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CAPÍTULO V LOS
TRES DEPARTAMENTOS DE LA JERARQUIA |
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[e43]
[i37]
Ya
hemos tratado el tema de la fundación de la Jerarquía de la Tierra,
vimos cómo vino a la existencia, y nos ocupamos de ciertas crisis
ocurridas, que aún afectan a los actuales acontecimientos. Al tratar
del trabajo y de los objetivos de los miembros de la Jerarquía, no
es posible decir cuáles han sido, ni considerar en detalle quiénes
fueron los personajes activos durante los pasados milenios, desde
que vino a la existencia la Jerarquía. Muchos
grandes Seres, de origen planetario y solar, y a veces provenientes
de fuentes cósmicas, prestaron Su ayuda en determinados momentos
y residieron brevemente en nuestro planeta. Por la energía que fluía
a través de Ellos y por Su profunda sabiduría y experiencia, estimularon
la evolución terrestre y contribuyeron en gran medida a la realización
de los propósitos del Logos planetario. Después siguieron Su camino,
y Sus lugares fueron ocupados por esos miembros de la Jerarquía que
estaban dispuestos a someterse a un entrenamiento específico y a
una expansión de conciencia. A su vez, los cargos de estos adeptos
y Maestros fueron ocupados por iniciados, por eso los discípulos y
hombres y mujeres altamente evolucionados, continuamente tuvieron
oportunidad de entrar en las filas de la Jerarquía, y así hubo una
constante circulación de nueva vida y sangre, y la llegada de quienes
pertenecen a un período o época especial. Algunos
de los grandes nombres de las últimas épocas son conocidos en la historia
como Shri Sankaracharya, Vyasa, [i38]
Mahoma, Jesús de Nazareth y Krishna, y también los iniciados
menores como Pablo de Tarso, Lutero y algunas luminarias destacadas
de la historia europea. Estos hombres y mujeres siempre han sido agentes
para llevar a cabo el propósito de la raza, lograr condiciones grupales
y fomentar la evolución de la humanidad. A veces han aparecido como
fuerzas benefactoras, trayendo consigo paz y bienestar. Con frecuencia
han llegado como agentes de destrucción de las antiguas formas religiosas
y de gobierno, para poder ser liberada la vida dentro de la forma
en rápida cristalización, construyendo para sí un nuevo y mejor vehículo. [e44]
Mucho
de lo que aquí se dice es bien conocido y fue expuesto en diferentes
libros esotéricos. Sin embargo, en la sabia y cuidadosa enunciación
de los hechos recopilados y su correlación con lo que podría ser nuevo
para algunos estudiantes, llega la eventual captación sintética del
gran plan y la comprensión inteligente y uniforme del trabajo de ese
gran grupo de almas liberadas que, con absoluta autoabnegación, permanece
silenciosamente detrás del panorama mundial. Por el poder de Su voluntad,
la fuerza de Sus meditaciones, la sabiduría de Sus planes y Su conocimiento
científico de la energía, dirigen las corrientes de fuerza y controlan
a esos agentes constructores de la forma que producen lo visible
y lo invisible, lo activo y lo inactivo, en la esfera de la creación
en los tres mundos. Esto, unido a su vasta experiencia, los capacita
para ser agentes distribuidores de la energía del Logos planetario. Como
ya se ha afirmado, a la cabeza de todas las actividades, controlando
cada unidad y dirigiendo toda evolución, se halla el REY, el Señor
del Mundo, Sanat Kumara, el Joven de los Eternos Veranos, y el Manantial
de la Voluntad (demostrándose como Amor) del Logos planetario. Colaborando
con Él y como Sus consejeros, hay tres Personajes [i39]
llamadas Pratyeka Budas, o Budas de Actividad. Estos cuatro
Seres encarnan la voluntad activa, amorosa e inteligente. Son el pleno
florecimiento de la inteligencia, habiendo logrado en un sistema
solar anterior lo que el hombre está ahora tratando de perfeccionar.
En anteriores ciclos de este sistema, Ellos comenzaron a demostrar
amor inteligente y, desde el punto de vista del hombre, el ser humano
común, son el amor e inteligencia perfectos, aunque desde el punto
de vista de esa Existencia que en Su cuerpo de manifestación abarca
también nuestro sistema planetario, ese aspecto amor se halla aún
en proceso de desarrollo y la voluntad es sólo embrionaria. Será
otro el sistema solar que verá fructificar el aspecto voluntad, así
como el amor madurará en el nuestro. En
torno al Señor del Mundo, pero separados y ocultos, hay otros tres
Kumaras, que completan los siete de la manifestación planetaria. Su
trabajo es necesariamente incomprensible para nosotros. Los tres
Budas exotéricos o Kumaras, son la totalidad de la actividad o energía
planetaria, y los tres Kumaras esotéricos encarnan tipos de energía
que no están en plena manifestación en nuestro planeta. Cada uno de
estos seis Kurnaras es un reflejo y un agente distribuidor de la energía
y fuerza de uno de los otros seis Logos planetarios, los restantes
seis espíritus ante el Trono. En este esquema sólo Sanat Kumara se
sostiene y se basta a Sí Mismo, porque es la encarnación física de
uno de los Logos planetarios, pero no puede ser revelado cuál de
ellos, por ser uno de [e45]
los secretos de la iniciación. A través de cada uno de Ellos pasa
la fuerza vital de uno de los seis rayos, y al considerarlos se podría
resumir Su trabajo y posición de la manera siguiente: 1.
Cada uno encarna uno de los seis tipos de energía, siendo
el Señor del Mundo el que sintetiza y encarna el perfecto séptimo
tipo, nuestro tipo planetario. [i40] 2.
Cada uno se caracteriza por uno de los seis colores, y el Señor
del Mundo manifiesta el pleno color planetario, siendo éstos también
los seis subsidiarios. 3.
Por lo tanto, Su trabajo no sólo consiste en distribuir la
fuerza, concierne a la 4.
Cada uno de Ellos está en comunicación directa con uno de los
planetas 5.
De acuerdo a las condiciones astrológicas y al giro de la rueda
planetaria de la vida, así estará activo uno de estos Kumaras. Los
tres Budas de actividad cambian de vez en cuando y se trasforman a
su vez en exotéricos o esotéricos, según sea el caso. Únicamente el
Rey permanece constante y alerta en activa encarnación física. Además
de estos personajes principales que presiden la Cámara del Concilio
de Shamballa, existe un grupo de cuatro Seres que representan en el
planeta los cuatro Maharajáes, o los cuatro Señores del Karma en el
sistema solar, y se ocupan específicamente de la evolución del reino
humano en la actualidad. Estos cuatro Seres tienen relación con: 1.
La distribución del karma o destino humano, en lo que afecta
a los individuos y, a través de los individuos, a los grupos. 2.
El cuidado y clasificación de los archivos akásicos. Éstos
se ocupan de la Sala de los Archivos o de las "anotaciones en
los libros, según se dice en la Biblia cristiana. En
el mundo cristiano son conocidos como los ángeles registradores. [i41] 3.
La participación en los concilios solares. Sólo Ellos tienen
derecho, durante el cielo mundial, a pasar mas allá de la periferia
del esquema planetario y participar en los concilios del Logos solar.
Debido a esto, son literalmente mediadores planetarios, que representan
a nuestro Logos planetario y a todo aquello que. Le concierne en el
esquema mayor, del cual Él es sólo una parte. [e46]
Cooperando
con los Señores del Karma hay grandes grupos de iniciados y devas
que se ocupan del correcto reajuste de a.
el karma mundial, b.
el karma racial, c.
el karma nacional, d.
el karma grupal, e.
el karma individual, y
son responsables ante el Logos planetario de la correcta manipulación
dé esas fuerzas y son agentes constructores que traen a los egos de
los distintos rayos, en los momentos y temporadas exactos. Poco
tenemos que ver con todos estos grupos, porque sólo los iniciados
de tercera iniciación y los de rango aún más excelso, entran en contacto
con ellos. Los
otros miembros de la Jerarquía se dividen en tres grupos principales
y cuatro subsidiarios; cada uno, como se observará en el diagrama
que aparece en la página 51, está precedido por uno de los que denominamos
los tres Grandes Señores. El
Trabajo del Manu. El
Manu preside el primer grupo. Se Lo llama Vaivasvata Manu, y es el
Manu de la quinta raza raíz. [i42]
Es el hombre ideal o pensador, y determina el tipo de nuestra
raza aria, habiendo presidido sus destinos desde su comienzo, hace
casi cien mil años. Otros aparecieron y desaparecieron, y Su lugar
será ocupado por algún otro, en un futuro relativamente cercano. Entonces
pasará a realizar un trabajo de mayor excelsitud. El Manu o prototipo
de la cuarta raza raíz, trabaja en íntima relación con Él, y su centro
de influencia se halla en China. Es el segundo Manu que ha tenido
la cuarta raza raíz, y ha ocupado el lugar del anterior, durante las
etapas finales de la destrucción de la Atlántida. Ha permanecido para
fomentar el desarrollo del tipo racial y provocar su desaparición
final. Los períodos de actuación de los diversos Manus se superponen;
actualmente no queda en el globo ningún representante de la tercera
raza raíz. El Vaivasvata Manu reside en los Himalayas y ha reunido
a Su alrededor, en Shigatsé, a algunos de los que están relacionados
directamente con las cuestiones arias en la India, Europa y América,
y a aquellos que más tarde se ocuparán de la futura sexta raza raíz.
Los planes se preparan para épocas futuras; se constituyen centros
de energía, miles de años antes que sean necesarios, y por la sabia
previsión de estos Hombres Divinos, nada se deja al azar, sino que
todo se mueve en cielos ordenados y bajo regla y ley, aunque dentro
de limitaciones kármicas. [e47]
El
trabajo del Manu concierne en gran parte al gobierno, la política
planetaria y el establecimiento, dirección y disolución. de tipos
y formas raciales. A Él se le confía la voluntad y el propósito del
Logos planetario. Sabe cuál es el objetivo inmediato para este ciclo
de evolución que debe presidir, y Su trabajo consiste en hacer cumplir
esa voluntad. Trabaja en más estrecha colaboración con los devas
constructores, que con Su Hermano el Cristo, pues [i43]
Su misión es establecer el tipo racial, segregar los grupos
por los cuales se desarrollarán las razas, manipular las fuerzas que
mueven la corteza terrestre, levantar y hundir continentes, dirigir
la mente de los estadistas de todas partes, para que el gobierno racial
proceda como es de desear y se logren las condiciones que proporcionarán
el personal necesario para fomentar cualquier tipo racial particular.
Ya se observa en América del Norte y en Australia un trabajo similar. La
energía que afluye a través de Él, emana del centro coronario del
Logos planetario y Le llega a través del cerebro de Sanat Kurnara,
que centraliza en Sí toda la energía planetaria. Actúa por medio de
la meditación dinámica, llevada a cabo en el centro coronario, produciendo
resultados por Su perfecta comprensión de lo que debe realizarse,
por Su poder de visualizar lo que debe hacerse para lograr la realización,
y por Su capacidad de trasmitir energía creadora y destructora a
quienes son Sus ayudantes. Todo esto se realiza por el poder de la
emisión del sonido. El
Trabajo del Instructor del Mundo, el Cristo. El
segundo grupo está presidido el Instructor del Mundo. Es ese
gran Ser que los cristianos denominan Cristo. En Oriente es conocido
como el Bodhisattva y el Señor Maitreya, y por los devotos mahometanos,
como el Iman Madhi. Ha presidido los destinos de la vida desde el
año 600 a. C.; es Quien apareció entre los hombres y a Quien se espera
nuevamente. Es el gran Señor de Amor y Compasión, así como su predecesor,
Buda, fue el Señor de Sabiduría. [i44]
A través de Él fluye la energía del segundo aspecto que
Le llega directamente desde el centro cardíaco del Logos planetario,
a través del corazón de Sanat Kurnara. Actúa por la meditación centrada
en el corazón. Es el Instructor del Mundo, el Maestro de Maestros
y el Instructor de Ángeles, y se Le ha confiado la guía de los destinos
espirituales de los hombres y el despertar del reconocimiento de que
cada ser humano es una criatura de Dios y un hijo del Altísimo. Así
como el Manu se ocupa de proporcionar el tipo y las formas a través
de las cuales la conciencia puede evolucionar y adquirir [e48]
experiencia, haciendo posible la existencia en su sentido
más profundo, así el Instructor del Mundo dirige esa conciencia inmanente
en su aspecto vida o espíritu, tratando de energetizarla dentro de
la forma, para ser ésta descartada a su debido tiempo, y el espíritu
liberado volver a su origen. Desde que dejó la Tierra, como dice con
relativa exactitud la Biblia (aunque con muchos errores en los detalles),
siempre ha permanecido con los hijos de los hombres. Nunca nos ha
abandonado, sino en apariencia, y quienes conocen el camino pueden
hallarlo en cuerpo físico en los Himalayas, trabajando en íntima colaboración
con Sus dos grandes Hermanos, el Manu y el Mahachohan. Diariamente
imparte su bendición al mundo, y permanece todos los días bajo el
gran pino de Su jardín, a la puesta del sol, con las manos en alto,
bendiciendo a quienes tienen verdadera y fervorosa aspiración. Conoce
a todos los buscadores, y aunque no tengan conciencia de Él, la luz
que de Él afluye estimula sus deseos, fomenta la chispa de vida naciente
y espolea al aspirante hasta el amanecer del gran día en que se enfrente
con Aquel Que "al ser ascendido" -entendido esotéricamente-
atraerá hacia Sí a todos los hombres, como Iniciador de los sagrados
misterios. [i45]
El
Trabajo del Señor de la Civilización, el Mahachohan. El
Mahachohan encabeza el tercer grupo. Su autoridad sobre el mismo persiste
durante un período más extenso que el de Sus dos Hermanos, y puede
desempeñar Su cargo durante varias razas raíces. Es la totalidad del
aspecto inteligencia. El actual Mahachohan no es el que originariamente
ocupó el lugar al establecerse la Jerarquía en los días de
Lemuria - entonces era ocupado por uno de los Kumaras o Señores de
la Llama que encarnaron con Sanat Kumara-; y el Mahachohan ocupó Su
lugar en la segunda subraza de la raza raíz atlante. Había logrado
el estado de adepto en la cadena lunar, y por medio de Su complementación,
un gran número de seres humanos avanzados vinieron
a la encarnación a mediados de la raza raíz atlante. La afiliación
kármica con Él, fue una de las causas predisponentes que hicieron
posible esta eventualidad. Su
trabajo es fomentar y fortalecer la relación entre espíritu y materia,
vida y forma, yo y no-yo, cuyo resultado es lo que llamamos civilización.
Maneja las fuerzas de la naturaleza, y es en gran parte la fuente
emanante de energía eléctrica, tal como la conocemos. Por ser reflejo
del tercer aspecto o creador, la energía del Logos planetario fluye
hacia Él desde el centro laríngeo, y es Quien de muchas maneras hace
posible el trabajo de Sus hermanos. Le presentan Sus planes y
deseos y por Su intermedio llegan las instrucciones a un
gran número de agentes dévicos. [e49]
Así
tenemos Voluntad, Amor e Inteligencia, representados en estos tres
Grandes Señores; tenemos el yo y el no-yo, y su relación sintetizada
en la unidad de la manifestación; tenemos gobierno racial, religión
y civilización, constituyendo un todo coherente, y la manifestación
física, el aspecto amor o deseo, y la mente [i46]
del Logos planetario, exteriorizándose en objetividad.
Entre estas tres Personalidades existe la más íntima colaboración
y unidad, y todo movimiento, plan y acontecimiento, tienen su existencia
en Su previo conocimiento unido. Están en continuo contacto con el
Señor del Mundo en Shamballa, y la dirección de todos los asuntos
descansa en sus manos y en las del Manu de la cuarta raza raíz. El
Instructor del Mundo ocupa Su lugar, en conexión con las razas raíces
cuarta y quinta. Cada
uno de estos guías departamentales dirige cierto número de cargos
subsidiarios, y el departamento del Mahachohan está dividido en cinco
secciones, que abarcan los cuatro aspectos menores del gobierno jerárquico. A
las órdenes del Manu trabajan los regentes de las distintas divisiones
del mundo, como por ejemplo, el Maestro Júpiter, regente de la India,
el más antiguo de Los que trabajan ahora para la humanidad en cuerpo
físico, y el Maestro Rakoczi, que es el regente de Europa y América.
Debe recordarse que aunque el Maestro R., por ejemplo, pertenece al
séptimo rayo y está sujeto al departamento de energía del Mahachohan,
sin embargo, en el trabajo jerárquico puede desempeñar, y desempeña,
temporariamente, el cargo bajo el Manu. Estos regentes, aunque desconocidos,
tienen en Sus manos las riendas del gobierno de los continentes y
las naciones, guiando así, aunque en forma desconocida, sus destinos,
inspirando a estadistas y gobernantes; vierten energía mental en
los grupos gobernantes, logrando los resultados deseados cuando encuentran
colaboración e intuición receptiva entre los pensadores. El
Instructor del Mundo preside el destino de las grandes religiones,
por medio de un grupo de Maestros e Iniciados que dirigen las actividades
de las diferentes escuelas de pensamiento. A título de ilustración,
el Maestro Jesús, inspirador y director de las Iglesias cristianas
de todo el mundo, [i47]
aunque es un adepto de sexto rayo en el departamento del
Mahachohan, trabaja actualmente bajo el Cristo en bien de la cristiandad;
otros Maestros ocupan puestos similares en relación con los grandes
credos orientales y las diversas escuelas de pensamiento en Occidente: En
el departamento del Mahachohan, gran número de Maestros, en quíntuple
división, trabaja con la evolución dévica, y el aspecto inteligencia
del hombre, y corresponde a los cuatro rayos menores de atributo,
[e50] 1.
el rayo de armonía o belleza, 2.
el rayo de ciencia concreta o conocimiento, 3.
el rayo de devoción o idealismo abstracto, 4.
el rayo de ley ceremonial o magia, así
como los tres guías de departamentos representan los tres rayos mayores
de: I.
Voluntad o poder. II.
Amor o sabiduría. III.
Inteligencia activa
o adaptabilidad. Los
cuatro rayos o atributos de la mente, con el tercer rayo de la inteligencia,
están sintetizados por el Mahachohan y constituyen la totalidad del
quinto principio de la mente a manas.
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