Inicicación Humana y Solar - Capítulo 15
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CAPÍTULO XV REVELACION DE LA PALABRA |
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Palabras solares.
Tercero. Actúan
como factor estabilizador, y mientras persiste la fuerza del sonido,
las formas permanecen coherentes. Por ejemplo, cuando el Logos termine
la enunciación del sagrado AUM y cese la vibración,
se desintegrarán las formas. Lo mismo ocurre con el Logos planetario,
y así sucesivamente en escala descendente. Sonidos iniciáticos, o los que en todos los planos producen manifestaciones o fenómenos de algún tipo. Sonidos resultantes, o los producidos desde adentro de las formas durante el proceso evolutivo, constituyendo el conglomerado de los tonos de cada forma, en cualquier reino de la naturaleza. Toda forma tiene de igual modo un tono que es la resultante de los diminutos sonidos producidos por los átomos que componen esa forma. Estos sonidos dimanan del grupo anterior, y afectan a grupos inferiores o reinos, si la palabra "inferior" puede emplearse en relación con algún sector de la manifestación divina. Por ejemplo, el reino humano, la cuarta Jerarquía creadora, fue producida por un triple Aum, pronunciado al unísono en una clave determinada, por las tres personas de la Trinidad -Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo, o Shiva, Vishnu y Brahma. Este sonido aún persiste; la interacción y la mezcla de las numerosas y pequeñas notas de cada ser humano, producen en conjunto un gran sonido, que puede oírse en los lugares elevados, teniendo a su vez un definido efecto sobre el reino animal. Es uno de los factores que producen formas animales, ya sea para el ser humano o para el animal, pues debe recordarse que el hombre es el vínculo entre lo animal y lo divino. [e128] No
es posible ni deseable enumerar las Palabras de Poder, pero se pueden
dar ciertas indicaciones generales que ayudarán al estudiante
a darse cuenta de la magnitud del tema y su complejidad: [i153]
Cabría
señalar al estudiante, que si reflexiona inteligentemente,
recibirá mucha información sobre las funciones de los
tres departamentos de la Jerarquía de nuestro planeta.
Hay
también cinco grandes Palabras cuyos signos están bajo
la jurisdicción de Vishnu, o Dios el Hijo, [i154]
y Él las exhala. Por su intermedio vinieron a la existencia
los cinco reinos de la naturaleza en el arco evolutivo:
1.
El reino mineral. Hay también ciertas palabras confiadas a cada uno de los Logos planetarios, base de la manifestación planetaria. Como bien se sabe, el sonido del aspecto Brahma, o tercer aspecto de nuestro Logos planetario, es la nota FA; aquí reside gran parte de la iluminación respecto a su etapa de evolución, pues se evidencia inmediatamente que el sonido A está llegando hasta el físico denso. En
nuestra propia Jerarquía existen muchas palabras derivadas
de la Gran Palabra de nuestro Logos planetario, confiadas a los Guías
departamentales, [i155]
Quienes a su vez las trasmiten en orden intercambiable a los iniciados
graduados. Es necesario que el estudiante sepa diferenciar entre los
conceptos, palabra y sonido, pues la palabra vela el
pensamiento, idea o propósito, y el sonido hace posible manifestar,
en cualquier clase de materia, alguno de los siete planos.
Todas
las Palabras de Poder tienen su raíz en la gran Palabra confiada
al Logos solar en los albores de la manifestación. [i156] Todas las Palabras de Poder son intercambios o expansiones de los tres sonidos fundamentales, que acrecientan su longitud a medida que se van involucrando los planos, hasta llegar a las frases y al lenguaje de la unidad finita, el hombre, con sus miríadas de diferenciaciones. Por lo tanto, en el sendero de retorno, el lenguaje es más breve; las palabras se emplean con parquedad y, finalmente, llega el momento en que el adepto emplea fórmulas de Palabras, sólo cuando son necesarias para llevar a cabo propósitos específicos, en dos sentidos:
Esto lo lleva a cabo lógicamente en los planos de los tres mundos. Por
lo tanto, cuando el aspirante se prepara para la iniciación
debe hacer principalmente tres cosas: Controlar todas las actividades de su triple naturaleza inferior. Ello involucra aplicar energía inteligente a cada átomo de sus tres envolturas -física, astral y mental- que literalmente constituyen el fulgor de Brahma o tercer aspecto del Dios interno. Controlar la palabra en todos los instantes del día. Algo fácil de decir, pero muy difícil de practicar, y quien lo logra se aproxima rápidamente a la emancipación. Esto no se refiere a la reticencia, a la melancolía, al silencio o mutismo, que caracterizan a las naturalezas poco evolucionadas y que en realidad se hallan en un estado de inarticulación. Se refiere al empleo controlado de las palabras para obtener ciertos fines y a la retención de la energía vocal cuando no es necesaria, algo muy diferente. [e131] Involucra el reconocimiento de los ciclos, de las temporadas y de las estaciones; supone el conocimiento del poder del sonido y de los efectos producidos [i157] por la palabra hablada; entraña la comprensión de las fuerzas constructivas de la naturaleza y su debido manejo y se basa en la capacidad de manejar sustancia mental y ponerla en movimiento para obtener resultados en la materia física, de acuerdo con el propósito claramente definido del Dios interno. El fulgor del segundo aspecto del yo, Vishnu, o aspecto constructor de la forma, es la principal característica del ego en su propio plano. Debería reflexionarse sobre esto. Meditar
y llegar a conocer el propósito del ego. Esta meditación
pone constantemente de relieve el primer aspecto, y la voluntad consciente
del Dios interno puede hacerse sentir en el plano físico.
Cada gran palabra incluye en sí misma sus propias diferenciaciones, expansiones e intercambio y el iniciado, al pronunciarla, pone en movimiento la menor, mediante la vibración de la mayor. De ahí la enorme responsabilidad y la magnitud de los resultados obtenidos. Toda palabra es confiada al iniciado, oral y visualmente. Se le comunica, primero verbalmente, en forma de siete sílabas, cada una de las cuales debe ser recordada como palabra separada; luego se le enseña a combinar las siete sílabas, para formar un triple sonido y producir así resultados más armónicos y trascendentales. Finalmente, los tres sonidos se fusionan en una sola Palabra, la cual se le confía. Las siete palabras que forman la gran Palabra son comunicadas al iniciado en cada iniciación por los iniciados del mismo grado. Este grupo se divide en otros [i158] siete, según el subrayo o formación del rayo, y cada grupo entona entonces una Palabra en rápida rotación. Simultáneamente los colores y símbolos de los distintos sonidos pasan ante el iniciado, de modo que oye y ve lo que se le confía. El grupo más avanzado que rodea el trono (los tres Guías Departamentales en las dos primeras iniciaciones y los Pratyeka Budas en las finales) entonan para el iniciado la triple Palabra que fusiona a las siete, y nuevamente él la ve ante su ojo interno. Por último, el Iniciador la pronuncia y el iniciado es consciente internamente de haber experimentado en forma práctica el gran [e132] sonido uno y sabe cual es la vibración de determinado centro. Es bien sabido que todo centro está conectado con algún plano, esquema, rayo u otras divisiones septenarias, poniéndose así en evidencia la significación de su reacción interna. Los
Maestros e Iniciados, en Su tarea de contribuir a la evolución
de los tres mundos, se ocupan principalmente de las siete sílabas
de la Palabra de Su grado. Las tres palabras que unen las siete son
empleadas raras veces, salvo bajo la sanción directa de uno
de los Guías Departamentales. (De acuerdo a la sílaba
involucrada, cada palabra está conectada directamente con el
triple Aum y por lo tanto con el aspecto Brahma, Vishnu y Shiva, de
los cuales los tres Guías son los representantes planetarios). Cada Palabra diferenciada o sintetizada afecta a los reinos dévicos y desde allí al aspecto constructor de la forma de la manifestación. Todo sonido produce su correspondiente respuesta en la sustancia dévica e impulsa a multitudes de diminutas vidas a adoptar formas específicas. Estas formas persisten y llevan a cabo sus funciones, mientras se prolonga el sonido que las produjo, y la específica energía volitiva de aquel que inició el sonido va dirigida hacia la forma viviente. Esto también es verdad respecto a un Logos solar al pronunciar el Aum, creando así el sistema solar; cuando un Logos planetario pronuncia Su Palabra planetaria crea un esquema planetario; un adepto al producir resultados, al ayudar a la humanidad en el plano físico y a un ser humano común -en lenguaje diferenciado y diversificado, expresa un propósito interno o estado mental y construye una forma o vehículo con sustancia dévica. La mayoría de los seres humanos construyen todavía inconscientemente, y la forma construida es un agente benéfico o maléfico, según sea el móvil o propósito del hombre y cumplirá su voluntad mientras dure el período estipulado de su existencia. [e133] Cada Palabra entonada se caracteriza por:
La
gran Palabra de nuestro sistema solar se puede afinar, si es posible
expresarlo así, con otras Palabras, pues no es más que
una palabra de la séptuple Palabra, conocida por esa gran Existencia
que se halla en idéntica relación con el Logos solar,
como éste lo está con el Logos planetario. Las Palabras
sagradas de siete sistemas solares, uno de ellos el nuestro, forman
el sonido septenario que vibra actualmente en las esferas cósmicas.
En la segunda iniciación se otorga la Palabra para el plano astral. [e134] En
la tercera iniciación se otorga la Palabra para el plano mental
inferior.
En la cuarta iniciación se otorga la Palabra para el plano mental superior. En
la quinta iniciación se otorga la Palabra para el plano búdico.
En la séptima iniciación se otorga la Palabra para el plano monádico. En
la sexta iniciación el Hierofante otorga la Palabra que sintetiza
la cuarta, quinta y sexta palabras, y el iniciado puede ejercer así
completo control, por el poder del sonido, sobre la sustancia de los
cinco planos de la evolución humana. En la séptima iniciación
el triple AUM, en su verdadero carácter, es revelado al iluminado
Buda, entonces puede manipular energía en los seis mundos o
planos. |
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