, se halla el misterio de los cinco Kumāras (DS ii, p. 158). El estudiante que busca el significado del predominio del color anaranjado y del rosado se está acercando al secreto de los dos Kumāras caídos. Sobre esto no es posible decir más, pero los colores contienen la clave esotérica de este gran acontecimiento. El circulo interno de pétalos está organizado y vitalizado en el Aula de la Sabiduría, abriéndose simultáneamente la hilera intermedia, de manera que dos hileras de pétalos se hallan debidamente abiertas y sólo la tercera permanece cerrada. La apertura final se efectúa durante el período en que se recorre el Sendero de Iniciación, y en la ronda actual se acelera mediante los Ritos de la Iniciación y los ingentes y anormales esfuerzos que hace el hombre ayudado por el trabajo eléctrico del Iniciador, quien maneja el Cetro de Poder.

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En las tres hileras de pétalos se oculta otra clave del misterio de las 777 encarnaciones. Las cifras no indican el número exacto de años, sólo son representativas y simbólicas, y tienen por objeto dar la idea de tres ciclos de duración variable, basados en la naturaleza septenaria de la Mónada en manifestación.

Primero. Las 700 encarnaciones. Se refiere a la apertura de la hilera externa. Constituye el período más largo. La vibración inicial es lenta y pesada y han de transcurrir millones de vidas antes que el intercambio de energía entre el Ego y su reflejo, el yo personal (el triple hombre inferior), sea tal que la conciencia del hombre “despierte” esotéricamente en el “Aula del Aprendizaje”. En lo que respecta al hombre evolucionado de la actualidad, estas encarnaciones tuvieron lugar en la Cadena Lunar y, en algunos casos, en ciertos planetas vinculados a la ronda interna. Esta circunstancia hizo necesaria su “venida” durante la raza raíz Atlante. Los hombres de este tipo se negaron a encarnar antes porque los cuerpos eran demasiado burdos, repitiéndose cíclicamente (en el plano más inferior) la negación de las Mónadas a encarnar en los albores de la oportunidad manvantárica. No se cometió ningún “pecado” real; su privilegio fue la discriminación; esa negación ha influido sobre las condiciones que existen en la tierra, base de las grandes dificultades de clase que –en todos los países– han sido fuente de dificultades y el fundamento esotérico del sistema de “castas”, del que tanto se abusa hoy en la India. El problema del capital y el trabajo tiene sus raíces en la diferencia subjetiva que existe entre los Egos “capaces e incapaces”, entre los entes de la familia humana que han egresado del Aula de la Ignorancia y aquellos que aún recorren a tientas sus oscuros y sombríos corredores, y entre esos Egos que sólo son “capullos” y aquellos que han organizado la hilera externa de pétalos, los cuales ya están listos y en condiciones de abrirse.

Debe reflexionarse cuidadosamente sobre la idea de un septenario de siglos y, como siempre en todo tema ocultista, también ha de tenerse en cuenta la idea de la triplicidad, conjuntamente con un período sintetizador, resumen de la triple coordinación:

3 períodos de 3 decenas90 años
1 período sintetizador10 años
SUMAN100 años
Repetido siete veces7
SON700 años

Cada ciclo (nuevamente en forma figurada) vitaliza a uno de los pétalos más que a otro, teniendo un efecto definido sobre cada uno.
Segundo. Las 70 encarnaciones.
Se refiere a la apertura de la hilera media. Mucho podrá aprenderse si se trata de comprender lo que ocultamente significa que algún Iniciado (como el Cristo) enviara a sus seguidores en grupos de setenta, de dos en dos. Estas setenta encarnaciones se ocupan principalmente de desarrollar el amor en la vida personal, la evolución de la naturaleza astral, basándose en el reconocimiento de los pares de opuestos, y el equilibrio de ambos por el amor y el servicio.

Este ciclo abarca el período que ha pasado el hombre en el Aula del Aprendizaje y tiene su analogía en la raza raíz Atlante y en el conflicto que existió entonces entre los Señores de la Faz Oscura y la Fraternidad de la Luz. En la vida de cada individuo tiene lugar, durante dicho período, un conflicto similar que finalmente termina en el Kurukṣetra o campo de batalla que otorga al hombre el derecho de hollar el Sendero de Probación y oportunamente el privilegio de permanecer ante el Portal de la Iniciación. También se ha de estudiar el significado numérico de los guarismos; éstos se hallan ocultos en el número diez, o tres ciclos de tres períodos menores, formando cada uno nueve, y un período sintetizador, produciendo la consumación y un período dentro del ciclo mayor; esto está representado por el diez de la perfección (Cfr. El Número 10. DS i, pp. 143-145; DS iii, pp. 407-409) relativa. La interacción entre el impulso kámico y la energía manásica produce la comprensión, en la conciencia del Ego, de lo que ha aprendido en las dos Aulas; la hilera externa de pétalos se abre mientras la hilera central está por abrirse.

Tercero. Las 7 encarnaciones. Son las que se pasan en el Sendero de Probación. Es un período interesante en que tienen lugar ciertas cosas que podrían describirse de la manera siguiente:

Las dos hileras externas de pétalos son estimuladas en un sentido nuevo y especial por medio del acto consciente del discípulo probacionista. Hasta ahora, gran parte del trabajo ha sido realizado de acuerdo a las leyes comunes de la evolución y se ha efectuado en forma inconsciente. Pero todo cambia cuando el cuerpo mental entra en actividad y dos de los pétalos de voluntad se coordinan y el otro “activa” la vitalidad y se abre.

El fuego o energía de estas dos hileras empieza a circular por el triángulo atómico, y cuando esto sucede, marca una época muy importante; ha culminado el trabajo dual tanto en la vida personal inferior como en la egoica:

  1. Las cuatro espirillas inferiores de los átomos permanentes están completamente activas (dos grupos de dos espirillas cada uno) y la quinta se halla en proceso de iniciar una actividad similar. El triángulo desarrolla una actividad circular, pero aún no ha logrado su plena brillantez ni su rotación o revolución cuadridimensional.
  2. Las dos hileras de pétalos están “activas”, una plenamente abierta y la otra por abrirse.

De esta manera dos aspectos de la vida divina van evidenciándose en la vida del probacionista, y aunque todavía queda mucho por hacer, sin embargo, cuando la hilera interna de pétalos está “activa” –ayudada por el curioso y anormal proceso de la Iniciación– el otro aspecto adquirirá una importancia similar y producirá al hombre perfecto en los tres mundos. Así culmina el trabajo de los Pitṛs Solares.

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En esta etapa la vida del aspirante se convierte también en “un instrumento de destrucción”, en el sentido oculto del término. Donde quiera que vaya, la fuerza que fluye a través de él, proveniente de los planos superiores y de su propio Dios interno, produce a veces resultados peculiares en su ambiente. Actúa como estimulante tanto del bien como del mal, estimulando análogamente a los Pitṛs Lunares que forman los cuerpos de sus semejantes y al suyo propio, quienes acrecientan su actividad y adquieren excesivo poder. Este factor es utilizado por Aquellos que actúan internamente para realizar ciertos fines deseados. Esto a menudo causa momentáneamente la caída de almas avanzadas, las cuales no pueden resistir la fuerza que fluye a ellas, o sobre las mismas, desviándose por la hiperestimulación temporaria de sus centros y vehículos. Esto puede observarse tanto en los grupos como en los individuos. Pero cuando los Señores Lunares del yo inferior han sido previamente subyugados y controlados sucede lo contrario, entonces el efecto de la fuerza y de la energía, con las cuales entran en contacto, consistirá en estimular la respuesta de la conciencia del cerebro físico y de los centros de la cabeza al contacto Egoico. Entonces esta fuerza que de otra manera sería destructiva se convierte en un factor estimulante, bueno y útil que pueden utilizarlo Aquellos que saben hacerlo, a fin de conducir al hombre a una mayor iluminación.

Estas etapas han de tener lugar en los tres planos inferiores y en los tres cuerpos de acuerdo al Rayo y subrayo particulares. De esta manera el discípulo continúa realizando su trabajo, y también lleva a cabo las pruebas y el entrenamiento a que está sometido, hasta que las dos hileras de pétalos se abren y la tercera comienza a formarse; dirigiendo correctamente la energía y manipulando inteligentemente las corrientes de fuerza, el discípulo es conducido al Portal de la Iniciación, egresando del Aula del Aprendizaje (73) e ingresando al Aula de la Sabiduría –donde gradualmente se hace “consciente” de las fuerzas y poderes que están latentes en su propio Ego y su grupo egoico. Allí adquiere el derecho a utilizar la fuerza del Grupo Egoico, porque ya se puede confiar que la empleará únicamente para ayudar a la humanidad. Después de la Cuarta Iniciación se le puede confiar parte de energía del Logos Planetario y participar de ella, permitiéndole llevar adelante los planes de este Logos para la evolución.

(Nota 73:) Las tres Aulas a través de las cuales el alma del hombre debe progresar están expuestas en La Voz del Silencio, págs. 18,19.

1.er AulaAula de la Ignoranciahumanidad infantilplano físico
2.da AulaAula del Aprendizajehombre medioplano astral
3.er AulaAula de la Sabiduríahombre espiritualplano mental

Donde permanecemos más tiempo es en el Aula de la Ignorancia. El período siguiente en el Aula del Aprendizaje es llamado Sendero de Probación. En el Aula de la Sabiduría el iniciado se acerca al misterio central del Ser.

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Continuaremos ahora con nuestro estudio acerca de los pétalos de la Iniciación.

Cada una de las tres hileras de pétalos de loto está estrechamente relacionada con una de las tres Aulas. A esto nos hemos referido anteriormente. Gran parte del trabajo relacionado con la primera hilera de pétalos es parte de la experiencia en el Aula de la Ignorancia. La etapa más importante consiste en la organización y preparación para el desarrollo, siendo lo que más atañe al hombre. El acto de la apertura de los pétalos es más breve, se produce por la afluencia de calor o fuego solar, dando lugar así a un nuevo acceso de energía, que tiene lugar en nuestro esquema terrestre por medio de la colaboración del Mahāchohan, del Chohan del Grupo Egoico de un hombre y del Ego particular involucrado.

Puede ser de utilidad la clasificación siguiente:

  1. Pétalos de Conocimiento. Primera hilera.
    1. Formados en el Aula de la Ignorancia.
    2. Guiados por la fuerza y la energía del Mahāchohan.
    3. Afectan al tercer grupo de Pitṛs Solares.
  2. Pétalos de Amor. Segunda hilera.
    1. Formados en el Aula del Aprendizaje.
    2. Guiados por la fuerza del Bodhisattva.
    3. Afectan al segundo grupo de Señores Solares.
  3. Pétalos de Voluntad o Sacrificio. Tercera hilera
    1. Formados en el Aula de la Sabiduría.
    2. Guiados por la fuerza y la energía del Manu.
    3. Afectan al primer grupo de Ángeles Solares.

En la etapa que estamos considerando (de formación y desarrollo de la Primera Hilera de Pétalos) la influencia Egoica sentida al principio es pequeña, pero cuando los tres pétalos, mediante la energía acumulada y almacenada en el Ego durante las actividades de la vida personal, se hallan suficientemente activos y vivos, tiene lugar entonces una forma de iniciación que es un reflejo (en un plano inferior) de las Grandes Iniciaciones manásicas. La energía de la hilera externa de pétalos permite que se separe de la hilera siguiente y se abra. Esta triple energía se hace interactiva, alcanzándose así una etapa muy significativa. Esta serie de iniciaciones raras veces es percibida en la conciencia del cerebro físico, debido a la etapa relativamente incipiente en que se hallan los cuerpos y a la falta de respuesta de la materia cerebral. Sin embargo, son iniciaciones de carácter definido aunque de menor importancia, e involucran principalmente la demostración (dentro de la vida personal del hombre) de un inteligente reconocimiento de sus relaciones grupales en la Tierra. Dicho reconocimiento frecuentemente es de carácter egoísta como, por ejemplo, el que demuestra el trabajador sindicado, pero indica la interacción grupal.

Un proceso similar tiene lugar cuando ya se ha formado la Segunda Hilera de Pétalos y está por abrirse. Entonces colaboran el Instructor del Mundo, el Maestro y el Ego implicado, pues dichas iniciaciones menores están relacionadas con la naturaleza amor, la organización astral o emocional, y el reconocimiento (por el hombre en su vida personal) de algún tipo de amor altruista, amor por algo, persona o ideal, que conduce a realizar un esfuerzo altruista y a negar al yo inferior.

Esto nos conduce al tercer grupo de pétalos, los Pétalos de la Voluntad o del Sacrificio, y a su desarrollo basado en el propósito inteligente y el amor puro. La fuerza de este grupo recurre a un factor diferente, el factor Manu, como también a la fuerza del Bodhisattva, y el efecto deseado se logra por medio de la plena colaboración del Ego totalmente despierto, ayudado por su propio Maestro (si está evolucionado en un ciclo donde el esfuerzo jerárquico para la humanidad adopta la forma que tiene actualmente) y el Manu. Oportunamente (después de la Segunda Iniciación) el Señor del Mundo vendrá como factor –el Señor del Poder Mundial– que se expresará plenamente como Amor.

Por lo tanto, hablando en términos generales, puede decirse que los Grupos Egoicos en los cuales se están formando y desarrollando los Pétalos de Conocimiento quedan bajo la influencia primaria del Mahāchohan; aquellos en quienes el aspecto Amor o la Segunda Hilera de Pétalos se está abriendo, quedan bajo la influencia primaria del Bodhisattva, desarrollándoseles los de Conocimiento, paralelamente al trabajo que realizan; mientras que aquellos cuya Tercera Hilera se está abriendo son dirigidos por la energía del Manu, coordinándose los otros dos tipos de fuerza. Será evidente para el lector atento que aquí se halla oculto el secreto por el cual el Mahāchohan mantiene su cargo durante más tiempo que Sus dos Hermanos, desempeñándolo durante un Período Mundial completo. La clave para estos ciclos está oculta en los siguientes conceptos: El Bodhisattva y el Manu cambian con mayor frecuencia de cargo y pasan a otro trabajo, puesto que cada uno de Ellos personifica un tipo de fuerza triple, mientras que el Mahāchohan es el punto focal de cinco tipos de energía, siendo a su vez cada una de naturaleza triple.

En cada caso, donde se desarrollan los pétalos, se generan ciertos tipos de fuerza; primeramente se enfrentan, asimilan y emplean en forma inconsciente, finalmente con plena inteligencia.

En el Aula de la Ignorancia la fuerza de la energía de Brahmā (la actividad y la inteligencia de la sustancia) es la que más se enfrenta, y en ella el hombre debe aprender el significado de la actividad basada en

  1. la energía innata,
  2. la energía absorbida,
  3. la energía grupal,
  4. la energía material, o lo que se halla oculto en la materia del plano físico.
  5. El Misterio de la Electricidad. El de Brahmā. El secreto del Tercer Aspecto. Latente en el Sol físico.
  6. El Misterio de la Polaridad, o del Impulso Sexual Universal. El secreto del Segundo Aspecto. Latente en el Corazón del Sol, es decir, en el Sol subjetivo.
  7. El Misterio del Fuego mismo, o la Fuerza Dinámica Central del Sistema. El secreto del Primer Aspecto. Latente en el Sol Central Espiritual.

Los Tres Misterios mencionados, en un sentido particular, están bajo la jurisdicción de ciertos grandes Señores o Existencias, quienes tienen a su cargo revelar el Misterio a los Iniciados que ya están preparados y que se hallan bajo Su influencia durante las etapas finales del Sendero.

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Para concluir lo que queda por decir, respecto al movimiento en el cuerpo causal, quisiera destacar que también éste -en su propio plano posee las características de inercia, movilidad y ritmo.

Inercia, caracteriza la etapa previa a la rotación de las diferentes Hileras de Pétalos, y sólo empieza a percibirse cuando los pétalos se hacen activos, Puede afirmarse que el tránsito del Peregrino a través del Aula de la Ignorancia corresponde al período de “inercia egoica”. Durante este período, los átomos permanentes son los puntos de luz más notables del loto; constituyen los “alimentadores de energía” del pétalo. Más tarde, cuando el Peregrino en el plano físico se hace más activo y el loto egoico se despliega con mayor rapidez, sobreviene la etapa de movilidad, comenzando la rotación de las hileras. Finalmente, cuando el hombre huella el Sendero e intensifica su propósito, se abre el capullo central, la rotación se unifica y mediante la irradiación de los fuegos de la Joya se impone un ritmo específico en el loto, estabilizándose sus energías. Este ritmo es diverso de acuerdo al tipo de Mónada o a la naturaleza del Logos Planetario del Rayo a que pertenece el hombre, su divino Prototipo.

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11. La Ley de las Escuelas. (Ley del Amor y de la Luz.) Término misterioso que sirve para ocultar la Ley a medida que afecta las expansiones de conciencia que logra un Iniciado, y su capacidad para atraer hacia sí el conocimiento de:

  1. Su propio Yo superior, para producir alineamiento e iluminación.
  2. Su Gurú.
  3. Aquello que trata de conocer.
  4. Aquello que puede utilizar en su tarea de servicio.
  5. Otras almas con quienes puede trabajar.

Será evidente, para el estudiante inteligente, que esta Ley de las Escuelas es principalmente aplicable a todas las unidades de vida divina que han llegado o trascendido la etapa de la autoconciencia. Tiene en consecuencia una conexión vital con el reino humano; existe un significado oculto en el hecho de que es la undécima Ley, la cual capacita al hombre para unir dos de sus aspectos (el yo personal y el Yo superior). Rige la transición del átomo humano a un reino superior. Permite al hombre (cuando la comprende y se adapta a ella) entrar en un nuevo ciclo. Es la ley del Adepto, del Maestro y del Hombre perfecto, razón por la cual será útil tratarla con un poco más de amplitud que las otras, puesto que la humanidad llegó a la etapa donde algunos de sus entes ya están preparados para ser influenciados específicamente por esta Ley y ser transferidos al Aula del Aprendizaje, pasando por el Aula de la Sabiduría, al quinto reino o espiritual.

La Ley de las Escuelas, no se aplica específicamente a la evolución dévica –se rige por otra llamada “La Ley de la Resistencia Pasiva” que no nos concierne ni es conveniente considerarla aquí–, controla tres grupos principales de existencias:

  1. Los seres humanos desde el momento en que recorren el Sendero de Probación.
  2. Todas las unidades del Quinto Reino, en consecuencia, todos los miembros de la Jerarquía.
  3. Los Logos Planetarios de todo el Sistema.

Será evidente, que esta Ley tiene relación con el gran experimento que ha sido inaugurado en la Tierra por nuestro Logos Planetario en conexión con el proceso de Iniciación, y sólo rige desde que se abrió el portal de la Iniciación en los días atlantes, por lo tanto no rige para todos los miembros de la familia humana, llegando algunos lentamente a la realización regidos por la básica Ley de la Evolución. No afecta de ninguna manera, por ejemplo, a los miembros de la familia humana que se han individualizado en la cadena terrestre, aventando la chispa de la mente –uno de los métodos empleados por los Señores de la Llama, como ya hemos visto.

Puede ser estudiada en dos aspectos principales, primeramente en relación con los entes humanos que pasan al Aula de la Sabiduría influenciados Jerárquicamente y también en relación con los distintos Esquemas Planetarios. Cada Esquema existe para enseñar un aspecto específico de conciencia, y cada Escuela Planetaria o Jerárquica somete a sus discípulos a esta Ley, variando sólo los métodos. Dichas Escuelas Planetarias están necesariamente regidas por ciertos factores, de los cuales los dos más importantes son el karma peculiar del respectivo Logos Planetario y su Rayo particular.

En esta etapa no es posible transmitir a los estudiantes la información relativa a la naturaleza de cada Escuela Planetaria. […]

La enseñanza dada sobre nuestro Esquema Terrestre en el Aula de Sabiduría ha sido tratada en muchos libros ocultistas, incluyendo Iniciación Humana y Solar, y no es necesario ampliarla.

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2. La interpretación subjetiva [de un símbolo] es la que revela la idea subyacente en la manifestación objetiva. Esta idea, incorpórea en sí, llega a concretarse en el plano de la objetividad, pues como acabamos de decir, detrás de cada forma se halla sin excepción una idea, y no interesa qué grupo de creadores son responsables de su construcción. Estas ideas son evidentes para el estudiante después que ha ingresado en el Aula del Aprendizaje, así como la forma exotérica del símbolo es todo lo que puede ver el hombre que aún se halla en el Aula de la Ignorancia. En cuanto el hombre ha comenzado a emplear su mecanismo mental y ha hecho, aunque sea, un pequeño contacto con su Ego, ocurren tres cosas:

  1. Va más allá de la forma y trata de justificar esto.
  2. Llega con el tiempo hasta el Alma que ocultan todas las formas, y lo hace por medio del conocimiento de su propia Alma.
  3. Comienza entonces a formularse ideas en el sentido esotérico del término, a crear y a manifestar esa energía del Alma o sustancia, que puede manipular.

Entrenar a las personas a trabajar en materia mental es prepararlas para crear; enseñarles a conocer la naturaleza del Alma es ponerlas en contacto consciente con el aspecto subjetivo de la manifestación y otorgarles el poder para trabajar con la energía del Alma; capacitarlas para desarrollar los poderes del aspecto Alma es sintonizarlas con las fuerzas y energías ocultas en el Ākāśa y en el Anima Mundi.

El hombre puede entonces (a medida que el contacto con su Alma y su percepción subjetiva son fortalecidas y desarrolladas) convertirse en un creador consciente, colaborando con los planes de la Jerarquía de Adeptos que trabaja con ideas y trata de expresar estas ideas planetarias en el plano físico. A medida que cursa los diferentes grados en el Aula del Aprendizaje se acrecienta su habilidad para trabajar así y su capacidad para alcanzar el pensamiento que se halla detrás de todos los símbolos. Ya no lo engañan las apariencias, sino que las conoce como formas ilusorias que velan y aprisionan algún pensamiento.

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El método empleado sólo puede expresarse como la “entrada en la tierra ardiente”. El poder para realizarlo se obtiene atravesando tres tierras ardientes preliminares, como fácilmente puede verse:

  1. La tierra ardiente que existe entre el Aula de la Ignorancia y el Aula del Aprendizaje. Este es el fuego destructivo creado por el hombre de acuerdo a la actuación de la Ley del Karma.
  2. La tierra ardiente de la destruida personalidad ubicada entre el Aula del Aprendizaje y el Aula de la Sabiduría. Está situada en la orilla del río de la vida y se ha de atravesar antes de recibir la Tercera Iniciación.
  3. La tierra ardiente que el hombre descubre cuando está preparado para egresar del Aula de la Sabiduría como un Adepto perfecto. Es una triple tierra ardiente localizada “en la cumbre de la montaña”, mantenida viva y llameante por los vientos de los cielos, siendo responsable de la destrucción del Cuerpo Egoico o Causal.

La tercera produce una alquimización espiritual, mientras que las otras dos produjeron resultados en lo objetivo o aspecto forma, y en lo subjetivo o aspecto conciencia, de su triple naturaleza. Cuando se atraviesan estas tres tierras ardientes el Adepto está preparado para otra y más terrible experiencia.

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Cuando se ha efectuado el alineamiento, cuando se ha obtenido con más regularidad la unificación y cuando el antaḥkaraṇa (puente que conecta lo superior con lo inferior) está definidamente en proceso de construirse, la verdadera naturaleza del servicio, tal como la practica cualquier individuo, comienza a evidenciarse. El primer efecto de la afluyente fuerza del Alma, factor principal que conduce a prestar servicio, es integrar la personalidad y unir los tres aspectos inferiores del hombre en una sola unidad de servicio. Esta etapa es elemental y difícil, respecto al estudiante que está en el Aula de la Sabiduría. El hombre llega a ser consciente de su poder y capacidad después de comprometerse a prestar servicio, lo hace impetuosamente; crea un canal tras otro a fin de expresar la fuerza que lo impele, y derriba y destruye tan rápidamente como crea. Momentáneamente se convierte en un serio problema para los otros servidores con los cuales está asociado, pues sólo percibe su propia visión; entonces el ambiente de crítica que lo circunda y el fuerte empuje de la fuerza impulsora contenida dentro de él, constituyen el obstáculo con que tropiezan los “pequeños”, lo cual obliga a los discípulos más antiguos y experimentados a hacer constantemente reparaciones, en vez de hacerlas él, quien es momentáneamente víctima de su propio anhelo de servir y de la fuerza que fluye a través de él. En algunos casos, en esa etapa, se aventará la llama de la ambición latente. En último análisis, esta ambición es sólo el anhelo de la personalidad por mejorar, constituyendo en su debido lugar y tiempo un haber divino que debe ser extirpado cuando la personalidad se convierte en instrumento del Alma. En otros casos, la visión del servidor será más amplia y amorosa y, se despreocupará de sus propias realizaciones, trabajará al unísono y silenciosamente con los grupos de verdaderos servidores y sumergirá sus tendencias personales, sus ideas y ambiciones en el bien del todo, y el yo se perderá de vista. Quizás la sugerencia más valiosa que puede hacerse al hombre o a la mujer que tratan de actuar como verdaderos servidores, es pedirles que pronuncien diariamente, poniendo detrás de las palabras el corazón y la mente, la dedicación del Catecismo Esotérico que se halla al final del libro Iniciación Humana y Solar. Quisiera recordar a dichos servidores que si se rebelan o desalientan por las ideas contenidas en las palabras, quizás indique cuán necesario es que este objetivo de la vida se plasme en sus conciencias. La promesa es:

“Desempeño mi parte con firme decisión y decidida aspiración; miro arriba, ayudo abajo; no sueño ni descanso; trabajo; sirvo; ruego; Yo soy la Cruz; Yo soy el Camino; olvido mi trabajo realizado; me elevo sobre mi yo vencido; mato el deseo; me esfuerzo, olvidando toda recompensa; renuncio a la paz; rechazo el descanso y, en la tensión del dolor, me pierdo a mí mismo, para encontrarme a Mí mismo, y así penetrar en la Paz. Solemnemente me comprometo a realizar todo esto, invocando a mi Yo Superior.”

AAB/DK. TS7R II: PE.

La Orientación del Segundo Rayo

“El estudioso conoce la verdad. Todo le es revelado. Rodeado por sus libros y protegido por el mundo del pensamiento horada como un topo y abre su camino hacia la oscuridad; obtiene el conocimiento del mundo de las cosas naturales. Su Ojo está cerrado. Sus ojos están ampliamente abiertos. Mora en su mundo con profunda satisfacción.

“Detalle tras detalle penetra el contenido de su mundo mental. Acopia las pepitas del conocimiento del mundo, así como una ardilla almacena sus nueces. El depósito está colmado… Repentinamente desciende una azada, porque el Pensador cuida el jardín de sus pensamientos, y así destruyen los pasajes de la mente. Llega el desastre destruyendo rápidamente el depósito de la mente, y la seguridad, la oscuridad y la calidez de la investigación satisfecha. Todo ha sido eliminado. Penetra la luz estival y los rincones oscuros de la mente ven la luz… Nada queda sino la luz, y ésta no puede ser utilizada. Los ojos están cegados y el Único Ojo aún no ve…

“Lentamente debe ir abriéndose el Ojo de la Sabiduría. Paulatinamente el amor de lo verdadero, lo bello y lo bueno debe penetrar los pasajes oscuros del pensamiento mundano. Gradualmente la antorcha de la luz y el fuego de la rectitud debe consumir los tesoros acumulados durante el pasado, aunque demuestren aún su utilidad fundamental…

“Los siete caminos de luz deben alejar la atención del estudioso de todo lo que ha descubierto, acumulado y utilizado. Él lo rechaza y halla su camino hacia el Aula de la Sabiduría, construida sobre una colina, no profundamente en la tierra. Sólo el Ojo Abierto puede hallar este camino.”

AAB/DK. TS7R II: PE.

Los sueños de origen mental son fundamentalmente de tres tipos:

  1. Los sueños basados en el contacto establecido con el mundo de las formas mentales. Esto abarca un vasto reino de antiguas y modernas formas mentales como también a esas formas nebulosas e incipientes. Su origen es estrictamente humano y forman parte definida de la Gran Ilusión. Constituyen en la mayoría de los casos, el esfuerzo que realiza el hombre para interpretar la vida y su significado en el transcurso de las épocas. Se mezclan con el alma del espejismo que es de naturaleza astral. Es evidente que estas formas mentales abarcan todos los temas posibles. No personifican la vida de deseo de la raza, pero conciernen a los conceptos de los hombres sobre las ideas e ideales que –en el transcurso de las épocas– han controlado la vida humana y, por lo tanto, son la base de la historia.
  2. Los sueños de naturaleza geométrica en los cuales el sujeto se da cuenta de esos diseños, formas y símbolos básicos que constituyen los anteproyectos de los arquetipos que determinan el proceso evolutivo, produciendo oportunamente la materialización del Plan de Dios. También constituyen los grandes símbolos de la conciencia del hombre en desarrollo. Por ejemplo, el reconocimiento del punto, la línea, el triángulo, el cuadrado, la cruz, el pentágono y símbolos similares, significa simplemente el reconocimiento de un vínculo con y basado en ciertas líneas de fuerza que han determinado el proceso evolutivo hasta la fecha. En todas las razas hay siete formas análogas que evolucionaron y fueron reconocidas; para nuestro actual propósito tenemos veintiún símbolos básicos que en forma geométrica encierran los conceptos determinantes de las civilizaciones lemuriana, atlante y ariana. Será interesante saber que aparecerán catorce más. Los símbolos que ya han evolucionado están profundamente arraigados en la conciencia humana y conducen, por ejemplo, al constante empleo de la cruz con sus numerosas y diversas formas. En la actualidad dos símbolos están adquiriendo forma, como base de la civilización venidera, el loto y la antorcha flamígera, por eso su frecuente aparición en las meditaciones y los sueños de los aspirantes del mundo.
  3. Los sueños que constituyen presentaciones simbólicas de las enseñanzas recibidas en el Aula del Aprendizaje, mientras duermen los aspirantes y discípulos en el nivel más elevado del plano astral y en el Aula de la Sabiduría, en el plano mental. En la primer aula la raza ya aprendió lo mejor, mediante la experiencia atlante y en el mundo del espejismo, a través de los cuales puede hacerse una inteligente elección. El Aula de la Sabiduría personifica la enseñanza que las dos razas venideras desarrollarán y desenvolverán; con ese fin son entrenados el discípulo y el Iniciado.

Lo único que puedo hacer es indicar de esta manera la naturaleza de estas tres experiencias mentales básicas que hallan su camino en la vida de sueños del hombre en el plano físico. Éstas las expresa como sueños relacionados, trabajo creador e ideales expresados, que están forjando la conciencia humana.

AAB/DK. TS7R II: PE.

35. “Desde los planos cósmicos superiores el sistema solar se ve como un enorme loto azul, lo mismo sucede en la escala en orden descendente; también puede decirse del pequeño átomo de sustancia… El sistema solar es literalmente un loto de doce pétalos; cada pétalo está formado por cuarenta y nueve pétalos menores. El loto planetario difiere en cada esquema, y le revela al Iniciado uno de los secretos de la Iniciación cuando se le confía el número de pétalos de:

a. nuestro planeta Tierra,

b. nuestro polo opuesto planetario y

c. nuestro planeta complementario o equilibrador”. (Cfr. TSFC, p. 800.)

36. “Dentro del Aula de la Sabiduría, existe un departamento del cual las organizaciones astrológicas modernas son reflejos oscuros e inciertos. Los Adeptos conectados con él no trabajan con la humanidad, sino que se preocupan específicamente por “confeccionar los horóscopos” de las diversas grandes vidas que animan… los reinos de la naturaleza, con la determinación de la naturaleza de las influencias kármicas que actúan en la manifestación de los tres Logos Planetarios (mencionados en el punto 35 anterior)… Efectúan la progresión de estos diversos horóscopos para el siguiente Ciclo indicado y Sus registros son de profundo interés. Conjuro a los estudiantes a que se abstengan de intentar formar cálculos cíclicos de cualquier tipo, ya que hasta ahora las muchas constelaciones que existen solo en la materia física de naturaleza etérica son desconocidas e invisibles. Sin embargo, tienen una poderosa influencia y hasta que se desarrolle la visión etérica, todos los cálculos estarán llenos de errores.” (Cfr. TSFC, p. 831.)

AAB/DK. TS7R III: AE.

Regla Siete.

Para Aspirantes: Que el discípulo dirija su atención a la enunciación de esos sonidos que repercuten en el Aula donde deambula el Maestro. Que no emita las notas menores que inician la vibración dentro de las Aulas de Māyā.

Para Discípulos e Iniciados: Que la vida grupal emita la Palabra de invocación y así evoque respuesta de los Ashramas distantes donde actúan los Chohanes de la raza humana. Ya no son hombres como los Maestros, sino que han pasado más allá de esa etapa menor y se han vinculado con el Gran Concilio en el Lugar Secreto más elevado. Que el grupo entone un doble acorde; que resuene en las Aulas donde actúan los Maestros; que en él haya pausas y prolongaciones dentro de esas fulgurantes Aulas donde actúan las Luces que cumplen la Voluntad de Dios.

AAB/DK. TS7R V: RI.

Puntualizaré que la Tercera Iniciación se encara desde el valle de la experiencia y conciencia y no desde las cumbres de la aspiración, del sacrificio fanático, o desde el ángulo de la devoción, que obstaculiza el servicio del devoto y del Maestro, a quien trata de servir. Sabe, como aspirante a la Iniciación:

1. Que el grupo sepa que la Vida es Una, y nada puede tocar ni quitar esa Vida.

Adquiere un justo sentido de proporción respecto a la forma. Mira adelante hacia el Alma y no atrás hacia la forma. Numerosos devotos sinceros y aspirantes promisorios se preocupan tanto por la forma y su disciplina, que no tienen tiempo para dedicarse a la expansión del Alma. Es tan intenso el interés por sus reacciones a la disciplina autoimpuesta y su capacidad para ajustarse o no a ella, que las verdades espirituales, que tratan de penetrar en sus corazones, no pueden hacerlo. La moderación en todas las cosas, el inteligente empleo de las formas sustentadoras y el olvido de sí mismo, son las características del discípulo, pero no del principiante. Actualmente existen numerosos discípulos que deberían estar actuando en el Aula de la Sabiduría; están trabajando fanáticamente en el Aula del Conocimiento y tan absorbidos por las disciplinas físicas que ignoran las del Alma. Les pido que reflexionen sobre esto. Los aspirantes deben aprender la significación de las palabras contenidas en la Regla Seis para discípulos: “las reglas menores lo son en tiempo y espacio y no pueden retener al grupo”.

AAB/DK. TS7R V: RI.

2. Que el grupo amplíe las rasgaduras de esos velos y permita así entrar la Luz.

Llegamos ahora a un definido mandato o instrucción grupal. Se invoca la ayuda del grupo en forma tal que parece una orden. Lo esencial del mandato formulado reside en que durante la Nueva Era y en el intervalo entre el pasado (cuando prominentes discípulos trabajaron dentro de los velos de māyā) y la Nueva Era (donde la humanidad actuará conscientemente en el plano etérico), será necesario el trabajo de los grupos esotéricos dirigidos por el Nuevo Grupo de Servidores del Mundo, los cuales serán capaces de diferenciar los distintos velos, constituyendo esto el imprescindible y siguiente desarrollo. Los grupos deben enfocar la energía en el centro del Ser Grupal; el grupo debe llevar la fuerza de un punto a otro y de un velo a otro; proyectar la energía destructora y, en conjunto, llegar a percibir lo que oculta cada velo; desempeñar actividades purificadoras (siete en total); enfrentar, aceptar y distribuir, la descendente energía espiritual que finalmente consumará el trabajo realizado. El grupo –mediante el empleo de esa corriente descendente– hará retroceder las fuerzas del mal hasta el plano astral, y trabajará unido con los tres aspectos del Primer Rayo, tipificado por la Voz, el OṂ y el Sonido.

Lo antedicho contiene una magistral fórmula para la actividad grupal y también un poderoso método (una vez que el grupo pueda trabajar en forma unida) para la depuración y reorganización de las fuerzas que están activas hoy en el mundo. En la actualidad dichas fuerzas predominan en forma incontrolada; su efecto es casi tangible (en sustancia etérica) y están real y visiblemente presente y controladas por la Logia Negra, que utiliza las voces de la engañosa propaganda, la Palabra de la muerte (la cual no impartiré porque el OṂ, la palabra de la Vida, es suficiente) y el Sonido del aspecto más denso de la manifestación –sonido poderoso del reino mineral. Ello constituye una condición sin paralelo y crea una excepcional concentración de las fuerzas del bien y del mal sobre el plano etérico. La tarea de los grupos que trabajan dirigidos por los Maestros de Sabiduría, consiste en permitir la entrada de la Luz, utilizando las rasgaduras existentes en los velos de māyā.

Mencionaré tres grandes rasgaduras producidas en los velos. La Biblia se refiere a ellas en forma simbólica, aunque no ha sido observado ni comprendido su significado esencial.

La primera fue producida por el establecimiento de la Ley de Dios, que El Antiguo Testamento describe simbólicamente en el episodio de Moisés, cuando ascendió al Monte de Dios, y allí recibió los Diez Mandamientos; expresión de la Ley Divina adaptada a la humanidad y necesaria para proyectar las fuerzas que destruyen, purifican y reorganizan. Moisés, el Codificador, penetró en una de las Aulas dentro de los velos de māyā y allí encontró la Gloria del Señor. Su resplandor era de tal magnitud que, según El Antiguo Comentario:

“Aquél que fue de los primeros en penetrar tras los velos, absorbió la Luz, pero ignoró cómo trasmitirla a otros. Él y los demás no estaban preparados, aunque la Luz estaba allí y también los dos ojos directrices, pero sólo se puede utilizar uno de ellos y proyectar y enviar la Luz a cumplir su misión. El otro debe ser cegado, y eso lo sabía el Codificador. Por eso veló la Luz, apropiándose, para ese fin, de un fragmento de aquello que Él había ayudado a destruir; luego descendió de la cima de la montaña y regresó a la oscuridad de la Tierra”.

La segunda y muy importante rasgadura la produjo el poder del Segundo Aspecto, cuando Cristo sometió al Maestro Jesús a la Cuarta Iniciación, y su influencia conjunta triunfó sobre la muerte. Leemos que el velo del Templo se rasgó de arriba abajo. El Codificador estuvo presente al producirse la primera rasgadura, como culminación de la Tercera Iniciación, teniendo lugar un proceso similar de glorificación. Un acontecimiento análogo se produjo en la Transfiguración de Cristo, ejerciendo influencia o, mejor dicho, actuando a través del Maestro Jesús. Pero, durante el triunfo sobre la muerte y debido al episodio de la Gran Renunciación o Crucifixión, se produjo un grande e importante desgarramiento. Cuando se acata e interpreta correctamente la Ley, se define la actitud del hombre en el plano mental y sirve para producir una rasgadura en el velo etérico, separando de la forma físico densa el vehículo etérico, en su cuádruple aspecto. El desgarramiento del segundo velo, durante la Crucifixión, permitió la entrada de la Luz en el segundo nivel del plano etérico y un nuevo tipo de iluminación se difundió sobre la tierra. La Ley y el Amor pudieron entonces penetrar en la conciencia de la humanidad en forma directa y nueva, pues con ello quedaba involucrado el cerebro del hombre, por medio de la contraparte etérica de la sustancia del cerebro físico; el instinto de autopreservación (uno de los aspectos inferiores de la Ley) y la tendencia a la sensibilidad (sentimiento o emoción, una de las formas inferiores del amor) podían ser expresados en forma más comprensible.

Otra rasgadura del velo, relativamente de menor importancia, tuvo lugar cuando Saúl de Tarso contempló la Gloria del Señor y se trasformó en Pablo, el Apóstol. Su empuje y poderosa rectitud y sinceridad, su apresuramiento en el “camino a Damasco”, lo impelieron a atravesar uno de los velos separadores. El Reino de los Cielos “sufrió la violencia”, y los violentos lo tomaron por la fuerza. Dicha fuerza, actuando en Saúl, lo impelió a través del velo que impedía la visión, y la rasgadura producida le trajo una nueva revelación. Se ha dicho que quedó ciego durante tres días, y ello está corroborado en los registros esotéricos; la bien conocida analogía de los tres días en el sepulcro, reconocida por los esoteristas, es análoga también a la entrada en el tercer cielo, que posteriormente Pablo testimonió durante su vida. Comprendió la naturaleza de la Ley, como lo demostraron sus posteriores epístolas; el efecto del amor lo condujo hasta los pies del Iniciador, aprovechando así las dos rasgaduras anteriores. Mientras se esforzaba por alcanzar la Luz escribió la Epístola a los Hebreos que ha desatado tanta controversia. En ella los resultados del desgarramiento del tercer velo proporcionan la nota clave y expresan el primero y más elevado aspecto, así como las dos primeras rasgaduras condujeron a la revelación de la tercera y segunda cualidades divinas. El primer aspecto puede ser considerado una síntesis, la Comunión de los Santos, y relacionado con el Señor del Mundo, Melkitzedek. Lean la Epístola a la luz de estas observaciones, y observen cómo un Gran Iniciado se esforzó por revelar algunos hechos inherentes al Aspecto Voluntad o Poder. Sin embargo, estaban más allá de la comprensión de los discípulos y aspirantes de esa época, pero hoy forman parte real del conocimiento humano. La Ley, el Amor, la Unión o Síntesis, las grandes energías que se han infiltrado en la conciencia humana, proporcionan hoy la estructura sobre la cual se fundará la nueva civilización, se originará un nuevo acercamiento a Dios y se desarrollarán nuevas relaciones humanas.

Por lo tanto, las tres grandes rasgaduras aún existen, además muchas otras de menor importancia a las cuales no me referiré ni es necesario que lo haga. En el momento de la Iniciación tres grandes Hijos de Dios aportaron sustancialmente a la conciencia humana, mediante su determinada Voluntad de acatar la Ley, su Voluntad de Amar y su Voluntad de Síntesis, ayudando así a la humanidad a avanzar con menor dificultad en el “camino iluminado”, pasar por las aulas de māyā, con la ayuda de la Luz vertida a través de las rasgaduras que produjeron en los velos separadores los perfectos Hombres Divinos, en el momento de Su triunfo. Aún falta una cuarta gran rasgadura resultante de las energías liberadas y del bien adquirido, que posibilitaron las tres rasgaduras anteriores. Esta cuarta rasgadura la hará la humanidad misma, con “intención masiva” enfocada a través de los grupos que constituyen la exteriorización de los Ashramas de los Maestros. Por lo tanto, la rasgadura se producirá cuando nuevamente la Jerarquía adquiera forma física en la tierra.

Tengan presente la naturaleza simbólica de esta enseñanza; los velos no existen en realidad, según el sentido usual del término. Son energías y fuerzas opositoras que actúan sobre el aspirante como factores inhibidores, cuando trata de progresar, y sobre toda la familia humana cuando avanza en el Sendero de Evolución. Básicamente no tienen relación con la conciencia, pues en la mayoría de los casos los velos “se hallan en el aspecto terrenal del ser y no en el aspecto Luz”; esencialmente constituyen fuerzas físicas y, aunque resultan de los propios esfuerzos y actividades del hombre en el transcurso de las épocas, son mayormente obstáculos, invisibles e incomprendidos, a su progreso. Constituyen la concentración más inferior de fuerzas precipitadas desde otros niveles de actividad superiores al físico, tal como ustedes entienden la sustancia física. Podría decirse, por medio de una frase verídica, aunque engañosa, que están colocadas entre el sutil hombre interno, mental y astral, y su cerebro físico. Impiden que el cerebro registre el mundo de causas y significados. Dicho mundo interno puede ser emocional o mental en su enfoque y precipitación de su fuerza en el plano etérico. También puede ser el resultado fusionado de la integración de la personalidad y una combinación de energías, o estar bajo el dominio de los efectos de la energía del Alma. Si son evocadas, pueden esotéricamente penetrar, expulsar o desintegrar, y atravesar los velos de fuerzas separadoras, trayendo, con el tiempo, coordinación entre el Alma y el cerebro.

Dichos velos parecen cortinas que cubren las ventanas de la visión. Evitan conocer lo que está más allá del ámbito o zona de la experiencia común o mediocre, e impiden que penetre la Luz.

El mencionado trabajo realizado por los Hijos de Dios nada tiene que ver con el desgarramiento de los velos de sus propias fuerza y vida interna, que produce el contacto directo y claro con el Alma o con la iluminación adquirida por la experiencia en el plano físico. En el caso especial de los tres Hijos de Dios, esto se efectuó hace mucho tiempo. Prestaron servicio a la humanidad, produjeron las rasgaduras en los velos que separaban al género humano de la experiencia espiritual superior e impedían registrar la realidad de la existencia de la Jerarquía. Su servicio fue universal, e hizo posible a la humanidad obtener más progreso, porque de no permitirse una mayor entrada de Luz, el hombre no hubiera podido ver ni comprender la necesidad de destruir los obstáculos que la impedían. El aspirante común no puede percibir los velos hasta filtrarse alguna Luz a través de las rasgaduras en “la cortina de obstáculos”.

La gloria de Cristo y lo excepcional de Su realización estriba en el hecho de haber sido el primero en rasgar los velos de “arriba abajo”. Pudo hacerlo porque actuó como Salvador del Mundo, en forma separada e independientemente de la humanidad; se liberó del aura de la familia humana y –citando nuevamente El Antiguo Comentario, hasta donde puedo traducir las arcaicas palabras:

“Actuó desde arriba, y de lo más lejano surgió la fuerza que, con impetuosa arremetida, se abrió camino hacia las fuerzas separadoras, desbandándolas en tres direcciones, desde el más elevado punto y hacia la derecha e izquierda, permitiendo la entrada de la emanante fuerza que se resolvió en luz, amor y energía elevadora. Así actuó Aquel a Quien todos los hombres deben esperar. Siendo como el hombre, no actúa como tal. Actúa como luz divina, energía suprema y como Salvador del Mundo de los hombres”.

Permítanme citar otra vez la misma fuente y darles los antiguos nombres de los velos:

“A continuación del plano terrenal se halla el Velo de la Impulsión y luego el Aula de la Concentración, le sigue el Velo de la Distorsión, relacionado con el mundo del espejismo, análogamente a como la impulsión lo está con la fuerza. Más allá de ese velo tenemos el Aula de la Elección. Luego descubrimos otro más, el Velo de la Separación, y más allá de éste el Aula de los Hombres Ciegos –cegados por la Luz, pero enfrentando el último velo, el Velo de la Aspiración. Cuatro velos, tres aulas y muchos hombres”.

AAB/DK. TS7R V: RI.

Segundo, el plano astral es el de la ilusión, del espejismo y de la realidad distorsionada. La razón de esto estriba en que todo el mundo trabaja con materia astral, y la potencia del deseo humano y mundial produce esa constante “exteriorización de la imaginación” y construcción de formas que provocan efectos muy concretos de materia astral. Los deseos individual, nacional, racial y de toda la humanidad, más el deseo instintivo de todas las vidas subhumanas, causan el incesante cambio y movimiento de la sustancia del plano; existe una continua construcción de formas temporarias, unas de rara belleza, otras exentas de ella, y una vitalización de su creador por la energía astral. Agréguese a estas formas el escenario persistente y creciente denominado “registro ākāśico”, que contiene historia emocional del pasado, y también las actividades de las vidas desencarnadas que atraviesan el plano astral, ya sea al encarnar o desencarnar; añádase el potente deseo purificado e inteligente de todas las Vidas superhumanas, incluyendo las de la Oculta Jerarquía Planetaria, y la suma total de estas fuerzas existentes se verá que es estupenda. Todas actúan sobre, alrededor y a través de cada ser humano, y de acuerdo a la calidad de su cuerpo físico y a la condición de sus centros, así será su respuesta. A través de este panorama ilusorio, el aspirante debe abrirse camino, encontrar la clave o hilo, que lo conducirá fuera del laberinto, y aferrarse a cada pequeño fragmento de realidad a medida que se le presenta, aprendiendo a distinguir la verdad de la ilusión, lo permanente de lo transitorio y lo real de lo irreal. Como lo expresa El Antiguo Comentario:

“Que el discípulo se aferre a la cola de la serpiente de la sabiduría, y asiéndola con firmeza, que la siga hasta el centro más profundo del Aula de la Sabiduría. Que no se engañe y caiga en la trampa que la serpiente de la ilusión le ha preparado, que cierre sus ojos al colorido arabesco de su piel, y sus oídos a la melodía de su voz. Que perciba la joya engarzada en la frente de la serpiente, a cuya cola se aferra, y por su radiación atraviese las cenagosas Aulas de Māyā.

AAB/DK. TSMB.

El desenvolvimiento espiritual del carácter del discípulo debe ir a la par de su conocimiento interno. Este conocimiento se desarrolla de tres maneras:

1. Por definidas expansiones de conciencia, que dan al discípulo una comprensión de las etapas a alcanzar. Su mente formula lo que debe captar más adelante, siendo el primer paso hacia la adquisición. Un aspirante es llevado en forma definida a los planos internos y un chela más avanzado le indica el trabajo a realizar, algo así como cuando un instructor indica a su alumno la lección a aprender.

2. El próximo paso consiste en dominar la lección y desarrollar, por la meditación y el experimento, las verdades percibidas. Éste es un procedimiento largo, porque todo debe ser asimilado y constituye parte integrante del Yo del discípulo, antes de poder continuar. Es similar al planteo de un problema de aritmética, que debe seguirse, guarismo por guarismo, línea por línea, hasta obtener la solución. Este trabajo se efectúa tanto en los planos internos como en el físico. En el Aula del Aprendizaje se lo instruye al alumno todas las noches durante un breve período, antes de realizar cualquier trabajo de servicio. Estas enseñanzas las trae a la conciencia de su cerebro físico en forma de un profundo interés por ciertos temas y como una acrecentada aptitud para pensar concreta y abstractamente en los diversos asuntos esotéricos que ocupan su atención. Intenta experimentar y prueba distintos métodos para estudiar las Leyes, y en el transcurso del tiempo obtiene para él valiosos resultados. Pasa el tiempo, y a medida que adquiere mayor conocimiento, éste se sintetiza, quedando preparado para enseñar e impartir a otros el remanente del conocimiento, del cual está seguro.

3. Al enseñar a otros se obtiene más conocimiento. La definición de la verdad en la enseñanza cristaliza los hechos aprendidos y, en el juego con las otras mentes, las vibraciones propias del aspirante se sintonizan con planos cada vez más elevados, afluyendo nuevas intuiciones y nuevas verdades.

AAB/DK. TSMB.

Pero ¿cómo podrá ser comprendido el todo por la parte? ¿Cómo puede un alma observar todo el Plan cuando ella sólo ve una minúscula fracción de la estructura? Tengan esto constantemente en cuenta cuando estudian y reflexionan sobre estas Instrucciones, y recuerden que a la luz del futuro conocimiento humano, todo lo trasmitido aquí es análogo a un libro de lectura de quinto grado, comparado con los libros de texto utilizados por un profesor universitario. Sin embargo, servirá al aspirante para pasar del Aula de Aprendizaje al Aula de Sabiduría, siempre que utilice la información dada.

Aprendan a ser telepáticos e intuitivos. Entonces estas frases e ideas revestidas por las formas, no serán necesarias. Así podrán enfrentarse con la verdad desnuda, y vivir y trabajar en el terreno de las ideas y no en el mundo de las formas.

AAB/DK. TSMB

Y ¿qué puede decirse respecto al instinto de investigación? Trasmutado en divina investigación y trasformado por la aplicación de la Luz del Alma en el reino de la investigación, tendremos a la humanidad conducida al Aula de la Sabiduría, y el hombre dejará atrás las experiencias del Aula del Conocimiento. Nuestros grandes centros educativos serán escuelas para el desarrollo de la percepción intuitiva y el conocimiento espiritual.

El estudiante debe analizar cuidadosamente la clasificación siguiente:

InstintoAnalogíaModo
1. AutoconservaciónInmortalidadInvestigación metafísica
2. SexoUnión espiritual
Unificación
Religión
Misticismo
3. RebañoConciencia grupalHermandad
4. AutoimposiciónAfirmación del YoPsicología
5. InvestigaciónIntuiciónEducación

AAB/DK. TSMB


Las Aulas – 1975

El Maestro y la universalidad de la obra

Hay que centrar la atención principal en el Maestro que es Centro, Guía y mentor del Ashrama. En orden a ciertas reglas de carácter hermético no es posible comunicar la identidad del Maestro del Ashrama ni sus ocupaciones habituales en el mundo. Puedo decir, sin embargo ya que tengo Su consentimiento, que posee un cuerpo físico europeo y que viaja mucho por el Viejo Continente. Sus funciones específicas dentro de la Logia tampoco puedo revelarlas; pertenecen a estados de conciencia y a “‘dimensiones inasequibles a la percepción corriente normal”.

El Maestro, si hay capacidad para liberarse del tinte de misterio al que nos tienen habituados los tratados esotéricos de viejo estilo, adopta el carácter asequible de un Amigo en quien realmente se puede confiar. Desciende a nosotros, sabe de todas y cada una de las reacciones de nuestro ánimo y nos conoce mejor que lo que podemos conocernos nosotros mismos. Esto equivale a decir que Él es plenamente consciente de nuestro entendimiento y de nuestras posibilidades; sabe, por tanto, cuál es la enseñanza más idónea y necesaria a nuestros particulares estados de conciencia y a nuestra misión en el mundo. Existe (JASH-66) también una maravillosa relación kármica de la que nosotros vamos siendo cada vez más conscientes, un karma no sólo de relación de vidas anteriores, sino también un karma universal de Rayo y de servicio que involucra la actividad en el Ashrama de ciertas Vidas cuya trascendencia no puede ser medida en palabras humanas.

Circunscribiéndonos a lo más concreto y asequible, aunque siempre de acuerdo al principio esotérico, debo señalar que de la vida de un discípulo en encarnación física emana una estela de luz etérica coloreada por las cualidades de recta intención y servicio que es “inmediatamente visible”, por Aquél que kármicamente “debe” prepararle para el camino iniciático. Las palabras de “Luz en el Sendero”: “Cuando el discípulo está preparado, entonces aparece el Maestro” pueden ser aplicadas aquí.

Ahondando un poco en este principio de relación espiritual kármica mediante el cual el Maestro reconoce al discípulo y lo va aproximando paulatinamente a Su vida y al Aula de Sabiduría del Ashrama, se puede añadir que del fondo invocativo de un discípulo surge un día el desesperado grito de redención y que este grito, que es la nota típica de Su rayo egoico presentido y anhelado por la personalidad, se convierte precisamente en aquella luz cuyo rastro puede ser seguido a través de vidas y muertes por Aquel que para el discípulo es verdadera “luz y esperanza de Gloria”.

Recuerdo perfectamente mi primer contacto consciente con el Maestro; este recuerdo vivirá eternamente dentro de mi corazón. Sus palabras se grabaron a Fuego y desde entonces se perfectamente cuál es mi misión en la vida, así como mi profunda responsabilidad respecto a Él, a la ley del Ashrama y a mis compañeros de grupo.

– VBA, JASH.

Funciones de los Ashramas

(JASH-77) La abundancia de métodos para el desarrollo espiritual que se puede notar actualmente y desde hace casi un siglo, facilitados principalmente por las escuelas esotéricas y filosóficas del mundo, son un claro indicio de la importancia de los Ashramas en esta era de transición que estamos viviendo. Prescindiendo de la cualidad y características de los sistemas empleados para el desenvolvimiento espiritual de los aspirantes del mundo, hay que reconocer en líneas generales que todo el proceso de desarrollo interno y todas las técnicas de entrenamiento específicas para el mismo, obedecen sin distinción alguna a la gran necesidad mundial de estímulo y ayuda superiores. Existe un gran clamor invocativo que se eleva de “las pequeñas voluntades de los hombres” hacia las Alturas pidiendo angustiosamente un alivio divino a las grandes necesidades humanas. Este clamor puede ser oído por Aquellos que son los responsables directos del Plan de perfección del mundo y que desde elevadas zonas, allende la razón humana dirigen inteligentemente el progreso evolutivo de la Raza.

Como precedentemente lo señalamos, desde el principio de los tiempos, la Ley de Fraternidad oculta que emana del Corazón de la Deidad, ha intervenido en el desenvolvimiento evolutivo del planeta, desde el reino mineral hasta el reino humano, pasando por los reinos subhumanos. El proceso (JASH-78) iniciado en lejanísimas edades, prosigue un curso inmutable y tiende actualmente en su fase principal a convertir al hombre en una individualidad divina, plenamente apercibida de todos sus poderes y facultades superiores. Esta fase, en la que intervienen activamente unidades avanzadas de la raza de los hombres y miembros conscientes de la Gran Fraternidad Blanca o Jerarquía Planetaria, es definitiva en lo que a la humanidad como un todo se refiere, debido a que todo ser humano que logra ser admitido dentro de esta Fraternidad oculta y es capaz de penetrar en sus profundos secretos, se convierte automáticamente en un servidor consciente del Plan planetario y en un vínculo de relación entre los seres humanos capaces de pensar y sentir correctamente y Aquellos Grandes Seres que cooperan inteligentemente con la divinidad en el desarrollo del proceso evolutivo de la Naturaleza.

Esta gran ley de vinculación fraternal que permite la continuidad de este desarrollo, halla su punto de aplicación principal en los discípulos mundiales. Al mencionarlos reiteradamente no buscamos establecer una jerarquía distinta dentro de la humanidad, sino señalar un hecho en la Naturaleza que todo hombre rectamente orientado debe forzosamente considerar algún día. La existencia de los discípulos y la incorporación de los mismos al trabajo activo de vinculación, presupone un orden universal de relación que abarca la infinita vastedad de lo creado.

En el estudio que haremos acerca de los discípulos del Ashrama, la palabra “vinculación” tendrá siempre una relación con la analogía universal.

La función de los Ashramas, es precisamente establecer este fin vinculativo. Son ellos el intento que lo divino hace, en su gracia infinita, para acercarse a los hombres y compartir con ellos el trascendente Secreto de su propia Vida. La “vinculación” como ley de la Naturaleza tiene directa relación con los Misterios Sagrados de la Divinidad.

Los lazos de vinculación familiares y sociales forman parte de este intento de aproximación de Dios al hombre. Esta vinculación (JASH-79) es todavía más profunda y vívida cuando se refiere a los discípulos y a la ley de atractividad que los reúne en el Corazón del Maestro en el silencioso retiro de un Ashrama. Los Ashramas son los vestíbulos de la Casa del Padre a la que se refieren los tratados místicos. Tales vestíbulos toman también el nombre de “Aulas de Sabiduría”, y se supone que todo discípulo que ha llegado hasta allí, está preparado para dar el paso trascendente que va de lo humano a lo divino. La vinculación de los discípulos con su propia Alma solar, y con el Maestro que es Su Mentor en el Ashrama, presupone un acercamiento a la Jerarquía planetaria y, por lo tanto, al gran Plan de perfección del mundo. Todos estos conceptos son consubstanciales y forman como eslabones de la misma cadena que enlaza y vincula todos los reinos de la Naturaleza, los planos de evolución, las razas, los hombres y los continentes. Comprender el alcance universal de esta ininterrumpida serie de vinculaciones, es lo que confiere la aproximación a un Ashrama. Trabajar en esta forma presupone un amplio sentido de orientación espiritual y el punto de partida para la gran aventura de la búsqueda. Ésta se inicia con las sencillas, aunque sentidas prácticas de la buena voluntad y prosigue hacia adelante, etapa tras etapa, hasta culminar en el gran misterio que revela la Iniciación. Este Misterio principal es, en realidad, un conjunto de misterios menores, de la misma manera que un elocuente discurso es un conjunto de frases y palabras; el misterio más asequible a los hombres, en el proceso de la vinculación, es el desarrollo de la buena voluntad. De ahí el énfasis sobre la obra vinculativa del Nuevo Grupo de Servidores del Mundo, cuyo objetivo inmediato en lo que al común de los hombres se refiere, es el desarrollo de la conciencia humana realmente social, basada en las sencillas prácticas de correctas relaciones.

– VBA, JASH.

AGNI YOGA es la Ciencia del Corazón y es un intento jerárquico de hacer que “las pequeñas voluntades de los hombres”, reconozcan que en su pequeño corazón se halla la simiente de la Sabiduría de todas las épocas y que deben refugiarse (IAY-232) constantemente en este íntimo Santuario si quieren hallar la paz y la serenidad de sus vidas. No hay poder alguno en el Universo, por elevado que sea, que pueda resistir los impulsos serenos del corazón. La mente ofrece posibilidades infinitas y de alcance extraordinario en la búsqueda de soluciones que atañen a la vida kármica del hombre aquí en la Tierra. Sin embargo, el conocimiento íntimo de las cosas y la liberación del karma son cosas del corazón. Es decir, que los conceptos mentales o intelectuales por profundos y significativos que sean, sólo pueden ofrecer soluciones externas y de carácter temporal; el corazón, por el contrario, ofrece soluciones eternas.

AGNI YOGA, asentado en el Corazón, debe resolver definitivamente los problemas del tiempo y reducir progresivamente el volumen del karma. No hay que ser impulsivos ni impacientes. El trabajo a realizar dentro del corazón ha de ser tranquilo, suave y sereno… El Aula del conocimiento intelectual en donde aprendimos a ejercitar la mente, ha dejado de tener interés capital, hay que tratar de suspender por ello la profusión de sus múltiples actividades intelectuales y ver después serenamente lo que pasó. Deberá producirse lógicamente un silencio natural que es heraldo y precursor de profundas intuiciones. La imaginación, perdida en el vacío, tendrá que cumplir entonces una nueva y más dinámica acción, la de la representación subjetiva del Reino de Dios. Y ésta es una actividad del Corazón, no lo olvidemos.

– VBA, IAY.

Con profunda e infinita reverencia a los insignes Adeptos de SHAMBALLA

en el AULA DE LA CÓSMICA COMPRENSIÓN

Vicente Beltrán Anglada

– VBA, Dedicatoria de LOS MISTERIOS DE SHAMBALLA

I. EL CENTRO MÍSTICO DE SHAMBALLA

(MS-25) Nuestro estudio acerca del Centro espiritual de SHAMBALLA deberá abarcar como cualquier otro tipo de estudio serio y profundo, tres grandes vertientes: la histórica, la psicológica y la mística o espiritual.

La vertiente histórica deberá estar relacionada lógicamente con la vida física de SHAMBALLA, con las condiciones solares que determinaron su creación, con su situación geográfica en el planeta y con todas las particularidades que resultan de su emplazamiento magnético, las cuales sólo pueden ser contactadas por ciertos exaltados Adeptos o Grandes Iniciados de la Gran Fraternidad Oculta que guía los destinos de nuestro mundo. Esta vertiente histórica está relacionada principalmente con la PERSONALIDAD augusta de SANAT KUMĀRA, el SEÑOR DEL MUNDO, QUIEN es la encarnación del Logos planetario de nuestro esquema terrestre en el planeta Tierra.

La vertiente psicológica está relacionada con la expresión causal de SANAT KUMĀRA, es decir, con Su alma o conciencia, la cual se expresa a través de tres grandes (MS-26) Entidades venusianas, a las que más adelante haremos referencia y que, de manera misteriosa e incomprensible para la inteligencia humana, constituyen Sus tres Cuerpos de expresión en los tres mundos, físico, astral y mental. A estos tres exaltados seres se les denomina esotéricamente Buddhas de Actividad o Buddhas exotéricos.

La vertiente espiritual de SHAMBALLA ESTÁ ÍNTIMAMENTE VINCULADA con la vida mística del Logos planetario del esquema de la Tierra y, a la percepción de los altos Iniciados del planeta, aparece como la Mónada espiritual de SANAT KUMĀRA o que, al menos, actúa como tal desde el ángulo de vista de la observación oculta. Ese aspecto tan extraordinariamente subjetivo, de la vida íntima del SEÑOR DE SHAMBALLA, constituye la Trinidad solar aquí en la Tierra y está representada por otras tres Entidades de naturaleza extraplanetaria que incorporan los tres aspectos divinos de ŚIVA (El Padre), VIṢṆU (El Hijo) y BRAHMĀ (El Espíritu Santo). A estas tres Entidades extraplanetarias que encarnan la Voluntad, el Amor y la Inteligencia creadora del Logos solar se las denomina ocultamente Buddhas esotéricos.

La creación del Centro místico de SHAMBALLA, la consiguiente instauración de la Gran Fraternidad Blanca aquí en la Tierra, las particularidades desconocidas y profundamente secretas de este máximo Centro de poder espiritual, la índole de sus radiaciones magnéticas y sus dilatadas áreas de expansión etérica, constituyen el intento fundamental de este libro, cuyo objetivo único es introducir a los sinceros aspirantes espirituales del mundo, en algunos de los misterios planetarios que les propiciarán sin duda, en caso de hallar una adecuada respuesta en su corazón, la entrada en la gran corriente iniciática.

Sin embargo, los secretos o misterios que podrán revelarse en este libro, algunos de ellos entresacados de (MS-27) los infinitos arcanos de conocimientos ocultos contenidos en el AULA DE LA SABIDURÍA de SHAMBALLA, aún cuando se les considere como misterios menores desde el ángulo de vista de los Grandes Adeptos de la Gran Fraternidad, para los aspirantes y discípulos que establezcan contacto con los mismos, pueden constituir la base ideal para poder penetrar en el Umbral de los misterios mayores. Hay que tener en cuenta al respecto, que la línea progresiva de este estudio en pos del misterio de SHAMBALLA se prolongará sólo hasta aquel punto en el que la incapacidad del investigador de “ir más lejos”, o la prudencia espiritual, marcada por la intuición, tiendan un velo que le impida seguir adelante en sus investigaciones,… en bien de los propios aspirantes y en bien de la obra sagrada de la Gran Fraternidad, la cual ha de velar celosamente por la integridad del conocimiento que sólo ha de impartirse a las almas libres de prejuicios, ausentes de egoísmos y amantes de la Ley.

La triple vertiente histórica, psicológica y mística constituye para el SEÑOR DE SHAMBALLA -dicho con toda humildad y reverencia- lo que la triple pregunta: ¿Quién soy?, ¿de dónde vengo? y ¿a dónde voy? representa para los seres humanos en proceso de evolución consciente. Visto todo ello naturalmente desde el ángulo de la analogía, pues la ley de analogía es para el investigador esotérico, lo que las “medidas áureas o solares” son para el artista creador que en el marco de la forma trata de hallar el arquetipo de belleza o de perfección.

Todo nuestro estudio acerca de SHAMBALLA se basará, por lo tanto, en las sagradas leyes de la analogía hermética, apoyando nuestras investigaciones sobre los conocimientos esotéricos previamente adquiridos y tratando de profundizar cuanto nos sea posible en los mismos, en un intento por extraer o revelar cuantos (MS-28) misterios estén a nuestro alcance y puedan ser de ayuda para los aspirantes espirituales del mundo.

SHAMBALLA es el indescriptible Centro mágico donde tienen lugar todos los misterios que, como promesas de redención planetaria, se desarrollan dentro del “círculo-no-se-pasa” de nuestro planeta. Algunos de tales misterios constituyen experiencias históricas del SEÑOR DEL MUNDO y pueden ser percibidos y experimentados por los discípulos mundiales, en algunas de aquellas maravillosas Estancias de SHAMBALLA que esotéricamente llamamos el AULA DEL CONOCIMIENTO o sede de los Misterios menores, afectando la mente y la comprensión intelectual de los investigadores esotéricos dignos de tal nombre, durante el proceso de su integración espiritual en aquellos primeros tramos de la insondable Avenida sin culminación posible, que llamamos el SENDERO.

Otros Misterios ocultos de más elevada y exquisita trascendencia le son ofrecidos al discípulo que experimentó en su vida interna los Misterios menores y que, en virtud de ello y por haber alcanzado un nuevo y más incluyente tipo de visión y experiencia, empieza a recorrer el siguiente tramo del Gran Sendero que conduce a SHAMBALLA. Dejando a un lado la experiencia histórica del SEÑOR DEL MUNDO, empieza a preocuparse fundamentalmente de la vida psicológica del Gran Regente planetario y es introducido entonces en nuevas y más ocultas Estancias de SHAMBALLA, iniciando así el larguísimo recorrido por las Sendas de la Ascensión y Redención que atraviesan aquellos desconocidos e incomprensibles niveles ocultamente definidos como el AULA DE LA SABIDURÍA. En el devenir de estas elevadísimas actividades de conciencia van sucediéndose las llamadas “iniciaciones jerárquicas”, las cuales tienen lugar a partir de las dos “Iniciaciones menores o Misterios preliminares” –como reza la tradición oculta– recibidas en el AULA DEL CONOCIMIENTO.

(MS-29) Otra cadena de Misterios se presenta entonces a la percepción o campo de experiencia de los Iniciados, en el AULA DE LA SABIDURÍA de SHAMBALLA, pues deben trabajar y experimentar conscientemente en el interior de lo que podríamos denominar Vida Mística de SANAT KUMĀRA, el SEÑOR DEL MUNDO, cuyas sagradas virtudes y experiencia espiritual provienen de la Existencia Cósmica del Logos planetario del esquema terrestre. Esta cadena de Misterios supera ampliamente el “círculo-no-se-pasa” del planeta Tierra y están salvaguardados por ciertos Arcángeles planetarios de la más elevada evolución dévica y constituyen, dentro del incomprensible y maravilloso Sendero iniciático, aquellos estratos de conciencia divina jerárquicamente definidos como el AULA DE LA CÓSMICA OPORTUNIDAD, a partir de cuya mística y trascendental experiencia, empiezan a desarrollarse en los Grandes Iniciados, las características esenciales de los Logos creadores.

Tales son en síntesis los tres Senderos a recorrer por el ser humano a fin de que pueda reflejar dentro

de sí, “cuando los tiempos sean llegados”, la infinita Gloria de su Padre en los Cielos:

a. El Sendero Histórico en el AULA DEL CONOCIMIENTO.

b. El Sendero Psicológico en el AULA DE LA SABIDURÍA.

c. El Sendero Místico en el AULA DE LA CÓSMICA OPORTUNIDAD.

Dentro de la infinita complejidad de actividades que tienen lugar en cualquiera de las Esferas de SHAMBALLA, hay tres que sintetizan para la humanidad en su conjunto, los Propósitos y Designios de SANAT KUMĀRA: (MS-30)

a. La Neutralización del Mal Cósmico.

b. La Estimulación de las Simientes del Bien planetario.

c. El Cumplimiento del Karma en la extensión del “círculo-no-se-pasa” del planeta.

La neutralización de las corrientes psíquicas negativas procedentes del espacio extraplanetario que, en algunos tratados esotéricos son denominadas “MAL CÓSMICO”, es una actividad constante de los Grandes Agentes de SHAMBALLA. Se nos dice ocultamente que, el Mal cósmico, está compuesto por aquellas incalculables corrientes de energías psiquicofísicas que surgen de los universos en proceso de descomposición o desintegración por haber sido abandonados por sus respectivos Logos regentes, una vez extinguido su ciclo de expresión cósmica. Estos residuos kármicos o miasmas cósmicos son siempre de orden negativo y pueden penetrar fácilmente en aquellos mundos o universos en sintonía vibratoria con los mismos, siguiendo un misterioso proceso de afinidad molecular o química.

La obra meditativa de la Gran Fraternidad de SHAMBALLA es una actividad constante en la vida planetaria y los impulsos de amor que surgen de ella son derramados sobre la humanidad -principal responsable del mal planetario- estimulando las semillas del Bien espiritual oculto en los profundísimos repliegues de los corazones humanos y permitiendo el desarrollo de la buena voluntad, la cual, en la presente era y de acuerdo con las sagradas previsiones de SANAT KUMĀRA, ha experimentado un notable desarrollo y tiende ya, constante e invariablemente, a un mejoramiento de las relaciones humanas.

Ocurre sin embargo, y escapando a veces a las previsiones jerárquicas, que ciertas corrientes psíquicas provenientes del Mal cósmico, atravesando las fronteras del “círculo-no-se-pasa” planetario, se introducen en el seno (MS-31) de la humanidad provocando profundas tensiones y agudísimas crisis. En estos casos, afortunadamente muy raros y excepcionales, se le aplica al Karma de la humanidad un karma de tipo superior.

Con respecto a la Ley del Karma que la Gran Fraternidad de SHAMBALLA tiene el sagrado deber de cumplimentar dentro de la vasta extensión del “círculo-no-se-pasa” de la Tierra, hay que decir también

-pues esto constituye una de las claves secretas de la Iniciación- que la estrecha vigilancia impuesta por SHAMBALLA sobre estas inviolables fronteras forma parte de lo que ocultamente podríamos denominar Ley Cósmica de Supervivencia de los Dioses. Esta afirmación, que parece contradecir las drásticas medidas adoptadas por SHAMBALLA en casos concretos como los de la destrucción del Continente Atlante o la división territorial, social y política del pueblo alemán, tiene sin embargo una justificación natural en esta Ley de Supervivencia de los Dioses. Las causas originales de tales decisiones están más allá a veces -y esto resultará seguramente difícil de comprender- del libre albedrío de los propios Logos regentes, que se ven obligados a adoptar en tales casos, medidas ultrakármicas. Esto significa que, sin desdecir en manera alguna las actividades desarrolladas por estos Logos dentro de sus respectivos esquemas planetarios o sistemas solares, para hacer cumplimentar la Ley del Karma y como medida natural de perfección, existe también una Ley superior a la misma que actúa muy independientemente de aquella Ley particular y determina efectos cósmicos directos sobre aquellos casos particulares. La invocación de fuerza cósmica por parte del Logos planetario del esquema de la Tierra visando la supervivencia del planeta es, sin embargo, decisiva y providencial. Tal es el caso -limitando la expresión de la ley al mundo de las voluntades de los hombres- de la invocación del discípulo a su Maestro, en casos de urgente (MS-32) necesidad, cuando las fuerzas del mal han irrumpido en su conciencia tratando de ahogar o reprimir sus aspiraciones espirituales. La intervención del Maestro en tal caso es lógica y supremamente natural, ayudando al discípulo a vencer dentro de sí aquellas intromisiones de mal… Lo mismo podría decirse pues, utilizando la analogía con respecto a SANAT KUMĀRA, cuyo Maestro es el Logos planetario, o del Logos planetario, cuyo Maestro es el Logos solar. Esta analogía, seguida en orden ascensional, nos llevaría a las esplendentes y alejadas zonas cósmicas. Así, la Ley del Karma, observada más allá de las engañosas apariencias con las que a veces parece revestirse, no se altera nunca. Lo único que sucede es que se le aplica una ley superior desconocida todavía por los hijos de los hombres.

Ahora bien, las excepcionales medidas tomadas por la Gran Fraternidad de SHAMBALLA, revelando aquellas tremendas vinculaciones cósmicas, podrían repetirse de nuevo en nuestra era actual, marcada por el signo del fuego y de la electricidad, si alguna nación del mundo intentara utilizar contra otra este terrible y misterioso artefacto que llamamos bomba atómica. Debe recordarse al efecto que la Gran Fraternidad -mediante Sus múltiples y desconocidos Agentes dévicos jerárquicos- está ejerciendo un severo control y estrecha vigilancia sobre todas aquellas naciones del mundo que poseen y fabrican ingenios nucleares.

En uno de los últimos Concilios planetarios celebrados en el Centro de SHAMBALLA en el año 1975, se previó la contingencia de que alguna de tales naciones, llevada por estúpidos intereses económicos o políticos intentara utilizar contra otra este destructivo elemento nuclear. El Consejo de SHAMBALLA decidió entonces que “…la primera bomba atómica lanzada por un país contra otro, persiguiendo finalidades bélicas, estallase contra su propio territorio, debiendo sufrir consecuentemente (MS-33) en sus propias carnes el mal que intentaba infligir a otros”. Esta decisión tiene que ver, como vimos anteriormente, con el espíritu de supervivencia del gran conjunto planetario vinculado con una indescriptible Sociedad Corporativa de Dioses creadores. En razón de esta cósmica supervivencia, una precipitación ígnea de fuego eléctrico de primer Rayo se abatiría sobre aquella nación destruyéndola por completo, tal como sucedió en el caso de la Atlántida. Veamos lo que con respecto a estas transgresiones de la Ley, se halla escrito en ciertas páginas del “LIBRO DE LOS INICIADOS”:

“Los espíritus que tan irracionalmente se habían opuesto al destino de Justicia señalado por los Grandes Ejecutores, fueron destruidos por las aguas (la Atlántida). Los espíritus que irracionalmente y siguiendo sórdidos y tortuosos deseos, utilicen el fuego contra sus hermanos, por el fuego serán destruidos y no quedará de sus cuerpos ni las piadosas cenizas con que la madre naturaleza recubre el fin de sus creaciones.” (Una muy gráfica definición de una desintegración física por efecto de una explosión nuclear.)

Estos escritos, extraídos de uno de los libros más antiguos de la humanidad, constituyen una sutil referencia al peligro que supone utilizar ingenios nucleares como elementos de destrucción. Son también, a la visión de los investigadores esotéricos, un canto de esperanza y optimismo para todas aquellas naciones de la Tierra que hayan decidido vivir al margen de los conflictos bélicos y adoptado la paz como elemento supremo de convivencia social.

– VBA, MS.

La Séptima Esfera de Shamballa La Esfera Física

Constituye en su totalidad el Cuerpo físico del Logos planetario del esquema terrestre cuya organización, función y desarrollo evolutivo son llevados a cabo por SANAT KUMĀRA desde Su excelsa Morada física “LA ISLA BLANCA”, situada geográficamente en el Desierto de GOBI, en el Asia Central.

En el profundo y misterioso seno de este emplazamiento geográfico se halla objetivada en materia etérica del tercer subplano físico, la historia completa del planeta, que contiene -en lo que al estudio esotérico se refiere- todos los “secretos revelables” al investigador espiritual. Este emplazamiento físico está constituido por una inmensa e intrincada red de profundísimas cuevas subterráneas, surcadas por largos túneles y amplias galerías, iluminadas todas ellas por un tipo de esplendente luz desconocida por completo todavía por los científicos modernos la cual -a falta de un término descriptivo conocido- denominaremos “luz etérica”. Cada uno de los subplanos etéricos del Plano físico tiene su propia e inconfundible luz, la cual es una emanación o reflejo de la cualidad vibratoria del aura etérica (MS-56) del Logos planetario irradiada a través de SANAT KUMĀRA en aquel definido nivel. Estas antiquísimas cuevas fueron construidas, según se nos dice esotéricamente, por aquellos gigantescos Devas planetarios procedentes de la Cadena lunar, a quienes la tradición oculta ha asignado el nombre de ASURAS. El trabajo de construcción fue dirigido por expertos Devas planetarios de índole solar, siguiendo las ocultas instrucciones de los Grandes Señores Venusianos que instituyeron la Gran Fraternidad de SHAMBALLA aquí en la Tierra.

En estas inmensas cuevas o misteriosas estancias secretas, se hallan maravillosamente archivadas todas las “Memorias o Experiencias Históricas” del Logos planetario, constituyendo lo que esotéricamente se denomina “EL AULA DEL CONOCIMIENTO” o campo de experiencia de los discípulos espirituales del mundo. La Esfera Física de SHAMBALLA o Archivo físico de las Memorias del Logos planetario, contiene:

a. Muestras de minerales diversos, desde los toscos minerales provenientes de la primera cadena del esquema terrestre hasta las más bellas piedras preciosas y ejemplares de los elementos minerales radiactivos a través de los cuales ciertas especies minerales podrán penetrar un día en el reino vegetal.

b. Ejemplares de todas y cada una de las especies vegetales, desde los insignificantes musgos que cobraron vida por vez primera en la segunda cadena del esquema, hasta las más extraordinarias variedades vegetales que ciertos Devas venusianos transportaron desde su planeta de origen a la Tierra, siguiendo ocultas indicaciones solares. Entre tales variedades pueden contarse las flores más bellas y de más delicado perfume y las semillas de (MS-57) las especies que produjeron el trigo, el arroz y los árboles que ofrecieron los plátanos y cierto tipo especial de manzanas… La belleza de las flores, sus encendidos colores y la magia de sus perfumes constituyen una prueba de la esplendente e incomprensible evolución del excelso DEVA, Señor del reino vegetal y de la maravillosa sensibilidad de ciertas especies definidas, a través de las cuales algunas determinadas variedades vegetales serán introducidas a su debido tiempo, en el reino animal.

c. Prototipos o modelos de cada uno de los tipos animales aparecidos en la Tierra a través de las edades, desde las gigantescas y toscas especies que iniciaron su evolución animal en la tercera cadena (lunar) del esquema terrestre, hasta las más bellas y estilizadas formas de los animales superiores, dotados de “instinto racional” y aptos para poder ingresar en el reino humano durante el curso de la siguiente ronda planetaria.

d. Prototipos originales de seres humanos procedentes de todas las razas que aparecieron en el planeta durante el curso de la evolución, desde las formas etéricas y semietéricas de las dos primeras razas, la polar y la Hiperbórea –de las que nos habla la tradición esotérica– todavía sin rasgos humanos, hasta las delicadas y bellas formas que se aprecian en ciertos definidos tipos raciales. Pueden observarse allí a los gigantescos ejemplares lemures de hasta cuatro metros de estatura y a los soberbios y altivos tipos atlantes, de achatada nariz y color amarillo y los de nariz aguileña y tez cobriza, todos ellos desarrollados a través de la actividad espiritual de la Cuarta Jerarquía Creadora que produjo a la humanidad y que la (MS-58) va desarrollando física y espiritualmente a través de las edades cíclicas de la evolución.

e. Todas las conquistas humanas obtenidas en el transcurso de las edades condensando las diferentes fases evolutivas del saber humano, escritas sobre tablillas de piedra, papiros o pergaminos, hasta llegar a los rudimentarios libros realizados con la primitiva imprenta de GUTENBERG y proseguir hasta nuestros días, en los que las publicaciones literarias de todos los órdenes relativos a los conocimientos humanos se realizan a través de medios extraordinariamente sofisticados y utilizando mecanismos electrónicos de alta precisión técnica.

f. Todas las expresiones humanas en los departamentos del arte, la ciencia, la cultura y la civilización se hallan también allí, cuidadosamente archivadas en el interior de aquellas misteriosas y ocultas cuevas físico-etéricas de SHAMBALLA, desde las toscas y rudimentarias muestras artísticas de las razas más antiguas, hasta aquella obra insigne, no superada todavía por expresión artística alguna en nuestros días, que dio vida a la gloria inefable de GRECIA y el RENACIMIENTO. Pueden observarse allí reproducciones exactas -substanciadas de la luz astral de los acontecimientos temporales- tanto de las insignes creaciones de FIDIAS, MIGUEL ÁNGEL o de LEONARDO DE VINCI, como de las de todos los escultores, pintores, poetas, escritores y músicos que, con su arte, ennoblecieron la expresión física del Espíritu humano. La atención del investigador esotérico puede abstraerse también en la contemplación de los primeros instrumentos científicos creados por el hombre para (MS-59) medir su entorno social y universal, desde los más rudimentarios hasta los modernos telescopios radioeléctricos, capaces de acercar miles de veces las estrellas más lejanas, así como la obra legada por las antiquísimas culturas y civilizaciones, desde las que se iniciaron en los clanes primitivos hasta la moderna organización social y técnica de nuestros días.

Todo cuanto constituye una expresión de la evolución psicológica del hombre a través de las edades, se halla reflejado y reproducido allí, en aquellas inconmensurables cuevas abiertas por los Devas ASURAS en las entrañas de nuestra vieja y venerable Tierra. Todas estas reproducciones de los “recuerdos históricos de la Raza”, implican una inteligente y estrecha cooperación entre los Adeptos y Conocedores de cada época planetaria –capaces de leer en la luz de los registros akáshicos o Memoria cósmica de la Naturaleza– y los Devas Constructores, expertos en el arte de la “substanciación” de los registros memoriales del Logos planetario, dotando a estos de una expresión etérico-física de carácter permanente.

Con respecto a estos registros, recuerdos o memorias vivas del pasado histórico de nuestro Logos planetario, deberíamos aclarar que en su totalidad constituyen el ÁTOMO PERMANENTE FÍSICO del Señor del esquema de la Tierra, el depósito vivo y vibrante de todas Sus vivencias físicas desde el principio de los tiempos. Todo este vívido conjunto de “recuerdos físicos” se halla archivado en el cuarto subplano del Plano búddhico solar, el cuarto subplano etérico cósmico, en donde pueden observarse los átomos permanentes físicos de todos los Logos planetarios del Sistema solar en tanto que el átomo permanente de los seres humanos que contiene el recuerdo de todas sus experiencias físicas a través del tiempo de la evolución, se hallan ubicados en el primer subplano del Plano físico solar.

(MS-60) Sería interesante explicar aquí, que los discípulos avanzados de los distintos Ashramas de la Jerarquía planetaria son introducidos oportunamente en estos “Santuarios” de los recuerdos logoicos, en estas antiquísimas cuevas subterráneas del planeta, donde tienen oportunidad de comprobar objetivamente las enseñanzas recibidas de sus respectivos Ashramas, telepáticamente o por contacto directo con sus Maestros o Instructores. Hay que explicar asimismo, que tales objetivas percepciones pueden ser contactadas por los discípulos en entrenamiento espiritual en sus mismos lugares de emplazamiento, trasladándose allí por medio de sus vehículos psíquicos previamente desarrollados, o ayudados por sus Maestros o por algunos cualificados Discípulos.

Lo más interesante a remarcar es que la experiencia de contacto con los recuerdos temporales del Logos planetario, se realiza fuera del tiempo conocido, en ciertos niveles de increíble sutilidad, que le permiten al discípulo “percibir como actuales” aquellos recuerdos logoicos que se prolongan a veces, según sea la claridad de visión y evolución espiritual del discípulo, a las más alejadas épocas planetarias… El discípulo podrá recordar o no, una vez recobrada su conciencia física habitual, esta experiencia de contacto realizada en esta AULA del CONOCIMIENTO planetario, pero ella subsistirá como conocimiento intuitivo que le ayudará mucho en el devenir de su existencia kármica, en tanto prosiga firmemente en su propósito espiritual de redención.

No le será posible al discípulo recibir la primera Iniciación Jerárquica si no ha recibido previamente dos iniciaciones menores o preliminares, las cuales se administran precisamente en el interior de alguna de aquellas Estancias subterráneas en donde por razones kármicas, reproduce el discípulo, psíquicamente, alguna época específica de sus vidas anteriores, singularmente, aquella en la que estableció contacto espiritual por vez primera (MS-61) con su Maestro o en la que realizó algo realmente importante y genuinamente fecundo en favor de la humanidad. Este “cálido recuerdo” hace revivir en él la memoria de ciertos hechos espirituales de carácter ashrámico, le dota de un fervor espiritual todavía mayor y despierta su alma a experiencias psicológicas de orden trascendente. En el devenir de tales acontecimientos recibe el discípulo aquellas dos iniciaciones menores125, anteriormente descritas que constituyen el paso obligado para poder acceder a las sucesivas iniciaciones jerárquicas.

125 Estas dos iniciaciones menores están directamente relacionadas por analogía con las dos primeras Razas-raíces, polar e hiperbórea, a las cuales se las considera esotéricamente como introductoras de las dos primeras Razas conocidas, la Lemur y la Atlante.

– VBA, MS.

El lector atento y apercibido se preguntará, sin duda, singularmente en lo que hace referencia al contenido histórico, psicológico y místico de las Esferas de SHAMBALLA, cómo es posible “tener acumuladas tantas cosas, tantos hechos y tantas situaciones” en el interior de sus ocultos Santuarios, pues, de acuerdo con la lógica intelectual, todas aquellas formas, sea cual fuere su grado de sutilidad, sumadas en su totalidad, deberían superar con amplitud la capacidad de contención de aquellas misteriosas cuevas o Estancias ocultas denominadas (MS-82) esotéricamente “AULAS DEL CONOCIMIENTO”, “AULAS DE LA SABIDURÍA” y “AULAS DE LA CÓSMICA OPORTUNIDAD”.

Hay que tener presente al respecto, que todos aquellos ocultos tesoros no son sino “Recuerdos Vivientes” suministrados por los ÁTOMOS PERMANENTES del Logos planetario, plasmados en materia etérica de la más alta sutilidad y expresados en dimensiones del espacio, absolutamente desconocidas por el hombre actual. El proceso es idéntico al realizado por los seres humanos, los cuales merced a la actividad de sus átomos permanentes físico, astral y mental, pueden proyectar la infinita cadena de sus recuerdos, actuales o procedentes de otras vidas, recuerdos que se hacen “VÍVIDOS” cuando la conciencia individual establece contacto con ellos. Estos recuerdos o estas experiencias no ocupan realmente lugar, pues “lugar” es una expresión física relativa sólo a un concepto tridimensional del espacio y, tal como podrá percibir el discípulo en determinados estadios de su evolución, en dimensiones superiores al físico ordinario las cosas son muy distintas y los hechos se proyectan a velocidades que superan infinitamente la velocidad de la luz que es, como sabemos, de trescientos mil kilómetros por segundo. Este indescriptible aumento de la velocidad en el tiempo “empequeñece” las cosas a extremos inverosímiles y esta particularidad, conocida y experimentada sólo por discípulos Iniciados, permite la condensación o sintetización de un innumerable grupo de recuerdos, en centros increíblemente reducidísimos del espacio. Esta “ley de velocidad en el tiempo” será una de las claves de comprensión para los discípulos de la Nueva Era y un objetivo a alcanzar por la Ciencia del futuro.

– VBA, MS.

XII. LA INICIACIÓN ESPIRITUAL DEL HOMBRE

(MS-203) La expansión de conciencia en el reino humano, técnicamente descripta como “iniciación espiritual”, es el mayor de los misterios de SHAMBALLA y lleva –tal como puede leerse en el “LIBRO DE LOS INICIADOS”– “…el Sello del propio Dios…”. Es la culminación de un vasto plan planetario dentro del cual ha de ser evidenciada la verdad contenida en los textos bíblicos: “el Hombre es hecho a imagen y semejanza del Creador”. Todo cuanto vayamos estudiando acerca del proceso iniciático estará inmerso, por lo tanto, en la intención del Logos planetario, de ser consciente a través de los seres humanos, de la gloria infinita de Su propia creación en la vida de la Naturaleza, pues por sus peculiares características dentro de este séptuple esquema planetario, el cuarto reino humano ocupa el centro místico de la evolución, estando situado entre los tres reinos superiores, el divino o solar, el espiritual o planetario y el superhumano, y los tres inferiores, el animal, el vegetal y el mineral.

Pero, antes de emprender el estudio de la actividad iniciática que se realiza en el Centro de SHAMBALLA, (MS-204) deberíamos considerar los métodos preliminares o preparatorios a que han de sujetarse aquellos hijos de los hombres que anhelan ardientemente convertirse en Hijos de Dios.

Resumiremos brevemente el proceso preliminar que precede a la Iniciación espiritual de los Hijos de los Hombres, en las tres siguientes etapas:

a. De OBSERVACIÓN en el AULA DE LA IGNORANCIA o del APRENDIZAJE, cualificando la etapa del Aspirante espiritual.

b. De ACEPTACIÓN en el Aula del CONOCIMIENTO, que cualifica la etapa del Discípulo.

c. De VINCULACIÓN en el AULA DE LA SABIDURÍA, que determina la etapa del Iniciado.

En la etapa inicial, definida ocultamente como de preparación mística, el aspirante espiritual se halla sujeto a la atenta observación y vigilancia de algún cualificado discípulo perteneciente a determinado Ashrama de la Jerarquía espiritual del planeta, con la misión de informar periódicamente al Maestro que es Guía y Mentor espiritual del mismo, de los progresos espirituales observados en la vida de aquel aspirante.

Si el aspirante demuestra voluntad, persistencia y anhelos de servicio, se le acepta entonces en un Ashrama –el que kármicamente le corresponde en razón de su Rayo– y allí, en contacto con el Maestro que constituye un poderoso Centro de Poder espiritual, aprende ciertos aspectos definidos de la vida interna o espiritual, los cuales, una vez que han sido convenientemente asimilados y convertidos en experiencia personal, le permitirán acceder a las dos Iniciaciones preliminares, llamadas “menores”, que le introducirán en ciertos misterios de orden relativos pero que constituirán las Puertas de entrada al Aula de la Sabiduría, donde “se agitan gozosos” –tal (MS-205) como dice la tradición hermética”– los Misterios mayores.

Vamos a examinar ante todo estas dos Iniciaciones menores. Son la antesala –si podemos decirlo así– de las Iniciaciones mayores, esotéricamente descritas como jerárquicas. Suelen impartirse en grupo y en el interior de alguna de aquellas misteriosas Estancias a las que hicimos anteriormente referencia, al comentar el contenido histórico y espiritual de la séptima Esfera de SHAMBALLA.

Puede suceder, sin embargo, que por razones especiales que sólo conoce el Maestro, estas dos Iniciaciones las reciba el discípulo en forma individual.

La Estancia iniciática a la que hacemos referencia se encuentra profusamente iluminada por la luz etérica que corresponde a aquel definido nivel. Hay en el centro de la misma una especie de altar de finísimo cristal de roca que descompone la luz etérica en policromas irisaciones que le prestan a la estancia un mágico e indecible encanto. En el momento de impartirse la Iniciación, se hallan presentes tres Adeptos de la Jerarquía; uno de Ellos de categoría espiritual equivalente a la de CHOHÁN, ocupa el centro del altar y empuña un Cetro de poder, de brillante y desconocido metal que despide áureos resplandores y lleva en su extremo superior un grueso rubí labrado en forma de punta de lanza. Los otros dos Adeptos se sitúan uno a cada lado del discípulo que va a recibir la iniciación –si se trata de una Iniciación de carácter individual– o a ambos extremos del grupo, si tiene carácter grupal. En tal caso, el grupo adopta la forma de un semicírculo alrededor del altar, de manera que en el centro queda el Maestro Hierofante y a cada lado del grupo los dos Maestros que actúan como Padrinos de los discípulos que van a recibir la iniciación.

(MS-206) La ceremonia que se realiza es muy parecida –pues la analogía rige ocultamente todo el proceso iniciático– a las que tienen lugar en las Iniciaciones mayores o jerárquicas; la única diferencia sensible entre unas y otras es la intensidad y cualidad ígnea de la energía que surge del Cetro de Poder. En todo tipo de Iniciación, mayor o menor, la regla esotérica se basa en la fórmula mística “…cada cual ha de recibir según sea su medida”.

En el momento estelar o cumbre de estas Iniciaciones menores, el Hierofante eleva Su Cetro hacia lo Alto y pronuncia la fórmula mágica o mantrámica: “SEÑOR, HAGO ESTO EN TU NOMBRE”. Se abren entonces los éteres ambientales y como prueba de aquiescencia, aparece fulgida y brillante encima del Hierofante, la estrella mística de cinco puntas de un intenso y brillante color azul índigo del BODHISATTVA, el Instructor del Mundo, Maestro de Maestros, de Ángeles y de Hombres, Representante del SEÑOR DEL MUNDO, el INICIADOR ÚNICO del planeta; son estas dos iniciaciones menores y las dos próximas Iniciaciones, de carácter Mayor o jerárquicas las que constituyen las Puertas de Entrada dentro de la corriente de Vida espiritual de la Gran Fraternidad Blanca de la Tierra.

Suelen asistir a estas Iniciaciones menores numerosos discípulos de los Ashramas de los Maestros, que han sido especialmente invitados a estas ceremonias. Además, un grupo específico de Devas superiores del mismo Rayo del candidato o candidatos, algunos Iniciados de la Jerarquía espiritual, que aportan Su concurso y colaboración a aquella ceremonia jerárquica de “preparación para los Misterios mayores” y los tres Maestros anteriormente descritos. En todo caso, el poder de SHAMBALLA se halla omnipresente en todas y cada una de las fases de aquel ritual mágico, flotando como mística esencia de fuego dentro del recinto iniciático.

(MS-207) Una vez recibidas estas dos Iniciaciones menores o preliminares, el discípulo podrá penetrar en las interioridades del Ashrama, en aquellas profundísimas e ignoradas zonas espirituales que ocultamente definimos como “El Corazón del Maestro” y empezar a recorrer desde allí la tercera y última etapa de preparación mística que ha de convertirle en un perfecto Iniciado y en un verdadero Hijo de Dios.

La tercera etapa, definida técnicamente como de “Vinculación en el Aula de la Sabiduría”, revela con total claridad las posibilidades del discípulo de penetrar más profundamente en el Cuerpo de Misterios del Logos planetario, a través del Corazón de su Maestro, Quien durante toda esa etapa asumirá la responsabilidad directa del discípulo, preparándole individualmente en el seno del Ashrama para que pueda dar los pasos necesarios que han de llevarle ante el Portal de las Iniciaciones mayores, un Portal que sólo se abre ante los verdaderos Discípulos espirituales que han pasado el fuego de la prueba y son fieles intérpretes en el mundo, de aquel insigne propósito redentor “que los Maestros conocen y sirven”.

El Maestro instruirá a este discípulo o al grupo de discípulos “dentro de Su Corazón”, de manera muy directa y particular, pues los últimos pasos del discípulo en su recorrido en el difícil Sendero que conduce ante el Portal de las grandes Iniciaciones, suelen ser los más espinosos y resbaladizos. En el devenir de los mismos, el discípulo ha de descender a las cuevas místicas donde se halla escrita la historia del planeta y extraer de allí la gran experiencia del tiempo, recorriendo con ayuda de la percepción clarividente y de la psicometría (circunstancialmente desarrolladas), todo su pasado kármico. Entonces, con ayuda de su potente decisión y aspiración intensa, “borra” los estigmas del mal que pudo producir a través de las edades y de sus múltiples ciclos de encarnaciones, sin sentirse tentado ni magnéticamente (MS-208) atraído por los incidentes kármicos que los produjeron ni por los Egos que formaron parte de su entorno familiar o social en aquellas épocas, más o menos lejanas.

Este descenso místico a las cuevas históricas del planeta está muy bien descrito en las palabras del Evangelio: “Jesús descendió a los Infiernos y después subió a los Cielos” y tiene por objeto robustecer la voluntad del discípulo y dotarle de la coraza del desapasionamiento y del desapego hacia las obras del tiempo, a fin de que, convenientemente templada y llena de virtud espiritual, pueda penetrar definitivamente en la corriente de vida iniciática que lleva a lo eterno.

– VBA, MS.

Como esotéricamente se sabe, durante el curso de un Manvántara o período de encarnación física de un Logos planetario, aparecen siete grandes Razas-raíces. Actualmente, la evolución espiritual de la mayor parte (MS-251) de la humanidad se realiza en la quinta subraza de la quinta Raza ARIA y se perfila ya en lontananza el elemento arquetípico coordinador que ha de producir la sexta subraza. Aparecieron antes otras cuatro Razas-raíces De las dos primeras, llamadas “polar” e “hiperbórea” se sabe muy poco, debido a que los cuerpos que utilizaron estaban construidos de materia etérica y semietérica. Sus “duplicados” pueden ser observados, sin embargo, utilizando la clarividencia etérica, en una de las Estancias del Aula del CONOCIMIENTO de SHAMBALLA. Los Arquetipos mentales de los cuales los respectivos MANÚES extrajeron sus diseños, eran todavía muy imperfectos en orden a la organización de la forma y, según se dice esotéricamente, la vida de las conciencias que ocuparon aquellas formas raciales estaba condicionada a extremos increíbles por las dificultades ambientales, ya que debían absorber o respirar una pesada atmósfera de carácter ígneo y alimentarse de los residuos etéricos procedentes de las formas que, faltas de vitalidad, iban desintegrándose. El prana solar era totalmente desconocido, pues la densidad de aquella atmósfera hacía imposible que los rayos solares pudieran atravesar sus enrarecidos ambientes. Las formas eran deformes y desproporcionadas, pues los Devas que las construían no disponían aun de las sagradas medidas áureas y solares que rigen las proporciones perfectas de la forma, pero cumplieron con el objetivo inmediato de crear las bases substanciales de las dos próximas Razas-raíces la LEMUR y la ATLANTE, las cuales empezaron a organizarse potentemente en el aspecto material, adquiriendo formas o cuerpos densos y objetivos. Al llegar la corriente evolutiva de las formas a la quinta subraza de la Raza LEMUR, se produjo un hecho trascendente que dio como resultado la INDIVIDUALIZACIÓN del hombre-animal que poblaba la Tierra, es decir, la aparición del ser humano autoconsciente… De (MS-252) este hecho esencial, íntimamente vinculado con la suprema Vida del SEÑOR DE SHAMBALLA se hizo referencia específica en páginas anteriores, pero podemos afirmar que del mismo se originó un impulso espiritual tan importante y trascendente que aceleró en millones de años el desarrollo espiritual del planeta.

– VBA, MS.

En la exposición total del libro se ha utilizado –tal como es la ley esotérica– el principio hermético de la analogía, que es la guía serena del ánimo del investigador y la que le impide caer en la facilidad de los comentarios nacidos de una imaginación muy fértil o de un ánimo muy exaltado por el entusiasmo cálido de la propia investigación. Se trata sólo, tal como indicábamos al principio, de señalar ciertas líneas de investigación mental que pueden orientar el propósito de la búsqueda hacia puntos muy concretos y definidos sobre el Centro místico de SHAMBALLA y sobre algunas de las actividades (MS- 315) que se desarrollan en ciertas áreas definidas de este trascendente Centro espiritual, ya sea en el AULA DEL CONOCIMIENTO, en el de la SABIDURÍA o en el de la CÓSMICA OPORTUNIDAD.

– VBA, MS.

Debido a lo anteriormente expuesto acerca de la gran ley o principio de analogía, he considerado que cuanto en términos generales y no excepcionales diga con respecto a mi Ashrama, podría ser aplicado a todos y cada uno de los demás Ashramas.

Como ustedes seguramente sabrán a través de la literatura esotérica, la Enseñanza espiritual de los Discípulos se imparte en tres grandes Aulas o Escuelas jerárquicas, denominadas:

a. Aula del Aprendizaje.

b. Aula del Conocimiento.

c. Aula de la Sabiduría.

Aunque deberé hacer naturalmente mención del Aula del Aprendizaje y a la de la Sabiduría, el objetivo de este libro va especialmente dedicado a expresar cuanto ocurre (DS-10) en la segunda de las grandes Aulas, la del Conocimiento. Esto deberá ser así:

1º. Porque yo, como discípulo juramentado, estoy recibiendo entrenamiento espiritual en una de estas Aulas de Conocimiento.

2º. Porque en el desarrollo de mis ideas sobre esta aula, podrán los lectores atentos y apercibidos ser conscientes de parte de lo que se transmite en las otras dos Aulas.

3º. Porque esta Aula está dirigida ocultamente por el propio Bodhisattva, Señor del Amor planetario y centro de fusión de todas las demás Aulas. No olviden ustedes que el Bodhisattva es el Maestro de Maestros, de Ángeles y de Hombres.

Estas razones, convenientemente comprendidas e interpretadas, abrirán sin duda la mente de los lectores al sagrado impulso de lo interno y les impulsarán quizás hacia aquellas augustas soledades de sí mismos, allí donde se gestan los valores cualitativos de los discípulos espirituales y de donde surge la potente fuerza interna que los proyectará hacia un definido Ashrama de la Jerarquía y al encuentro del Maestro que ha de llevarles “de la Oscuridad a la Luz, de lo Irreal a lo Real y de la Muerte a la Inmortalidad”.

– VBA, DS.

En el Ashrama y el curso de la enseñanza oculta y de comprensión de los misterios espirituales, quien más comprende y quien más se beneficia de los conocimientos impartidos es quien “más atentamente sigue el desarrollo místico de la enseñanza”. De ahí que la atención es la clave mágica para introducirse en los niveles de la intuición, pues ella introduce al discípulo en las elevadas zonas del Plano Búddhico, desarrollando en el mismo aquello que anteriormente habíamos definido como “jerarquía espiritual de las almas”.

Debo decir, en virtud de ello, que nuestro Maestro representa en esta etapa actual, para muchos de nosotros, el Aula del CONOCIMIENTO, pero hay muchos discípulos Iniciados para quienes el Maestro representa el Aula de la SABIDURÍA. Todo está condensado dentro del Ashrama y las tres Aulas: la del Aprendizaje, la del Conocimiento y la de la Sabiduría, que cumplen correctamente su función para grupos determinados, sean aspirantes, discípulos o Iniciados.

Todos reciben allí el adecuado entrenamiento espiritual, el que corresponde a su grado de evolución o jerarquía y a las funciones que han de desarrollar dentro o fuera del Ashrama.

A mi entender este era un punto que precisaba ser aclarado, por cuanto las Escuelas de entrenamiento espiritual de la Gran Fraternidad tienen su representación en todos y cada uno de los Ashramas de la Jerarquía.

Hay, sin embargo, dentro de esta Gran Fraternidad –y esto desvanecerá sin duda algunos malos entendidos acerca del funcionamiento de estas Aulas de Enseñanza– unas Escuelas que podríamos denominar como de conjunto y a (DS-27) las cuales asisten miembros, sea cual fuere su tipo de Rayo, y en las cuales se cotejan las experiencias de conocimientos adquiridos en los distintos Ashramas. Se realiza allí una fusión de Rayos y se intercambian las experiencias de cada Ashrama al frente del cual se halla su Maestro, Mentor o Guía respectivo, produciéndose entonces una síntesis de conocimientos que favorece el desarrollo de la intuición en los miembros de los grupos ashrámicos.

– VBA, DS.

IV. SOBRE LAS GRANDES ESCUELAS DE ENTRENAMIENTO ESPIRITUAL

(DS-35) “Hoy vamos a hablar de las cuatro grandes Escuelas de entrenamiento espiritual que funcionan en nuestro planeta –anunció el Maestro– y es necesario que mantengáis muy despierta la atención, ya que todos vosotros estáis ubicados en una determinada Escuela de Conocimiento oculto. Estáis involucrados en la absorción de ciertas ideas que pueden aclarar positivamente vuestro destino, tanto de discípulos juramentados como de Iniciados. La ampliación de vuestros conocimientos en el área de otras Escuelas implícitas en el plan jerárquico os será beneficiosa. Así, nuestra conversación de hoy versará sobre todas las Escuelas de Entrenamiento espiritual jerárquico que actúan en los niveles ocultos, veladas por completo a la investigación de los curiosos y de todos aquéllos que han hecho de los estudios esotéricos una profesión que les aporta beneficios económicos. Todos (DS-36) sabéis ciertamente, a través de vuestra propia experiencia, que hay tres grandes Escuelas jerárquicas de entrenamiento espiritual, las cuales, de acuerdo con los estudios esotéricos, toman la siguiente designación:

1. El Aula del Aprendizaje,

2. El Aula del Conocimiento y

3. El Aula de la Sabiduría.

Sin embargo hay otra Escuela, definida en términos jerárquicos

4. El Aula de la Cósmica Oportunidad,

en la cual reciben entrenamiento logoico todos aquellos Maestros o Adeptos planetarios que realizaron con éxito Sus trabajos de entrenamiento en el Aula de la Sabiduría. Sólo muy raramente se la menciona en los tratados esotéricos corrientes. Consta de siete Escuelas subsidiarias, dentro de las cuales y de acuerdo con las necesidades planetarias y solares son entrenados los Adeptos, los Chohanes y en general todos aquellos benditos Seres que alcanzaron la quinta Iniciación. Tales Escuelas son de libre elección por parte de Aquellos insignes Educandos y, en su totalidad, son llamadas de “Elección en el Séptuple Sendero Solar”. Veamos ahora cuales son estos siete Senderos:

1. El Sendero de Servicio en la Tierra dentro de la Jerarquía Espiritual Planetaria. (DS-37)

2. El Sendero del Trabajo mágico a través del magnetismo eléctrico.

3. El Sendero de entrenamiento para los futuros Logos planetarios.

4. El Sendero hacia la Constelación de las Pléyades, el de la relación cósmica entre esta Constelación y la estrella Sirio.

5. El Sendero del Rayo particular de cada Adepto a la búsqueda de la fusión con el Rayo cósmico que sintetiza todos los Rayos.

6. El Sendero de cooperación con el Logos Solar. La agrupación de Aquellos Adeptos planetarios en torno al Logos de Sistema en el Plano Búddhico Cósmico, colaborando con Él en los trabajos de preparación del futuro Mahāmanvántara, que dará lugar al tercer Sistema Solar.

7. El Sendero de la Absoluta vinculación de los Adeptos y Chohanes que eligieron tal Camino, con Aquél indescriptible Logos, padre potencial de nuestro Universo, de QUIEN, tal como puede leerse en los tratados esotéricos, NADA PUEDE DECIRSE, por Su eximia grandeza y magnificencia.

Naturalmente, nada tenéis que hacer todavía con esta Elevada Escuela de entrenamiento espiritual, puesto que aunque habéis recibido casi todos la segunda Iniciación jerárquica, sois todavía unos simples aspirantes y os falta mucha experiencia en el control y dominio de las incidencias de vuestro destino kármico y en la recepción de energía proveniente de los elevados niveles del Plano Búddhico. Pero estáis aquí precisamente para esto, para adquirir experiencia, no sólo de conocimientos esotéricos, (DS-38) sino también –y es muy importante que os deis cuenta de ello– de contacto con el aura magnética que se desprende de Mí y de los Ángeles que cooperan conmigo en esta fase de entrenamiento espiritual que estáis recibiendo.

Cuando ingresasteis en el Ashrama, previo el tiempo fijado de observación espiritual al que estuvisteis sujetos y de la cual salisteis victoriosos, fueron sucediéndose las etapas de preparación y pasasteis así con éxito las dos iniciaciones menores y aquélla, la primera, que por sus características expresivas podríamos denominar “jerárquica”, pues en la misma se os exigieron juramentos y os fueron confiados ciertos secretos, los cuales, fielmente salvaguardados, os abrieron la Puerta que da entrada a la gran corriente iniciática mayor, dentro de la cual estáis ubicados desde entonces.

La enseñanza que estáis recibiendo ahora forma parte del conjunto de verdades que deberéis descubrir y de realizaciones que deberéis poner en práctica, ya que os han de facilitar el logro de la tercera Iniciación y otras aun más elevadas. Estáis profundamente vinculados en la segunda de las grandes Aulas jerárquicas, la del Conocimiento, puesto que una vez cumplidos los requisitos exigidos en el Aula del Aprendizaje, utilizáis aquella experiencia como un trampolín para lanzaros a la búsqueda de nuevos secretos y de nuevos misterios.

Desde un buen principio os advertí, y continuaré insistiendo sobre este punto, de la necesidad de prestar una muy profunda y serena atención a todas mis palabras, no porque sean mías, sino porque representan la Verdad que surge de la experiencia del contacto con las Entidades planetarias que guían el destino de nuestro mundo. En la atención –cuando es realmente profunda y expectante– se realiza una gran transmutación psicológica. El “yo inferior” deja de ser, para darle paso al “Yo superior”, cuyo (DS-39) destino, como iréis comprendiendo progresivamente, es netamente iniciático, pues se basa íntegramente en el Servicio y en el Sacrificio que, junto con el conocimiento oculto, forman el gran triángulo de la realización individual.

La atención profunda y sostenida sobre el tipo de entrenamiento que estáis recibiendo, permite grabar en la conciencia los datos necesarios que os permitirán sensibilizar vuestra vida en un aspecto puramente dinámico, no simplemente místico, aunque tal desarrollo místico es necesario para evitar que os volváis, tal como suele ocurrir a veces, demasiado presuntuosos, indiferentes o duros en vuestras relaciones sociales. El caso de… –refiriéndose a uno de los miembros componentes del Ashrama– ha sido un ejemplo de ello, debido mayormente a su potente matización personal con las energías del primer Rayo, pero, afortunadamente, la sensibilidad espiritual en creciente desarrollo logró subsanar estos fallos de principio y transmutar creadoramente su naturaleza astral. Ello le permite ahora seguir sin esfuerzo el ritmo del entrenamiento en esta Aula del Conocimiento, de la cual nuestro Ashrama absorbe todo el contenido necesario para vuestra preparación técnica e iniciática.

Entended que cada Ashrama –de acuerdo con su tipo de Rayo– absorbe de estas grandes Aulas –sea de Aprendizaje, del Conocimiento o de la Sabiduría–, la cantidad y calidad de enseñanza relativa a cada sistema de entrenamiento espiritual, siendo en realidad el conjunto de los Ashramas de la Gran Fraternidad la base oculta sobre la cual se apoyan las tres grandes Aulas.

La enseñanza que estáis recibiendo en esta Escuela de Conocimiento está confeccionada por el propio BODHISATTVA, con cuya sagrada Presencia tuvisteis el honor de poneros en contacto cuando recibisteis la primera Iniciación y os convertisteis en (DS-40) miembros juramentados de la Gran Logia Blanca del planeta. Todo el sistema de enseñanza está basado en el segundo aspecto de la Divinidad planetaria, o aspecto Amor de nuestro Padre solar. Por lo tanto, la enseñanza relativa a los Misterios viene impregnada de sensibilidad cósmica. Por un lado os aísla de la pasión humana, que denota siempre ausencia de sensibilidad espiritual, y por el otro os permite ascender a los mundos abstractos de la mente, confiriéndoos el don de la inspiración y un positivo control de la mente concreta, completamente desligada del mundo astral y liberada al fin del sistema personal kamamanásico que, en vuestras primeras fases de entrenamiento, os tenía sutilmente atados al carro de la pasión del mundo.

Bien, estos comentarios, como habréis comprendido, son sólo un intento de haceros conscientes de vuestros dos inmediatos objetivos, que para algunos serán el destino marcado por la segunda Iniciación y para otros el de la tercera, pero uno y otro son consustanciales y forman parte del trabajo preparatorio para ingresar en la Gran Aula de la SABIDURÍA.

Como os habréis dado cuenta, el trabajo que estáis realizando ahora es muy superior al que verificasteis en el Aula del Aprendizaje. Las técnicas son muy distintas y en las prácticas de la atención profunda y persistente que se os exige realizar está contenido el secreto del desarrollo del Rayo del Alma espiritual en vuestra vida de discípulos. Sin el desenvolvimiento de este Rayo egoico en vuestra vida, os sería imposible acceder a las Iniciaciones previstas en esta Aula del Conocimiento. Seguid practicando pues la invariable regla de la Atención durante todas y cada una de las fases de entrenamiento que estáis recibiendo. Atended que la atención a la cual hago referencia, diferenciándola de la atención psicológica exigida en los ambientes sociales del mundo, que os permite ser comprensivos y correctos (DS-41) en relación con los demás, es eminente causal y opera en todos los niveles, no simplemente psicológicos, sino en todos aquéllos otros involucrados en el servicio espiritual, moral, ético y de correcta convivencia social. Es la máxima facultad del Ego superior o Ángel Solar en su intento de ser consciente en el triple mundo de la personalidad y nada tiene que ver con la mente, aunque esta afirmación os parezca extraña, dado que una de las cualidades de la mente es la atención o percepción, pero la Atención a la cual hago referencia es de tipo superior pues proviene del Yo espiritual y utiliza la mente sólo como simple proyectora de tal Atención, la cual exige un completo vacío mental y una potente y positiva expresión de las facultades del Alma en sus intentos de hacerlas fructificar a través del yo personal o mente inferior.

La interesada atención de la mente inferior cuando está atenta a los mil detalles de la percepción en la vida personal, impide la mayoría de las veces que el Alma participe enteramente de la conciencia inferior en los niveles físicos. Por el contrario, en la Atención superior hay distensión y recogimiento dinámico. Este “recogimiento dinámico” es otra forma de expresar la “serena expectación” que progresivamente estáis desarrollando y a través del mismo –y sin perder de vista la percepción inferior que queda automáticamente incluida en el proceso– os permite ser plenamente conscientes del mundo espiritual en el mundo físico de los acontecimientos kármicos y paulatinamente en los otros dos mundos del esfuerzo humano, el astral y el mental.

Ved, pues, que una gran parte del entrenamiento al que voluntariamente os habéis sometido dentro de la gran corriente iniciática, es medida en términos de esa Atención superior que le permitirá a vuestro Ángel Solar ser cada vez más consciente de las numerosas parcelas psicológicas de vuestra personalidad.

(DS-42) Otra parte de la enseñanza –aunque muy vinculada también a vuestros ejercicios de Atención– es la que os permitirá introduciros sin peligro en las zonas ígneas del Plano Mental. Estáis pasando rápidamente de las aguas del deseo, en las que tuvisteis que vencer la gran pasión del mundo, al gran depósito de energía mental que, en distintas frecuencias vibratorias, exigirá de vosotros un contacto consciente. Esta conciencia mental que se inicia –como sabéis– en el reconocimiento de que la mente es una Entidad y no un simple cuerpo organizado, debe facilitaros el paso consciente desde el cuarto al tercer Subplano Mental en donde mora vuestro verdadero Ángel Protector y, con ayuda de Éste, penetrar conscientemente también en ciertos niveles preparatorios del Plano Búddhico. Digo preparatorios, pues antes de penetrar en los mismos deberéis ejercitaros en el desmantelamiento –si puedo utilizar semejante expresión– de vuestro Antaḥkaraṇa, el Camino de Luz que creasteis a través de los siglos y os permitió entrar en esta Aula del CONOCIMIENTO.

Para facilitar la apertura de la sagrada Puerta Búddhica, muchos de vosotros recibisteis a su debido tiempo la indicación de que emprendieseis la tarea de simplificación o de silenciación de vuestras actividades mentales concretas. Muchos de vosotros tuvisteis éxito en la empresa, un éxito, sin embargo, que fue el resultado de muchos años de lento aunque incesante sacrificio y renuncia de todos los tesoros mentales y de ciertas facultades psíquicas adquiridas en vidas anteriores. Adquiristeis con ello una gran madurez espiritual, la intuición y un perfecto vehículo de continuidad entre la mente abstracta, la del Ángel Solar, y la mente concreta, positiva o intelectual del yo inferior, siéndoos ya desde entonces muy fácil conectaros consciente y voluntariamente con vuestro Yo superior, de Quien recibís inspiración espiritual, y expresar esta inspiración utilizando los resortes de la (DS-43) mente y los aspectos superiores del inconsciente colectivo de la Raza.

Continuando con nuestras ideas sobre las actividades que se realizan en el Aula del CONOCIMIENTO donde recibís entrenamiento espiritual, vamos a analizar ahora nuevos aspectos relacionados con la enseñanza que estáis recibiendo actualmente. Os he hablado de la ATENCIÓN desde un ángulo espiritual, supremamente esotérico, pero atended que desde que empezasteis a estar atentos al Yo espiritual, toda vuestra vida espiritual adquirió un tinte de atención realmente profundo y expectante. Ese estado de atención determinó un cambio profundamente drástico en vuestra existencia que alteró, sin que os dieseis cuenta, vuestro karma o destino. No quiero entrar de momento en detalles sobre este punto, que os será aclarado más adelante, pero sí tengo interés en remarcar que este hecho se inició desde el momento mismo en que disociasteis vuestra personalidad de la influencia kamanásica, ya que es a partir de este momento que empezasteis a tener control efectivo sobre el Elemental Constructor del cuerpo astral. Ved también que es muy intencionadamente que os hablo del cuerpo astral en su verdadero significado esotérico, es decir como una Entidad y es así como ha de considerarlo el verdadero discípulo.

La consideración esotérica de los vehículos como Entidades y no como simples compuestos o agregados atómicos, es una de las nuevas formulaciones de la Verdad con respecto al entrenamiento espiritual de los discípulos, tanto por la evolución que éstos han ido progresivamente asumiendo, como por la propia evolución de los Elementales Constructores de los cuerpos, que han demostrado dotes de conciencia altamente interesantes –de esto hablaremos más adelante– a unos niveles de evolución dévica (DS-44) muy superior a la actual, con el derecho a adquirir autoconciencia en próximos estadios de vida evolutiva.

El sistema de enseñanza propuesto en esta Aula del CONOCIMIENTO ha ido renovándose a través de las distintas épocas, y el Señor BODHISATTVA ha introducido cambios en sus líneas estructurales, así como en el desarrollo espiritual de los discípulos sujetos a entrenamiento específico. En primer lugar –y esto habéis sabido comprenderlo correctamente– el énfasis del entrenamiento y las líneas de la enseñanza han sido depositados en el aspecto SERVICIO, más que en el desarrollo de las “virtudes” del discípulo. Muchos de los llamados “virtuosos” en el camino espiritual, quedan a veces rezagados en el sendero del SERVICIO social preconizado por los Maestros de todos los Ashramas o han quedado prácticamente detenidos por su propio virtuosismo. La verdadera Virtud surge del SERVICIO… El Servicio raras veces surge de la propia virtud desarrollada por el discípulo. Tenedlo presente para que no extrañéis que ciertas exigencias normales y naturales en antiguos sistemas de entrenamiento espiritual no estén vigentes ya en los códigos de enseñanza del Aula del CONOCIMIENTO, aunque si lo estén todavía en el Aula del APRENDIZAJE en donde la Virtud del discípulo debe ser desarrollada hasta cierto grado a fin de facilitarle el acceso a las dos iniciaciones menores y a la primera Iniciación Jerárquica.

Pasemos ahora a examinar otra cuestión, que es precisamente la que tiene que ver con lo que ocultamente llamamos “elección del campo de servicio”. En este punto y utilizando el fino sentido de la analogía que estáis educiendo, hallaréis una cierta similitud con el caso de los Adeptos que ingresaron en el Aula de la CÓSMICA OPORTUNIDAD y que han de elegir entre los siete Senderos abiertos ante SÍ, aquél que mejor responda a las exigencias naturales de su Mónada espiritual. Vosotros, igual (DS-45) que ELLOS, pero utilizando la inspiración de vuestro Ángel Solar, deberéis elegir asimismo vuestro Campo o Sendero de SERVICIO. La mayoría de vosotros ya lo habéis hecho y vuestra fina intuición no os ha traicionado en la elección y desde hace tiempo trabajáis en nombre de la Gran Fraternidad en diversas áreas de servicio social en el mundo. Los demás van incorporándose lenta, aunque persistentemente, al Campo de Servicio previsto y van teniendo éxitos iniciales que confirman también el desarrollo de la intuición o de observación superior en sus vidas de discípulos, con lo cual están jalonando los caminos sociales del mundo con una nueva y más fértil esperanza de paz, fraternidad y justicia.

Cada época viene renovada en sí misma por el apremio de la gran corriente de energía logoica que surge de los elevados Planos Solares y se manifiesta a través de SHAMBALLA. Así se producen los grandes cambios estructurales en las líneas de enseñanza de las distintas Escuelas de entrenamiento espiritual y aunque la Verdad sea siempre la misma, los conceptos, el orden y las disposiciones en torno a Ella sufren grandes cambios. Así lo que se renueva no es la Verdad que permanece eternamente inalterable, sino los conceptos estructurales de la Enseñanza. Para que la Verdad triunfe en medio de tales cambios se precisa intuición, atención expectante y profundas dotes de observación sobre los mil detalles de la vida organizada. Las palabras, veladas a veces por el simbolismo que las encubre, deben ser interpretadas juiciosamente y no aceptadas –como corrientemente se hace– en forma sumisa y obediente, sea porque las haya formulado el Maestro o alguna otra Entidad dévica o humana. En el Aula del CONOCIMIENTO se os enseña a pensar por vosotros mismos y a elaborar vuestras propias conclusiones. Ante conceptos poco claros y verdades veladas por el simbolismo, (DS-46) deberéis utilizar la intuición, pues la mente intelectual será incapaz por sí misma de resolver cualquier tipo de incógnita. Sólo deberéis aceptar aquello que convenga a vuestra razón, aquello que se presente claramente a vuestro análisis. No olvidéis que mis palabras llevan prendido a veces el germen de la duda y que deberéis utilizar la duda, mejor que aceptarlas ciegamente porque surgen de los labios de vuestro Instructor espiritual. Cuando la duda es inteligente –y espero que la utilicéis inteligentemente– el resultado es la invocación del estado de expectación mental que clarificará todos los conceptos nebulosos. Recordad que en esta Aula del CONOCIMIENTO dentro del Ashrama, se os prepara para que desarrolléis la intuición, la cual se mueve siempre en el centro de los opuestos de cualquier cuestión, en medio de las afirmaciones y de las negaciones, de la aceptación de los valores sometidos a vuestra consideración. Por ello tal entrenamiento es sumamente interesante ya que a través del mismo empezáis a conoceros tal como realmente sois, con todas vuestras cualidades y defectos, vicios y virtudes. Del centro de estos opuestos que anidan todavía en vuestra vida psicológica deberéis extraer la intuición y a través de la misma establecer contacto consciente con vuestra Alma superior, el segundo aspecto crístico de vuestra naturaleza humana… “

– VBA, DS.

X. UN AULA DE ENSEÑANZA HUMANO-DÉVICA

(DS-73) Unos pocos años después de haber sido admitidos en el Aula del Conocimiento del Ashrama y de haber completado con éxito ciertos estudios, nos comunicó un día el Maestro que estuviésemos preparados, pues en la próxima reunión un grupo de nosotros –siete en total– en lugar de quedarnos como solíamos hacerlo en la amplia sala donde nos impartía enseñanza esotérica y entrenamiento espiritual, iríamos a visitar un Aula de Enseñanza en la que por primera vez podríamos “alternar” directamente con Ángeles de parecida y superior evolución a la nuestra. “Esta Escuela –nos dijo el Maestro– está ubicada en el Plano Astral, en un nivel superior al vuestro habitual. Por tal motivo Yo iré con vosotros y si bien no intervendréis directamente en el sistema de enseñanza que allí se imparte, ya que esta vez iréis sólo en plan de observadores, os pido que permanezcáis muy atentos. No es necesario deciros que sería preferible que os mantuvieseis (DS-74) en ayunas durante todo el día hasta el momento del descanso físico, para facilitar vuestro desplazamiento astral.”

El día elegido por el Maestro nos hallamos reunidos en la gran sala los siete Hermanos a quienes el Maestro había convocado especialmente para aquella ocasión. Los demás miembros proseguirían su habitual ritmo de enseñanza a cargo del Hermano R., de iniciación superior y “lugarteniente” del Maestro.

La Escuela –a la que con justicia puedo denominar humano-dévica, pues a ella acuden entidades pertenecientes a ambos Reinos– se halla ubicada en cierto elevado nivel del Plano Astral. No ocupa un determinado lugar en el tiempo, por cuanto el tiempo es conceptual y una vez rebasado el límite de las tres dimensiones físicas, el tiempo tiene una medida muy distinta a la conocida o habitual. Pero es realmente “un lugar” y ocupa determinada zona del Plano Astral. Llegar allí implica, sin embargo, cierta técnica de desplazamiento consciente en la cuarta dimensión y grandes conocimientos esotéricos con respecto a la quinta, pues lo que realmente satisface la plenitud del alma es esta conciencia pura de serena expectación o atención profunda a todo cuanto sucede u ocurre en estas dimensiones del espacio, que pese a los grandes avances técnicos y descubrimientos científicos continúan siendo incógnitas o secretos todavía por descubrir para la humanidad inteligente.

Fuimos “allí” acompañados por el Maestro. Nuestra visita era esperada pues vino a recibirnos una Entidad angélica de gracioso porte y luminosa aura azul celeste quien, inclinándose reverentemente ante nuestro Maestro, nos indicó un punto de aquel lugar ocupado por la Escuela, donde debíamos situarnos. Tratando de estar profundamente atentos, tal como el Maestro nos lo había indicado, (DS-75) empezamos a distinguir gran cantidad de figuras luminosas, y al ir haciéndonos más conscientes de nuestras percepciones nos dimos cuenta de que eran hombres y ángeles: los primeros, lógicamente, iniciados de los Ashramas de la Gran Fraternidad; los Ángeles, entidades celestes que de acuerdo con su jerarquía espiritual acudían a esta Escuela para consumar un determinado ciclo de enseñanza.

Estaban juntos formando corros, matizados todos ellos de unas estelas de luz y de brillantes resplandores que indicaban los sentimientos de afecto, comprensión y armonía.

Cuando apareció el Bodhisattva en el centro del lugar, todos los grupos se dispersaron y automáticamente sin una previa indicación, los Ángeles y los Iniciados formaron dos círculos a su alrededor, el primero formado por los Devas, el segundo por los Iniciados de los Ashramas. Al lado del Bodhisattva estaban los Maestros K.H. y D.K., Quienes le asistían en estas clases especiales de entrenamiento esotérico. Al igual que nuestro Maestro había otros Maestros de la Gran Fraternidad que habían acompañado asimismo a grupos de discípulos para que asistiesen a aquel acto de suprema enseñanza, que venía a ser tanto para los Devas como para los Iniciados el preludio o la preparación para el acceso al Aula de Sabiduría de Shamballa. Debo hacer estas obligadas referencias pues las Escuelas de Unificación Humano-Dévicas son realmente las puertas que franquean el paso a aquellas supremas Aulas de Enseñanza.

El Bodhisattva estaba allí. Podíamos percibirle perfectamente envuelto en Su aura de Luz y brillando sobre su dorada cabellera la estrella de cinco puntas que cualifica al Hombre perfecto. El Maestro de Maestros, de Ángeles y de Hombres ofrecía una perspectiva de Amor, de Paz y de (DS- 76) Serenidad imposible de ser descrita. Hablaba a todos con Su voz delicadamente musical aunque en un idioma totalmente desconocido para mí. El Maestro nos dijo más tarde que utilizaba la lengua pali, porque era la lengua con la cual fueron escritos los primeros libros sagrados, antes que el sánscrito y el senzar, y tenía ciertos matices fonéticos que encuadraban perfectamente en el desarrollo de aquella suprema enseñanza humano-dévica.

A medida que el Gran Señor impartía Su enseñanza, iba haciéndose cada vez más brillante y luminosa el aura de ambos grupos, y más potente y dinámico el impulso vital que nos invadía a todos. En un momento determinado, trascendente y atemporal, el Gran Señor dejó de hablar. Estuvo cierto tiempo en silencio. El clima del lugar era de una tremenda expectación. Los éteres “retumbaban de tanto silencio”. Entonces irguió Su cabeza, la inclinó hacia arriba y pronunció un potentísimo e incomprensible Mántram. Al finalizar el mismo los dos círculos formados por los Devas y los Hombres se confundieron en uno solo, en un estallido de Paz, Amor y Armonía realmente indescriptible. Se fundieron las auras de los Ángeles y los Hombres. Y según nos dijo el Maestro al terminar aquel supremo Acto de Reconciliación humano-dévico, en aquellos momentos el aura de ambos Reinos se confundía en una sola y los hombres participaban de la vida de los Ángeles, tanto como los Ángeles participaban de la vida de los hombres. Tal era la finalidad de la enseñanza en aquella Escuela a la que habíamos sido invitados, siquiera como observadores, a la espera “serenamente expectante” del momento en que deberíamos asistir a la misma como miembros activos, conscientes y supremamente apercibidos.

– VBA, DS.

(DS-77) Como se irá observando, la entrada de un discípulo iniciado en zonas de más alta frecuencia espiritual exige el contacto consciente con Entidades del Reino Dévico en zonas espirituales cada vez más elevadas. De ahí la necesidad de las Escuelas de Entrenamiento humano-dévico, las cuales se extienden desde las Aulas de Conocimiento a las de la Cósmica Oportunidad. Su utilidad depende de la conformación actual de nuestro universo en el que el misterio de la Creación se revela en el conocido axioma “La Energía sigue al pensamiento”.

La Energía es la propia vida de los Ángeles. La electricidad en increíbles modificaciones, o tensiones. Así la energía se la puede considerar también sintetizando el triple fuego de la Creación. La réplica dévica, en increíble estado (DS-78) de evolución, a la expresión trina de cualquier Entidad creadora, dentro de los límites impuestos a nuestro Sistema Solar por las propias Leyes de la Evolución.

El descubrimiento de esta verdad y la comprensión que entraña constituye una de las “asignaturas”, si podemos decirlo así, que forman parte del sistema de entrenamiento especial para los discípulos espirituales y para los Ángeles, y cada cual, en su particular estadio de evolución, impregna su ser de tales conocimientos y prácticas de contacto mutuo, aprendiendo las técnicas de aproximación que han de abrir la vida de los devas a la conciencia de los hombres y la conciencia de los hombres a la vida de los devas.

En el Aula del Conocimiento se imparte por vez primera lo que podríamos denominar técnicas de aproximación humano-dévica. Después de un gran número de experiencias de conocimiento sobre la vida de los Devas y su misión específica en el dilatadísimo marco de la Creación, abarcando Sistemas Galácticos, Solares y Planetarios, nos planteó el Maestro la incógnita de tener que diferenciar entre un gran número de devas en distintos niveles que se prestaron gustosos a la experiencia de contacto con nosotros. Tuvimos así que resolver adecuadamente tres principales incógnitas con respecto a aquéllas nobles vidas dévicas:

a. Su grado de evolución o jerarquía.

b. Su tipo de Rayo.

c. Su misión a cumplir en la vida de la Naturaleza.

Esta experiencia no tuvo éxito de inmediato, porque el Deva es una Entidad desconocida para el hombre, llena de infinita sensibilidad sin estar teñida por el estigma del karma, (DS-79) y con una expresión radiante que ciega la visión del hombre que trata de observarle; sólo permite su visión después de reconocer a través de su sensibilidad las correctas motivaciones del clarividente, de aquella entidad humana lo suficientemente desarrollada como para tener ciertas vías de acceso a los mundos invisibles.

a) Por la radiación lumínica de las auras son determinados los grados de evolución angélica. Abundando en lo anterior, hay que decir que un Deva de la categoría de un discípulo iniciado sólo será visible a la percepción de éste si realmente está interesado en algún aspecto de la conciencia de dicho discípulo que atraiga su atención o “hiera” de alguna manera el campo de su sensibilidad natural. Entonces el Deva, por un procedimiento mágico que forma parte de su propia naturaleza, se hace perfectamente visible a la vista del observador y puede comunicarse ocultamente con él.

b) Por el color del aura, y siempre contando con la aquiescencia del Deva, podrá saber el discípulo el Rayo al cual pertenece el Ángel que está observando, sabiendo de antemano los colores específicos de cada Rayo y su tipo de vibración. Dos entidades del mismo Rayo, la humana y la dévica, podrán comunicarse lógicamente mucho más fácilmente a través de la línea del color peculiar del propio Rayo que a través de un Rayo distinto al de su propia constitución interna.

(DS-80) En el Aula del Conocimiento, y para la mayoría de los Iniciados que forman parte de la misma, el Rayo causal o del Ego es el predominante. Sin embargo en cualquier estadio dentro del Aula de la Sabiduría el Rayo predominante es el de la Mónada. Desde el ángulo de vista del Aura los contactos entre los grandes Ángeles y los eximios Adeptos de la Gran Fraternidad que comparten la enseñanza del Bodhisattva, constituyen un espectáculo realmente inenarrable.

– VBA, DS.

XXI. LAS RELACIONES DEL ASHRAMA CON SHAMBALLA

(DS-117) Estas relaciones se basan siempre en los informes que los Maestros someten a la consideración del Bodhisattva y que Éste, de acuerdo con los éxitos apreciables en las distintas fases del triple proyecto, pasa a informar directamente al Señor del Mundo para que ÉSTE decida si es o no necesaria una activación del fuego de Shamballa sobre algún Ashrama determinado para aminorar o para acelerar alguna particular fase de cumplimiento en la obra asignada a ese Ashrama.

Excepto en cierta etapa cíclica de la evolución planetaria en la que todos los Ashramas de la Jerarquía sin excepción estuvieron sujetos a una tremenda aceleración del fuego de Shamballa, la regla evolutiva y las relaciones de los diferentes Ashramas con este poderosísimo Centro espiritual (DS-118) se atienen siempre a la regla de las “sabias medidas”, las cuales asignan a cada Ashrama la cuota de energía ígnea que es capaz de asimilar y correctamente transmitir. Los Ashramas del primer Rayo se relacionan con el Centro de Shamballa a través del Manú de la Raza, el glorioso Señor Vaivasvata, los de segundo Rayo a través del excelso Señor Bodhisattva, y los de los Rayos 3º, 4º, 5º, 6º y 7º, por medio del Mahāchohan, Señor de la Civilización. Cada Señor o Guía de Departamento se atiene al poder del Rayo a través del cual hace sentir su presión en los distintos Ashramas a Su cargo y excepto en lo que hace referencia a las Aulas de Entrenamiento Humano-Dévicas, sometidas exclusivamente al poder de Amor del Bodhisattva, todos los Ashramas siguen las directrices señaladas por los Guías de Departamento, Quienes, a su vez, están sujetos a la ulterior revisión del Señor del Mundo.

Tal es la ley de Jerarquía imperante en nuestro Esquema planetario, en el que todo funciona ajustada y sincrónicamente de acuerdo con lo que podríamos llamar “medidas solares”, o sea, la Voluntad de Amor del Dios de nuestro universo sobre todos y cada uno de los Esquemas planetarios.

– VBA, DS.

XXV. LAS TÉCNICAS DE ENTRENAMIENTO

(DS-127) Las técnicas de entrenamiento esotérico varían como es natural según las Aulas de Enseñanza, sea de los Aprendices, de los Conocedores o de los Sabios. La Ley de Evolución regula el orden, confecciona las medidas y dicta las normas dentro de un Ashrama. El Maestro preside todas las actividades aunque no siempre esté visible en el desarrollo de las mismas. Sabe de todos y cada uno de los miembros del Ashrama. Su interés, sin embargo, se centraliza especialmente en los discípulos más aventajados, delegando en ellos la supervisión de los discípulos que reciben entrenamiento en Aulas inferiores. Su visión abarca la totalidad del Ashrama y dirige con sabiduría la evolución de los hombres y ángeles que por sus especiales condiciones reciben entrenamiento en su particular “círculo-no-se-pasa” ashrámico. (DS-128) Hay que advertir al respecto que el ingreso en un Ashrama de la Jerarquía exige un cierto grado de percepción espiritual, el desarrollo de las necesarias dotes de observación y una fuerte dosis de buena voluntad espiritual, o de servicio. Cuando un hombre evidencia en su vida personal estas tres condiciones psicológicas, se le considera apto para recibir entrenamiento espiritual ashrámico y le es asignado un discípulo de grado superior para “observarle”, supervisar sus actitudes y ayudarle en sus esfuerzos individuales.

Los Ángeles, por sus especiales características, ingresan en los Ashramas de la Jerarquía motivados por el deseo de ayuda a los humanos que reciben entrenamiento allí y facilitan enormemente el trabajo del Maestro, sirviendo de “enlaces telepáticos” entre Éste y Sus discípulos.

Hay que tener en cuenta también que cada Rayo tiene su propia y especial técnica de entrenamiento. La enseñanza espiritual es muy similar, pero el sistema utilizado es diferente. Por ejemplo, la enseñanza relativa a los Arquetipos o modelos diseñados por el Logos para los Reinos, las Razas y las Especies, vista desde el ángulo de un discípulo de Primero, Segundo o Tercer Rayo, varía sensiblemente. Al primero se le muestra el Arquetipo como un centro de Poder o como un objetivo que hay que alcanzar mediante el desarrollo de la Voluntad, al segundo como un centro de Amor regido por la Bondad del Creador que ha de ser revelado por medio de la comprensión espiritual y al tercero, que sintetiza en sí la actividad de los demás Rayos, como la Fuerza dimanante de la Creación que ha de ser incorporada al ritmo vital de la existencia organizada mediante la Actividad Inteligente, considerando el Arquetipo como una Verdad palpitante que ha de presidir el destino de la evolución planetaria.

(DS-129) Sin embargo, la Meta principal de la enseñanza es hacer que los discípulos reconozcan su verdadera identidad espiritual y sus grados de adherencia a la sustancia material, a fin de evaluar correctamente sus fuerzas y de adquirir con el tiempo la suficiente medida de integración. La prueba más notoria de la integración de los Rayos podemos observarla en la unidad existente entre los tres grandes Guías de Departamento: el Manú, el Bodhisattva y el Mahāchohan, cuyos respectivos Rayos, Primero, Segundo y Tercero están plenamente integrados en el desarrollo del propósito esencial del Señor del Mundo, de manera tan armónica e integral que, contemplando esta fusión desde los niveles búddhicos, sólo se aprecia un único Rayo funcionante; aparece a la visión de los grandes Buddhas esotéricos como un Triángulo equilátero, ígneo y resplandeciente con un punto central de fuego radiante que es la Vida del Señor del Mundo, equidistante de los tres grandes Señores y ejerciendo a través de Ellos su poder en los tres mundos.

Las técnicas de entrenamiento de acuerdo con los Rayos y las distintas Aulas llevan siempre a una sola meta: la Iniciación. Sea cual sea el Rayo Causal de un discípulo y sea cual sea el tipo de entrenamiento que recibe en un Aula determinada, su único objetivo es la fusión de la personalidad con el Alma Causal en las tres primeras iniciaciones y después de la tercera Iniciación la fusión de su Alma Causal con la Mónada o Espíritu divino.

En las congregaciones humano-dévicas realizadas en el Aula correspondiente, durante el acto de fusión de auras al que aludimos en páginas anteriores se realiza al propio tiempo lo que podríamos llamar “fusión de Rayos”. Los discípulos aprenden por ese contacto la identidad de vida y (DS-130) propósito de todos los Rayos y aprenden también por irradiación el sistema de contacto establecido para cada Rayo, de manera que su conocimiento esotérico se amplía enormemente y puede aplicar la experiencia recibida para ayudar espiritualmente a individuos de todos los Rayos.

Para este fin fueron creadas las Escuelas de integración humano-dévicas, habida cuenta que los Ángeles vinieron también a la existencia matizados por uno u otro de los Rayos que vitalizan el Universo. La fusión de auras es al propio tiempo un sistema de comprensión e interpretación de Rayos, forma parte integrante del proceso de entrenamiento espiritual en las Aulas de Enseñanza de los Ashramas de la Jerarquía.

– VBA, DS.


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