“Desempeño mi parte con firme determinación y decidida aspiración;
miro arriba, ayudo abajo; no sueño ni descanso; trabajo duro; sirvo; siembro; ruego;
Yo soy la Cruz; Yo soy el Camino; olvido mi trabajo realizado; me elevo sobre mi yo vencido;
mato el deseo; me esfuerzo, olvidando toda recompensa; renuncio a la paz; rechazo el descanso,
y en la tensión del dolor me pierdo a mí mismo para encontrarme a Mí mismo y así penetrar en la paz.
Solemnemente me comprometo a realizar todo esto, invocando a mi Yo Superior.”
Extraído del Archivo XIII de los Anales de los Maestros.
AAB/DK, Iniciación Humana y Solar, p. 170