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CAPITULO
X UNIVERSALIDAD
DE LA INICIACIÓN |
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[e85]
[i94]
En
las enseñanzas esotéricas muchas veces se hace hincapié en que la iniciación,
tal como se la entiende comúnmente, no es un proceso normal. Todo progreso
en el reino de la conciencia se efectúa, lógicamente, mediante una serie
de despertares, que deberían realizarse en forma mucho más gradual y
abarcar un período más extenso, como sucede en las actuales condiciones
planetarias. Este modo particular de desarrollar la conciencia en la
familia humana, fue iniciado por la Jerarquía al final de la cuarta
subraza de la raza raíz atlante, y continuará hasta mediados de la próxima
ronda. Entonces se habrá proporcionado el necesario estímulo; tres quintas
partes de la humanidad "habrán puesto esotéricamente los pies en
el sendero", y un gran porcentaje de ella estará en camino de convertirse
en el sendero mismo, retomando la rutina normal. La
Iniciación en los distintos Planetas. El
procedimiento para estimular a los egos humanos por medio de graduadas
instrucciones, y la aplicación de la fuerza eléctrica dinámica del Cetro,
se emplean actualmente en tres de los planetas de nuestro sistema. Se
instituye en cada cuarta ronda, y su principal interés reside en que
para la cuarta Jerarquía creadora, en cada cuarta cadena y cuarto globo,
durante la cuarta ronda, la iniciación más importante es la cuarta,
la Crucifixión. La cuarta Jerarquía creadora es la suma expresión de
la voluntad [i95]
consciente y el sacrificio del Logos solar, y el gran símbolo
de la unión inteligente del espíritu y la materia. De ahí el lugar preeminente
de la cuarta iniciación, con su presentación de las verdades cósmicas,
y su síntesis del propósito de este sacrificio fundamental. El
estudiante debe recordar que los otros sistemas planetarios, aunque
fundamentalmente son como nuestro esquema, difieren profundamente en
su manifestación, debido a sus distintas características y al karma
individual del Logos planetario o rayo encarnante. Estas diferencias
afectan a: a.
El proceso iniciático, tanto en su aspecto altruista como en
el ceremonial. [e86]
b.
La aplicación del Cetro, pues el tipo de fuerza que personifica, cuando
entra en conjunción con la fuerza diferenciada del tipo planetario,
produce resultados de diversa naturaleza y grado. c.
Los períodos de la iniciación. Los egos encarnados de cualquier
planeta serán o no fácilmente estimulados, según el tipo de rayo y las
condiciones astrológicas. Esto traerá períodos de desarrollo más o
menos prolongados, antes de cada iniciación o entre ellas. d.
Los fenómenos eléctricos producidos en los planos superiores,
a medida que un mayor número de unidades humanas "fulguran"
esotéricamente. Se debe tener presente que el sistema solar, con todo
cuanto incluye, se expresa en términos de luz, y que el proceso de la
iniciación puede ser, por lo tanto, considerado como aquel en que se
estimulan los diferentes puntos de luz (o chispas humanas), se incrementa
su radiación y temperatura y se amplía el radio de esfera de influencia
de cada luz. [i96] Los
tres esquemas planetarios donde se está probando el gran experimento
de la iniciación son: la Tierra, Venus y otro planeta. Venus fue la
primera esfera para el experimento, y el éxito del esfuerzo y la fuerza
generada, fueron la causa de un intento similar en nuestro planeta.
Ningún planeta acrecienta su acumulación de fuerza y por consiguiente
su esfera de influencia, sin incurrir en obligaciones y afectar a otros
esquemas; el intercambio de fuerza y energía entre Venus y la Tierra
es continuo. Un proceso similar tuvo lugar recientemente en otro esquema
planetario, y cuando en la próxima ronda nuestra Tierra alcance una
etapa en la evolución, análoga a la del esquema venusiano en la época
en que su influencia fue sentida por nosotros, también ayudaremos a
estimular a otro grupo de egos planetarios y a instituir un procedimiento
similar en otro esquema, entre los hijos de los hombres. En
los tres grandes esquemas planetarios, de Neptuno, Urano y, Saturno,
no se empleará el método de la iniciación. Serán los receptores de aquellos
que se "salven" esotéricamente de los otros esquemas, es decir,
que a todos los que en cualquier esquema logren las necesarias expansiones
de conciencia (tales como las que logrará la mayoría de la familia humana
antes de la mitad del próximo ciclo o ronda), se los considerará "salvados",
mientras que al resto se los considerará fracasados y serán retenidos
para un mayor desarrollo en períodos posteriores, o transferidos a esos
esquemas planetarios que, desde el punto de vista del tiempo, no estén
tan avanzados como nuestro esquema terrestre. Esos tres esquemas mayores
son los que absorben y sintetizan la energía de los demás. [e87] La
Iniciación y los Devas. Quizás
se pregunten si los devas reciben iniciaciones; este punto podríamos
tratarlo brevemente. [i97] La
iniciación tiene que ver con el desenvolvimiento consciente del yo y
concierne al aspecto sabiduría del Yo Uno. Supone el desarrollo del
principio inteligencia e implica que el ente humano capte el propósito
y la voluntad y además que participe inteligentemente mediante el amor
y el servicio. Los devas, excepto los devas mayores que en previos ciclos
pasaron por el reino humano y colaboran ahora en la evolución del hombre,
no son aún conscientes de sí mismos. Progresan y evolucionan por medio
de la expansión de realizaciones autoconscientes, autoiniciadas y autoimpuestas.
La aspiración y el esfuerzo consciente, es lo más difícil de desarrollar
en el sistema solar, pues no sigue la línea de menor resistencia, sino
que trata de iniciar e imponer un ritmo superior. Los devas siguen la
línea de menor resistencia y tratan de apropiarse y experimentar la
vibración de las cosas tal como son, en la plenitud de sus sentimientos
y sensaciones. Por lo tanto, el método para ellos es la progresiva intensidad
en la apreciación del sentimiento actual, y no, como ocurre en el hombre,
una depreciación progresiva de las cosas tal como son, o del aspecto
material, que conduce al esfuerzo para alcanzar y abarcar en su conciencia
la realidad subjetiva o las cosas del espíritu -en contraposición con
la irrealidad objetiva o las cosas de la materia. Los devas tratan de
sentir, mientras que los hombres desean conocer. En consecuencia, los
devas no experimentan esas expansiones de conciencia que llamamos iniciaciones,
excepto en el caso de los seres avanzados, que habiendo trascendido
la etapa humana, sienten a la par que conocen y, según la ley de evolución,
expanden su conocimiento en grado progresivo. [i98] Influencias
Cósmicas e Iniciaciones Solares. Todo
lo que se puede hacer aquí al tratar este tema tan profundo, es enumerar
brevemente algunas de las influencias cósmicas que afectan en forma
definida a nuestra Tierra, y producen en todas partes resultados en
la conciencia de los hombres y, durante el proceso de la iniciación,
ciertos fenómenos específicos como consecuencia. La
primera y principal energía o fuerza, es la que emana del sol Sirio.
Si puede expresarse así, toda la energía del pensamiento [e88]
o fuerza mental, llega al sistema solar procedente de un
lejano centro cósmico, por mediación de Sirio, que actúa como transmisor
o centro focal, desde donde emanan las influencias que producen en el
hombre la autoconciencia. Durante la iniciación, por medio del Cetro
de Iniciación (el cual actúa como transmisor subsidiario y como un
potente imán), esta energía se intensifica momentáneamente, y es aplicada
con enorme fuerza a los centros del iniciado. Si no fuera porque el
Hierofante y los dos padrinos del iniciado la hacen pasar primeramente
por sus propios cuerpos, el iniciado no la podría resistir. Este incremento
de energía mental produce la ampliación y conocimiento de la verdad
tal como es, siendo sus efectos duraderos. Primeramente se siente en
el centro laríngeo, el gran órgano de creación por medio del sonido. Otro
tipo de energía le llega al hombre procedente de las Pléyades, pasando
a través del esquema venusiano, así como la energía del esquema siriano
pasa por el saturnino. Tiene definido efecto sobre el cuerpo causal
y estimula el centro cardíaco. Al
iniciado se le aplica un tercer tipo de energía, que afecta su centro
coronario y emana de una de las siete estrellas de la Osa Mayor,
cuya vida animadora mantiene la misma relación con nuestro Logos
planetario, que la del ego con el ser humano. Esta energía es por lo
tanto séptuple y difiere según el tipo de hombre y el rayo a que pertenece.
[i99] No
es posible revelar aquí el orden de aplicación de los distintos tipos
de energía ni decir en qué iniciación el hombre se pone en contacto
con aquéllos. Estos hechos
involucran los secretos de los misterios y no es conveniente revelarlos.
Otros tipos de fuerza provenientes de ciertos esquemas planetarios,
lo mismo que desde centros cósmicos, son puestos en acción por el iniciador
y trasmitidos por medio del Cetro a los distintos centros, de los tres
vehículos del iniciado: mental, astral y etérico. En la cuarta iniciación
un especializado tipo de fuerza, procedente de un centro cuyo nombre
debe permanecer innominado, es aplicado al cuerpo causal del hombre,
siendo una de las causas de su desintegración final. Al
reflexionar sobre el tema de la realización de los hijos de los hombres,
debe reconocerse que el género humano completa una unificación tras
otra; los "Hombres celestiales" son integrados en los niveles
intuitivos y espirituales, y a su vez constituyen los centros de los
grandes "Hombres celestiales" en el sistema solar. Estos siete
Hombres celestiales en cuyos cuerpos encuentran su lugar cada mónada
humana y deva, forman los siete centros del cuerpo del Logos, el cual
a su vez constituye el centro cardíaco (porque Dios es amor) de una
entidad aún superior. La consumación [e89]
para quienes pertenecen a este sistema solar, ocurrirá cuando el Logos
reciba Su quinta iniciación. Cuando los hijos de los hombres alcancen
la quinta iniciación, Él llegará a Su meta. Éste es para nosotros un
incomprensible y gran misterio.
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