En primer lugar, como he señalado anteriormente, el retorno de Cristo se expresará por el surgimiento de la conciencia crística en los corazones de los hombres de todas partes, siendo su primera expresión la buena voluntad.
En segundo lugar, los discípulos de todas partes serán cada vez más sensibles a la cualidad, voz y enseñanza de Cristo; serán “influidos” por Él en muchos casos, así como anteriormente influyó a Su discípulo Jesús; por la influencia que ejercerá sobre los discípulos de todas las tierras, se multiplicará a Sí Mismo repetidas veces. La eficacia y el poder del discípulo influido será asombroso.
Uno de los primeros experimentos que Cristo realizó mientras Se preparaba para este tipo de actividad estaba vinculado con Krishnamurti. El éxito sólo fue parcial. El poder que Él empleó fue distorsionado y mal aplicado por los devotos que componen mayormente la Sociedad Teosófica, razón por la cual se puso fin al experimento, aunque sirvió un propósito muy útil. Uno de los resultados de la guerra fue la desilusión del género humano que ya no considera a la devoción, adecuada o necesaria para la vida espiritual o su efectividad. La guerra no fue ganada por la devoción o la adhesión de millones de hombres a un ideal querido, sino por el simple cumplimiento del deber y el deseo de proteger los derechos humanos. […] Cuando Cristo trate nuevamente de influir a Sus discípulos, se espera que reaccionen en forma diferente. Por eso A.A.B. restó importancia constantemente a la devoción y abogó por la independencia espiritual. Ningún devoto es independiente, sino un prisionero de una idea o de una persona.
¿Cuál es la revelación inmediata que los iniciados y discípulos del mundo tratan de manifestar a la humanidad? ¿Cuál es el aspecto de esta unidad esencial que ellos se esfuerzan por simplificar y hacer más evidente? Una de las cosas más fáciles de decir es (como lo ha dicho, por ejemplo, Krishnamurti) que la vida es una, y sólo existe la unidad, lo cual es la gastada formulación de una antigua verdad, constituyendo hoy una trivialidad oculta. La vida aún no es una en la conciencia, aunque de hecho sí lo es. La razón estriba en que la vida es síntesis amorosa en acción, la cual muy poco se manifiesta en la actualidad. Tenemos la vida activa, pero aún está ausente el amor, basado en la conocida unidad que conduce a expresar la síntesis. Muchos ya lo ven en el horizonte, porque en la actualidad gran número de personas están desarrollando la vista y afluye la luz. La revelación vendrá cuando los discípulos e iniciados del mundo hayan perfeccionado el arte de la revelación.
Krishnamurti y su Mensaje
Una de las cartas más interesantes, por su importancia en relación con un gran hecho mundial, me vino de una señora de Barcelona, Ella me preguntó sin rodeos:
(1) «¿Cuál es su posición respecto al Mensaje del señor Krishnamurti?
(2) Usted nos habla de los Maestros ni más ni menos que lo hacían los antiguos teósofos, siguiendo la tradición de Mme. Blavatsky, la Srta. Besant, Leadbeater, etc., ellos afirmaron también sus contactos con el Maestro, pero,
(3) frente a la Nueva Era a la que usted se refiere constantemente ¿no es preferible el Mensaje de Krishnamurti?»
He aquí mis respuestas a estas cuestiones:
(1) Espiritualmente no se pueden adoptar posiciones, sino que hay que experimentar verdades. Desde este punto de vista toda persona culta, mentalmente organizada y espiritualmente predispuesta, tiene una cierta experiencia de la verdad que la capacita para dar un determinado mensaje, su mensaje de la verdad por ella percibida y registrada. Krishnamurti nos habla de la verdad única y total, expresión inefable de la vida liberada, un Mensaje que no trataré de discutir por tratarse de un Mensaje viviente, más que simplemente expresivo para las gentes. El problema reside quizás en el hecho de que no todas las personas, incluidas la mayor parte de las que leen, y estudian asiduamente a Krishnamurti, están a la altura de este Mensaje, ni capacitadas, por lo tanto, para comprenderle y correctamente interpretarle. Usted me preguntará quizá el porqué de esta afirmación.
Mi respuesta será la propia de Krishnamurti:
«… a la Verdad pura e incondicionada no se puede llegar a través de una mente intelectual, compleja y condicionada».
Tenemos también la afirmación categórica de un conocido Adepto de la Jerarquía Blanca del planeta, el Maestro D. K.:
«La mente humana debe estar plenamente desarrollada, controlada y organizada antes de poder acercarse a los valores fundamentales de la vida».
Al comparar ambas afirmaciones debo necesariamente preguntarme cuantas personas en el mundo de hoy poseen una mente tan extraordinariamente predispuesta. Me pregunto también cuántos, de entre los más aptos, serán lo suficientemente rectos y equilibrados como para poseer «una mente plenamente desarrollada, controlada y organizada» y ser al propio tiempo capaces de dejarla totalmente libre y silenciosa para poder acercarse así al gran Misterio de Verdad que es esencia de la Vida. Para mí existe solamente un solo y único Mensaje de la Verdad, del que participan indistintamente y según su propia «medida o jerarquía» todos los seres humanos. Me refiero a medida o jerarquía en el sentido de que no todos los hombres se hallan en un mismo nivel de percepción de la verdad en un momento cíclico del tiempo, el que caracteriza por ejemplo nuestra Era, la tremendamente fascinante ERA que estamos viviendo. Siendo así me pregunto de nuevo, ¿cuántos en el mundo de hoy serán capaces de percibir la Verdad tal cual la percibe y trata de expresarla Krishnamurti?
(2) Me remito ahora al tema de los Maestros al que usted también se ha referido. Al hablar de los Maestros de la Jerarquía, y de mi Maestro en particular, doy sincera y honradamente fe y testimonio de una verdad que sin negar en absoluto el Mensaje de Krishnamurti es algo que ve he podido vivir y experimentar independientemente por completo de si anteriormente la vivieron y experimentaron discípulos tan extraordinariamente predispuestos y capacitados como H. P. B., Mme. Besant. Olcott, Leadbeater la señora Alice Bailey, etc. No se trata de una experiencia o verdad de orden personal, sino la afirmación de un hecho eterno que se realiza en todos aquellos cuyo propósito espiritual y su dedicación al servicio de la raza son lo suficientemente firmes, correctos y sinceros. Es la respuesta inmediata y aplicación de las sacramentales palabras «Llamad y se os abrirá», «Pedid y se os dará» comprendidas en su exacta aplicación esotérica.
Y respecto a la Verdad única y total, a la que se refiere Krishnamurti debemos tener presente que de esta Verdad inefable, pura e incondicionada como esencia del propio Dios, han habido y habrán siempre testimonios vivos e incontrovertibles. Estudie, pues, el pasado, desde que el hombre tuvo uso de razón hasta nuestros días. Los testigos de la verdad surgirán de lo profundamente místico o espiritual de la historia con luz potente e indescriptible: Hermes, Krishna, Confucio, Buda, Cristo, Lao Tse, etc., se trata de Seres extraordinariamente evolucionados en el sentido espiritual que experimentaron en Si mismos la Verdad universal y la vivieron integralmente en Sus vidas. Recordemos también que el Mensaje de Aquel Elegido que haya logrado descubrir y vivir la Verdad universal no dependerá tanto de la Verdad vivida y experimentada como del tiempo o época en que esta Verdad ha de ser emitida o revelada.
Krishnamurti presenta su Mensaje a un mundo moderno bajo la presión de ciertas condiciones sociales, económicas, políticas y religiosas, de cierto Rayo cíclico de actividad y a un público determinado: forzosamente minoritario dadas las altas trascendencias del propio Mensaje. Krishnamurti habla de una Realidad para cuya comprensión la mente, tal como la conocemos, es decir, meramente intelectual, concreta y condicionada por el ambiente debe desaparecer por completo, absorbida por así decirlo, por la fuerza de gravedad divina, por el potente magnetismo de un propósito superior cuyo valor cualitativo se expresa como «nada», como vacío, como la negación absoluta de todas las artificiosas estructuras de la mente. Y ante este tremendo desafío, ¿cuántos serán capaces de perder todas sus conquistas mentales que abarcan el extenso campo de la vida organizada individual y social, de sumergirse en este absoluto vacío de la mente de donde emerge toda verdadera y positiva creación humana y en el que el pensamiento, que hasta aquí ha sido el eje vital de la búsqueda interna, ha dejado de tener una razón de ser y ha dejado prácticamente de exigir? En fin, amiga mía, dejo a su criterio la formulación de las respuestas mas convenientes. Pero, recuerde antes lo que dice el propio Krishnamurti: «El pensamiento negativo es la más alta forma de pensar». Y hay que suponer que Krishnamurti es absolutamente sincero cuando emite este pensamiento, tan descorazonador al juicio de los aspirantes espirituales que intentan hollar el camino que conduce a las altas cimas de la liberación. Yo le aseguro a usted, que el Mensaje de Krishnamurti es demasiado pesado para la fragilidad evidente de la mayoría de estos aspirantes, demasiado sutil y profundo, pese a su aparente sencillez, para la tosca expresión mental de la mayor parte de los llamados «buscadores de la Verdad». Dado que a las profundas implicaciones del Mensaje de Krishnamurti no se puede llegar por la percepción mental, simple y corriente, habrá que abrirle nuevos caminos de acceso para su correcta interpretación.
(3) Se refiere usted también a la Nueva Era. Me habla usted del Mensaje de Krishnamurti como algo consubstancial de esta época. ¿Qué debo decirle al respecto? Dado que todo Mensaje espiritual de un Instructor no depende únicamente de la Era en que ha surgido, sino también de las necesidades prácticas e inmediatas de las gentes que en esta Era viven, creo simplemente que el Mensaje de Krishnamurti, es sólo de «apertura a un ciclo mayor de vida», un ciclo que no todos serán capaces de vivir ni de experimentar en esta presente fase de su existencia planetaria. Falta mucha preparación mental-espiritual todavía para poder interpretarle correcta y adecuadamente. Desde el punto de vista de mí propia experiencia y de mis relaciones espirituales con el Ashrama, el Mensaje de Krishnamurti es quizás prematuro para una infinita vastedad de seres humanos que buscan la verdad, y me pregunto qué será de este Mensaje cuando Krishnamurti no esté ya físicamente con nosotros.
Durante mi estancia de tres años en Suiza por motivos de trabajo, tuve oportunidad de asistir a casi todas las conferencias del señor Krishnamurti, en Saanen; durante el periodo de las mismas, en los años 1961-1964, puedo asegurarle que lo más impresionante de estas reuniones fue siempre aquel profundo silencio con que las iniciaba. Aquellos momentos de «dinámica expectación» contienen a mi entender la clave de todo cuanto Krishnamurti vive y trata de expresar. Pero, ¿cuántos de los asiduos asistentes, aquellos que año tras año van a oírle, son capares de penetrar el Misterio Universal de Verdad contenido en aquel silencio?
Pregunta: Según usted Camino y Cumplimiento, Sendero y Meta son consubstanciales y constituyen lo que usted denomina “Línea de Rayo”. Ahora bien, según se desprende de sus comentarios, esta identidad de principios y de fines en orden a la búsqueda de la Liberación o realización espiritual está muy directamente relacionada con lo que KRISHNAMURTI define como “Realización de la Vida” en el individuo. ¿Hay, según usted, una cierta relación entre el Mensaje de KRISHNAMURTI y el estudio de los Rayos?
Respuesta: Yo diría que todo verdadero Mensaje espiritual debe estar forzosamente relacionado con la actividad de los Rayos y no con el mero estudio de los mismos, ya que existe solamente una Verdad y una sola Vida en el Universo. Todo en la Naturaleza es un Canto al Creador y la respuesta a la vida dentro del corazón individual determina lo que podríamos definir como “sutilidad de un canto”. A mi entender, el Canto de KRISHNAMURTI es extremadamente sutil y escapa a la penetración mental de la mayoría de las personas que leen y estudian Su Mensaje. La mayoría de sus seguidores, desoyendo la sutilidad del Canto, cierran sus oídos a lo que constituye el (CE-119) Centro del Mensaje de KRISHANMURTI, es decir, la profunda observación de los hechos, el atento y detenido examen de lo que ocurre dentro y fuera de sí para ir llegando progresivamente a lo que El define como “plenitud de la experiencia”. Las reacciones psicológicas a los hechos son el material que hay que utilizar para determinar nuestro grado de adaptación a la vida, o sea, el grado de experiencia que podemos entresacar de los hechos. Sin que lo diga y sin que siquiera lo insinúe nos está señalando KRISHNAMURTI el camino que conduce a la comprensión del Rayo espiritual de nuestra vida. ¿A qué se refiere, sino, cuando habla del “cultivo de la propia singularidad”? ¿Y qué es esta “propia singularidad” sino el descubrimiento de la propia línea de Rayo? Deberemos profundizar todavía mucho en el Mensaje de KRISHNAMURTI y comprender que es un tremendo desafío a la mente intelectualizada de nuestro mundo, especialmente de nosotros, los occidentales, que tratamos de descubrirlo todo a base de conocimientos y de informaciones concretas, pero ausentes la mayoría de las veces de interés por las cosas verdaderamente espirituales. El estudio de los Rayos ha de ser seguido con interés atento y sostenido, con mente abierta y corazón libre. Sólo así, y tal como dice frecuentemente KRISHNAMURTI, será posible descubrir la Verdad, la Verdad en uno y la Verdad en la Naturaleza, es decir, la propia singularidad dentro de una línea definida de Rayo y la comprensión de la multiplicidad de Rayos que, en su conjunto, constituyen la Humanidad, esta organización social de la cual el hombre es una humilde aunque muy importante pieza.
– VBA. CE.
El Señor Buda
Constituye el tercer vértice del Gran Triángulo Mágico. Cuando se habla de Buddha en nuestros estudios esotéricos se lo define “El Iluminado”. Fue efectivamente el primer ser humano de la gran evolución planetaria que alcanzó la Liberación y que utilizó el poder ígneo proveniente de fuentes extraplanetarias para encender en el planeta Tierra la llama de la “inspiración” o de la “iluminación” que, a través de las edades, constituiría el Camino o Sendero que recorrerían los seres humanos para llegar a “La Morada del Padre”. Todo trabajo esotérico o místico que se refiera a la Liberación (incluida la obra y el mensaje de Krishnamurti) está estrechamente relacionado con la Obra iniciada por Buddha hace miles de años. La llama continúa ardiendo e iluminando la senda de los hijos de los hombres, que son los hijos del Padre. Por tanto, podemos hablar asimismo de “Vinculación Fraternal” cuando nos refiramos a Buddha y a Su divina actividad de Luz, comprensión y Sabiduría. De la misma manera que Cristo ilumina con amor las mentes de los hombres, Buddha ilumina con su potentísima e ígnea Inteligencia, el corazón de los seres humanos. Esta aparente substitución de poderes, el del Amor iluminando (MY-184) las mentes y el de la razón despertando el Fuego del Amor contenido en el corazón, constituye uno de los grandes secretos iniciáticos. Su actividad conjunta produce equilibrio y las facultades intuitivas del hombre sólo se desarrollan cuando existe un apreciable equilibrio entre la razón y el amor, entre la mente y el corazón. El resultado de este equilibrio es Síntesis y en esta palabra tendrán explicada también una de las actividades mayores del Avatar de Síntesis, como centralizador de las que realizan el Espíritu de la Paz y Buddha.
– VBA. MY.
(IAY-99) Como Uds. podrán comprobar por las mismas, la meta hacia la que tienden las individualidades avanzadas de la Raza Aria, es el descubrimiento del plano búddhico, siendo el AGNI YOGA la línea de acceso que deberá ser utilizada para ascender a estas elevadas regiones espirituales. Y, habida cuenta de que el destino humano no viene marcado o condicionado únicamente por las corrientes astrológicas que provienen de las estrellas, sino que existe una zona de perfecta integridad dentro de la cual el ser humano puede utilizar su voluntad para erigirse en un perfecto conocedor espiritual y en un Hijo de Dios plenamente consciente de sus deberes sociales, podemos afirmar –lo mismo que hizo Pablo de Tarso, el Apóstol Iniciado– que el Reino de Dios está a nuestro alcance y que podemos realizarlo en cualquier momento estelar o cumbre de nuestra vida. Algo muy parecido ha dicho KRISHNAMURTI en el sentido de la liberación humana, que no depende exclusivamente del tiempo y de que existe una zona de integridad dentro del ser en donde hay libertad espiritual y en donde la mente, que fragua todas las ilusiones temporales ha dejado prácticamente de existir, dejando abiertas unas compuertas por donde se derrama íntegramente y sin reservas la Vida universal. Ambas afirmaciones se basan absolutamente en el criterio esotérico de que “las Eras de la humanidad no dependen únicamente de las posiciones astrológicas de los astros, sino fundamentalmente de las decisiones individuales de los hombres”. Seamos pues muy consecuentes sobre este punto y démonos cuenta de que existe una condición en la vida de la humanidad que puede incluso “hacer variar el curso de las estrellas”. No me refiero sólo a las condiciones técnicamente descritas como sociales, sino también a la presencia de una actividad oculta realizada por la humanidad en su conjunto que determina ciertos condicionamientos –digamos kármicos– en la vida del (IAY-100) planeta. Esotéricamente se constata esta actividad silenciosa pero altamente condicionante, capaz de provocar cambios inesperados dentro del “círculo-no-se-pasa” de la Tierra, unos cambios que pueden afectar incluso las decisiones de SANAT KUMARA, el Señor del Mundo. Esta eventualidad puede ser aplicada esotéricamente si se tiene en cuenta que la humanidad en su conjunto constituye aquella parte de la Divinidad que llamamos “las pequeñas voluntades de los hombres”, la cual empezó a funcionar desde el momento cíclico de la INDIVIDUALIZACIÓN de los hombres animales que los convirtió en seres humanos, en el Cuarto Reino de la Naturaleza. Las condiciones antes descritas del poder volitivo que consciente o inconscientemente utiliza la humanidad, constituye a veces una voluntad opuesta a la Voluntad del Logos planetario; de ahí que una cosa es el planteamiento de una situación necesaria en la vida del planeta y otra cosa es su realización perfecta contando con el beneplácito de la humanidad. Habrá seguramente un sector humano –no muy numeroso quizás, pero muy selectivo– que esté conscientemente de acuerdo con la Voluntad de Dios en la vida de la Naturaleza y no le ofrezca resistencia alguna, pero en la totalidad del planeta habrá que contar con muchos e imprevisibles factores que pueden alterar o retrasar ciertos planes trazados ocultamente por la Gran Fraternidad Blanca del planeta en beneficio de la humanidad o de otros Reinos.
Interlocutor.- Has dicho que el libre albedrío era una indignidad. Yo creo que el hombre hace uso del libre albedrío pero llega un momento en que ya no tienes necesidad de hacer uso de él, entonces es cuando tienes libertad y haces lo que debes.
Vicente.- Justo, justo. El libre albedrío…, esto parecerá una cosa muy dura para algunos, pero es que realmente la persona se está forzando constantemente para realizar algo, y naturalmente para que el individuo se sienta impulsado a realizar algo debe tener un objetivo muy cercano, entonces, trabaja porque ve la meta. La conquista la ve inmediata. Pero cuando se está buscando un arquetipo, el arquetipo para la humanidad (ha sido proyectado) proyectado por la Divinidad, entonces la meta es muy larga y no todas las personas tienen el estímulo necesario para perseguir aquel arquetipo a través del tiempo, transcurriendo las edades cronológicas del tiempo, y, por lo tanto, la teoría de que la mente debe dominar todo el proceso de la vida es para aquellos que tienen ante sí una meta inmediata, pero para las personas que realmente decidan buscar directamente la divinidad deben dar el salto tremendo, deben arrebatar el cielo por la violencia, como decía Pablo de Tarso, y ahora mismo, en este instante, como dice Krishnamurti, podemos realizar esto, pero hay que comprenderlo para vivirlo, vivirlo sin comprenderlo es volver a caer en las redes del intelecto. Ahí está el proceso, entonces, si la meta es tan lejana que en la proyección de esta meta hemos perdido la conciencia de nosotros mismos, entonces ¿dónde está el libre albedrío? Se ha fundido en el éter. El libre albedrío es la voluntad de Dios en nosotros, por tanto ha desaparecido todo cuanto tiene un tráfico con el tiempo y estamos viviendo por anticipado la gloria de la eternidad. Yo digo que esto puede ser posible, en esta época. Ahora. En este momento. No esperar a mañana porque el mañana es aplazar constantemente el tiempo, porque mañana tenemos pasado y así iremos proyectándonos en el tiempo sin realizar ningún arquetipo, solamente realizando las metas competitivas del intelecto y solamente esto, o los límites o fronteras del deseo, pero nada más que esto. […]
Interlocutor.- Estaba pensando en que ciertas cosas que nos parecen un poco pesadas en el mundo de los deseos al que nadie se atreve a aludir, que es el que provoca retraso quizás de encontrar nuestro fin, pero es que quizás, empezando por abajo, en un aspecto muy sencillo, una educación diferente de la que hemos recibido hasta ahora que nos enseñara a manipular nuestra…, y que quizás nos enseñara a utilizar ciertos aspectos de nuestra personalidad que hasta ahora hemos utilizado solamente para satisfacciones personales. Cuando se nos enseñe el verdadero uso de estas cualidades físicas y emocionales a través una generación o dos, les será facilísimo a estos niños o jóvenes, entonces inmaduros, les será más fácil llevar el mundo de los deseos al de una conciencia superior, pero ahora hemos vivido unas generaciones en las que sólo se ha estimulado, digamos, de peso, el aspecto que pesa más. Se ha estimulado todo, se ha hecho comercio de todo lo que debemos de apartar de nosotros, entonces el mundo vive sumergido en estos aspectos, y sólo somos unos cuantos que queremos avanzar, pero vivimos inmersos en esta sociedad todavía, por eso espero que habrá una educación salida de personas que tengan la mente sana y ocasión de utilizar unos conocimientos nuevos para educar a las nuevas generaciones, que creo que el equilibrio de carácter será lo primero que tendrán que conseguir, la emoción, o sea, los aspectos sensoriales tendrán otros fines porque serán ya educados para otros fines distintos para los que se ha educado hasta ahora. Es dificilísimo que ahora entre la humanidad se encuentre equilibrio. Ha vivido sumergida durante siglos en un caos erótico, en un caos solamente de sensaciones, de egoísmo, por eso la gente tiene en cuenta si hay más vicio o menos vicio, no habrá nada de esto, sucederá que se utilizarán las cosas de un modo normal, y esta normalidad llevará a una más fácil elevación. Entonces, por eso, cuando Krishnamurti decía que hay que perder la voluntad, muchas personas creían que había de ser que la persona debía dejarse llevar continuamente sin pensar que antes tenía que llegar a esta perfección antes de perder esta voluntad. O sea, que me gustaría que explicaras un poco mejor este aspecto de la voluntad, porque muchos no creían aquello que escuchaban a Krishnamurti en Suiza, que tú sabes bien, muchos decían que no había que tener voluntad, que había que dejarlo todo porque entonces es cuando hablaría la divinidad, ¿y cómo puede hablar la divinidad si tenemos un cuerpo que no está educado?
Vicente.- Bueno, la educación depende también de la capacidad de los educandos. Los educadores son otro cantar, hay que educar a los educadores para las nuevas técnicas y para las nuevas humanidades que surgirán en el futuro, que exigirán más de la vida de lo que hemos exigido nosotros y también serán más responsables en razón de sus exigencias. Pero, la voluntad en sí, como el poder de realizar las cosas, no es naturalmente la pasividad ni la quietud. Antes la persona santa, la persona mística o reputada como mística, era aquella que estaba en silencio y se pasaba el día en oración, pero esta oración sin un concepto no intelectivo pero sí lógico de la vida, le da una fruición a ese sentimiento de la divinidad en sí, es decir, que el silencio, esta capacidad de síntesis en la cual el intelecto se convierte solamente en un instrumento de la voluntad y no en la meta de la humanidad, entonces, existe una característica realmente bien definida, yo diría de síntesis, que permite saber lo que es la voluntad aliada al intelecto o lo que es la voluntad de Dios actuando cuando la mente está realmente vulnerable, no pasiva, vulnerable, vacía, eternamente vacía, creadoramente vacía. ¿Por qué?, porque una mente vacía puede ser llenada de la gloria de Dios, en tanto que una mente intelectual solamente puede estar llena de ideas ¿Se dan cuenta de lo que es la idea y de lo que es la santificación arquetípica de la vida? El proceso está aquí, en este punto, pero estamos aferrados al intelecto como a los conceptos tradicionales y a los sistemas educativos, porque somos responsables de los sistemas educativos ya que es nuestra necesidad absoluta la que crea la civilización. La cultura de un pueblo es esto, la capacidad que tiene el individuo de exigirle a la vida aquello que precisa, no mendigando sino exigiendo. No podemos saber el poder de la voluntad dinámica o fuego de la divinidad si no conocemos el fruto del sacrificio, porque naturalmente les he hablado a ustedes de la pérdida total del libre albedrío, pero no les he hablado a ustedes del sacrificio que presupone llegar a este punto, ¡cuántos años de lucha para perder la personalidad, para hallar el arquetipo, constantemente inmersos en un mundo en conflicto, estando en el mundo pero sin pertenecer al mundo! El proceso es éste, lo sabemos porque en los Evangelios y en el Bhagavad Gītā, y en la Biblia está todo, lo que pasa con el diablo es que se apoya incluso en versículos de la Biblia si conviene ¿Por qué?, porque está hecho de manera intelectual, y si la persona no tiene intuición se le escapará la verdad como se escapa la verdad en una pequeña noticia de prensa, porque leemos la letra pero hay que vivir del espíritu que anima la letra. No hay ningún político real, ningún diplomático que lea solamente la letra, sino que busca el trasfondo, y me pregunto por qué no podemos ser políticos del entendimiento superior, verdaderos diplomáticos del carácter para entendernos con las gentes. Y cuando hablemos de educación, como decía la señora, ¿somos nosotros responsables de la educación de nuestros hijos? Porque no hemos sido responsables de la propia educación y hemos hecho un sacrifico para autoeducarnos cuando todo nuestro mundo que nos rodea estaba yendo contra nosotros, no hemos tenido estudios necesarios y no obstante podemos establecer diálogos en todos los niveles con toda clase de gentes ¿Por qué?, porque por encima de la educación técnica existe la educación espiritual, esta aristocracia a la que se refería Platón, precisamente esta aristocracia es la que hay que buscar en todas las cosas, esta elegancia en el vivir, en el moverse, en el establecer contactos con las gentes. De no ser así, toda educación basada únicamente en conceptos descriptivos, en instrucciones e informaciones será falsa, porque esto lo puede hacer una computadora electrónica. La nueva educación empezará con la computadora electrónica y terminará dándole al hombre la capacidad de síntesis, o, es decir, la informática, ya que la computadora es un aparato registrador de intelectos, la suma del intelecto crea el conocimiento, y el conocimiento variado, profuso, es lo que constituye una computadora, pero la computadora no hará otra cosa que suministrar conocimientos. Entonces sí, aprovechemos las computadoras para que tengamos tiempo de preparar una buena informática, suministrando datos nuevos, esta novedad informática es el sacrificio de nuestra civilización. ¿Seremos capaces de informar a las computadoras o seremos un elemento más de la computadora? Porque como hemos dicho antes, todo el sistema competitivo de la educación se haya centrado en la memoria y en el intelecto, y en tanto no existan fulgores de creación la educación será falsa, fallará por su base, porque crearemos solamente memoriones, personas con gran capacidad intelectiva pero no con capacidad creadora o de síntesis.
– VBA. Barcelona, 8 de Marzo de 1975 – El Hombre y el Descubrimiento del Mundo Oculto.
Vicente.- …Dejemos de pensar en términos de individualidad y pensemos un poco más en términos de grupo, en términos de equipo, sin pensar quién va delante y quién va detrás, sino que cada cual, tanto el que va delante como el que va detrás, sepa imponerse a la norma de disciplina de su propio estado evolutivo, que sea conscientemente social, que se convierta en una persona honrada, en un buen ciudadano, porque esto es lo que pretende la Jerarquía de todos y cada uno de sus discípulos, no pretende que sean hombres de grandes conocimientos sino que pretende que la persona sea realmente creadora, que viva el impacto de las nobles razones de lo eterno, que los latidos de su corazón sean los latidos del corazón cósmico, lo cual quieres significar que cuanto menos sea él, más será el espíritu de Dios, muy al revés de lo que hasta ahora, que a fuerza de querer ser uno se olvida del propio Dios, de aquel Ser que lo ha creado y del cual no es más que un pequeño instrumento, y cuando sepa esto entonces estoy seguro que la vida tenderá a cambiar completamente, deparándole una visión distinta de las cosas y con una nueva sonrisa a flor de labio. En cada uno de los lapsos del tiempo se cumple un proceso creador; cada raza y cada subraza deben cumplir así su propio cometido esencial, así como en el misterio de los Rayos cada cual tiene su propia finalidad, y dentro del hemisferio de la Vida de Dios no hay superior ni inferior sino que hay un deber; cada cual debe cumplir este deber en la hora cósmica que le toca vivir, ya puede ser rico o pobre, ya puede ser enfermo o sano, ya puede estar en las grandes alturas o ser un mendigo, que mendiga su sustento por las calles, todos debemos cumplir una misión y un deber. Solamente aquel que se escapa del deber cae en el karma, y este es el primero de los grandes misterios que debemos revelar a la humanidad: de que el karma, lo que somos nosotros, represente genuinamente un misterio revelado, una redención en marcha, un proceso creador, algo que se ve en movimiento, que no está paralizado por el imperio delos yugos del tiempo o de las horas críticas que estamos viviendo. No hay dificultad alguna en la vida humana que no pueda ser solucionada por el misterio de la fe, no hay nada que pueda ser una perdición para el hombre que busca, no existen dificultades en el orden conflictivo que puedan detener la marcha del progreso, ni la magia negra puede hacer nada contra nosotros cuando estamos insuflados por el espíritu de bien, porque la magia en todos sus aspectos es un aspecto de la Divinidad más o menos mal enfocado o bien enfocado. El proceso en el tiempo se realiza según los misterios de la realización, así vemos que surgen como estrellas estelares dentro de un Universo de una raza determinada, los grandes avatares que con su voz iluminan los caminos, pero ahora, estamos enfrentando la Era de Acuario, cada uno debe convertirse en un avatar. Ya no debemos confiar demasiado en los avatares porque la mente ha dado un paso de gigante y muchos seres humanos están bordeando los límites, las fronteras, que nos separan del plano búdico, donde solamente existe humildad, el razonamiento ha desaparecido completamente, solamente existe intuición, vida profunda y escasez de comentarios. Es otro punto para que lo tengamos en cuenta en un momento de la meditación. Tener en cuenta también que todo está inmerso en el éter, los pensamientos, las emociones, los actos reflejos, todo cuanto existe en nosotros está proyectado al ambiente y vive en el ambiente y constituye el ambiente, y cuando nos quejamos del ambiente sería mejor que pensásemos en la causa del ambiente: qué es lo que determina la escasa vibración o la vibración elevada del ambiente o de los éteres que constituyen el ambiente, hasta qué punto hemos contribuido a la creación del ambiente, es como si hubiésemos construido una máquina y la máquina nos triturara. Es decir, son cosas que debemos pensar en la meditación, que estamos tratando de reorientar todas las energías de nuestra vida hacia un punto positivo de acción, algo que pueda ser realizable, y yo creo que la buena voluntad es realizable, no se pide que el hombre sea un genio ni que sea un gigante del intelecto o un mago con poderes psíquicos, sino simplemente lo que quiere el Maestro de todos y de cada uno de nosotros es que seamos buenos ciudadanos, por eso insisto mucho en esta palabra, lo cual significa que debemos cumplir un deber social en la vida que nos rodea, con los seres humanos, con los animalitos, con las plantas, con todo, porque somos redentores, y en este proceso de redención ya está el principio de la liberación. Y todos podemos liberarnos como dice Krishnamurti, tenemos que atenernos a palabras que conocemos para mejor comprender. Podemos comprender la vida y en el momento en que la vayamos comprendiendo ya nos estamos liberando. No hay que esperar a mañana sino ahora, el trabajo es ahora, que comprendamos en este místico silencio la fuerza, el valor de los argumentos debe ceder a la fuerza del espíritu y dejar que el espíritu guíe el entendimiento y no sea el entendimiento el que quiera guiar las grandes reflexiones del espíritu. Aprovecharemos este místico silencio para la meditación.
“Que la energía del alma nos inspire y que su luz nos guíe de la oscuridad a la luz, de lo irreal a lo real y de la muerte a la inmortalidad.”
– Barcelona, el 14 de Junio de 1975 – La Gran Fraternidad Blanca
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